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Gelman al recibir el Cervantes: “La memoria es memoria si es presente”
Biblioteca del Cervantes en Viena será dedicada al poeta argentino
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El escritor argentino Juan Gelman recibió el pasado 23 de abril, de manos del rey de España don Juan Carlos, el Premio de Literatura en Lengua Castellana Miguel de Cervantes, máximo galardón de las letras hispanas, en una solemne ceremonia celebrada en el Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares (UAH).

Al acto de entrega asistieron, además de los reyes, el presidente del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y su esposa, Sonsoles Espinosa; el ministro de Cultura, César Antonio Molina; la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, y la directora del Instituto Cervantes, Carmen Caffarel.

También el director de la Real Academia Española (RAE) y presidente del jurado, Víctor García de la Concha; el director general del Libro y secretario del jurado, Rogelio Blanco, y representantes de la cultura como Antonio Gamoneda, galardonado el año pasado; Benjamín Prado, Luis García Montero, Almudena Grandes y Joaquín Sabina.

“No estoy nada nervioso. Mi mujer se encarga de templar mis emociones”, declaró Gelman minutos antes de recibir el galardón, que otorga el Ministerio de Cultura y está dotado con 90.430 euros.

Confesó que piensa morir en México, país en el que reside desde hace años, pero “cuanto más tarde mejor”, precisó. “Ahí estoy bien, tengo la comida, los frijoles, los tamales, los tacos. Estoy feliz”, añadió, aunque se reconoció “desencantado” de la actividad política, “no de las ideas”.

El Cervantes le fue concedido el pasado 29 de noviembre por el conjunto de su obra y “porque su gran compromiso social nunca le llevó a abdicar de su compromiso con la poesía”. En el acto le acompañaron su esposa y sus nietos Jorge, Iván, Andrea y Macarena, la descendiente del hijo que fue torturado y asesinado por los militares. Tras 23 años de intensa búsqueda, Gelman encontró a la niña en Uruguay, donde había sido criada por la familia de un policía uruguayo.

El escritor, de 77 años, recordó en su discurso los 30.000 desaparecidos durante la última dictadura militar argentina (1976-1983) y dijo que “hay quienes vilipendian este esfuerzo de memoria”, pues creen que sólo se debe “mirar adelante”.

“Están muy equivocados: las heridas no están aún cerradas, su único tratamiento es la verdad y luego la justicia; sólo así es posible el olvido verdadero”, reclamó Gelman ante el público reunido en el paraninfo alcalaíno, donde, además de personalidades políticas y académicas, estaba su familia. Incluida su nieta Macarena, secuestrada y dada en adopción durante la dictadura argentina.

El hijo y la nuera de Gelman, María Claudia García, que estaba embarazada, fueron detenidos durante la dictadura. Su hijo fue asesinado y la niña que nació, dada en adopción a una familia en Uruguay. La nuera de Gelman sigue desaparecida. “La nuestra es la verdad del sufrimiento; la de los asesinos, la cobardía del silencio”, sentenció Gelman.

El poeta argentino, que mencionó males del mundo como la pobreza, alabó la posición mayoritaria en España en contra de la guerra de Irak y la adopción de la Ley de Memoria Histórica, para reparar a las víctimas de la Guerra Civil y el franquismo. Gelman, que definió la palabra “desaparecido” como “secuestro, tortura, asesinato y desaparición de los restos”, revivió el sufrimiento del exilio y los “manantiales de consuelo” que le “abría” El Quijote.

“Ahí está la poesía, de pie, contra la muerte”, reivindicó este “gran escritor argentino, enamorado de la palabra” y con “un vigor incomparable para luchar contra la adversidad”, en palabras del Rey. En el plano poético, Gelman ensalzó la obra de Miguel de Cervantes y reivindicó la creación de palabras, que defendía el autor del Quijote y practica él mismo porque supone enriquecer la lengua.

“Hay millones de espacios sin nombrar y la poesía trabaja y nombra lo que no tiene nombre todavía”. El autor también recordó el consuelo que le prodigaron autores místicos españoles como Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz durante su exilio en los años del régimen militar argentino.

“La presencia ausente de lo amado: Dios para ellos; el país del que fui expulsado, para mí (...) Yo ‘moría muchas veces’, y más con cada noticia de cada compañero muerto o desaparecido”, recordó Gelman, parafraseando a los místicos. El discurso completo del autor argentino puede leerse en esta edición de Letralia.

Gelman “simboliza la resistencia frente a la adversidad, el triunfo de la imaginación como arma frente al infortunio”, definió el ministro Molina. El ministro destacó el “humanismo libre de prejuicios” de este “destacado representante de la más contemporánea poesía hispanoamericana”, “ansioso por romper el discurso hasta entonces vigente” en su época.

“El magisterio de don Juan Gelman resulta evidente tanto en su palabra como en su lucha personal”, alabó el Rey Juan Carlos, que proclamó su “admiración y respeto” por el poeta y le dedicó una “afectuosa felicitación” de él y la Reina. Gelman echa “hasta un pulso contra los valores normativos del idioma” y “en esta dialéctica, nuestra lengua ha salido siempre enriquecida”, aseguró el Rey, que recordó cómo España fue “escala de acogida en su doloroso exilio”.

Tras la entrega del premio, el viernes 25 de abril el Instituto Cervantes rindió homenaje al escritor argentino, al depositar en su sede un legado personal que se abrirá el 8 de mayo de 2050, fecha en que cumpliría 120 años. “Espero no estar para cuando se abra la caja fuerte”, bromeó Gelman durante la ceremonia.

El legado que, según desveló días antes de la actividad, incluye un antiguo pergamino, fue depositado por el propio Gelman, en compañía de la directora del Cervantes, Carmen Caffarel, en la caja de seguridad número 1.028 de la antigua cámara acorazada del edificio que alberga a la institución. Acto seguido el autor leyó un poema perteneciente a su último libro, Mundar, ante sus familiares, amigos y periodistas.

Caffarel destacó que Gelman es “uno de los poetas más importantes de nuestra lengua”. Recordó la dura trayectoria vivida por el autor: exilio, asesinato de su hijo y su nuera, búsqueda de su nieta desaparecida, para finalmente elogiar cómo convierte “la memoria, el dolor, la muerte y el amor en materia de sus poemas”.

La directora del Cervantes le hizo entrega a Gelman de una llave simbólica y un certificado acreditativo. También anunció que la biblioteca del Instituto de Viena llevará el nombre y estará dedicada a Juan Gelman. El premio Cervantes 2007, además, realizará un periplo por centros del Cervantes en los cinco continentes para protagonizar actos culturales en torno a su obra poética.

Gelman es el cuarto argentino que recibe el Cervantes, después de que Ernesto Sábato, Jorge Luis Borges —compartido con el español Gerardo Diego— y Adolfo Bioy Casares lograran este galardón en 1979, 1984 y 1990, respectivamente.

De los 33 autores premiados en las 32 ediciones del Premio Cervantes falladas desde 1976, dieciséis son americanos y el resto españoles.

El Cervantes ha premiado hasta la fecha a tres autores mexicanos, Octavio Paz (1980), Carlos Fuentes (1987) y Sergio Pitol (2005), y a otros tantos cubanos, Alejo Carpentier (1977), Dulce María Loynaz (1992) y Guillermo Cabrera Infante (1997), así como a dos chilenos, Jorge Edwards (1999) y Gonzalo Rojas (2003). También han sido galardonados el uruguayo Juan Carlos Onetti (1980), el paraguayo Augusto Roa Bastos (1989), el peruano Mario Vargas Llosa (1994) y el colombiano Álvaro Mutis (2001).

Jorge Guillén fue el primer español en lograr el premio, en la edición inaugural, mientras que el último fue el leonés Antonio Gamoneda, el pasado año. La alternancia como premiados entre autores españoles y americanos se ha mantenido en los últimos diez años, aunque esta norma no escrita del galardón se ha roto en diversas ocasiones: el mexicano Octavio Paz sucedió al uruguayo Onetti como ganador del premio en 1981, y Rafael Alberti fue galardonado en 1983, un año después de Luis Rosales.

Gonzalo Torrente Ballester y Antonio Buero Vallejo ganaron en los años 1985 y 1986, y el argentino Bioy Casares dio el relevo al paraguayo Roa Bastos en 1990. Camilo José Cela fue galardonado en 1995 y un año más tarde el premio fue otorgado a José García Nieto. Desde entonces la alternancia se ha mantenido hasta la fecha, en un premio que sólo se ha concedido a dos mujeres, la española María Zambrano, en 1988, y Dulce María Loynaz.

La lista de ganadores del Cervantes se completa con los españoles Dámaso Alonso (1978), Francisco Ayala (1991), Miguel Delibes (1993), José Hierro (1998), Francisco Umbral (2000), José Jiménez Lozano (2002) y Rafael Sánchez Ferlosio (2004).

Fuentes: AFPEFE