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Pablo García Baena obtiene el premio Reina Sofía de Poesía
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El escritor cordobés Pablo García Baena (Córdoba, 1923), obtuvo el pasado 7 de mayo la XVII edición del Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, considerado uno de los más importantes de este género y dotado con 42.100 euros. El autor reconoció que la distinción “es un acicate” para continuar escribiendo, puesto que “la poesía salvará el mundo algún día”.

Este prestigioso galardón, convocado conjuntamente por Patrimonio Nacional y la Universidad de Salamanca (Usal), tiene como objetivo reconocer el conjunto de la obra de un autor vivo que, por su valor literario, constituye “una aportación relevante” al patrimonio cultural común iberoamericano y de España.

El premiado, quien dijo no haber esperado el premio y que sintió “mucha emoción al recordar a todos los amigos y a la familia”, indicó que, a pesar del reconocimiento, no sueña con los premios porque no tiene “manía de coleccionar”. La importancia del galardón para él, explicó, no reside en la cuantía económica, sino en la alegría de que se reconozca la obra en la que lleva trabajando más de sesenta años.

Según Luis Antonio de Villena, miembro del jurado, “Pablo siempre ha vivido muy retirado, lejos del poder, y por eso nunca ha estado en medio de los premios. Lo suyo es vivir, las noches, la felicidad. Es un poeta en constante búsqueda de la felicidad”, dijo.

De Villena también ha afirmado que García Baena es “un gran poeta del idioma, muy estilista”, y que precisamente por esa cualidad fue silenciado en una etapa en la que dominaba en España la poesía social. Definió la poesía de García Baena como “muy clásica y con tintes muy culturales”, de “una moral muy libre, con orígenes paganos y algún elemento cristiano”.

También recordó que el autor de Antiguo muchacho, Premio Príncipe de Asturias, en 1984, fue el “adalid” en los años 40 del grupo Cántico, nombre de la revista y del movimiento que fundó en 1947 junto con Juan Bernier y Ricardo Molina, y que enlazó la generación del 27 con la llamada Nueva Poesía.

El escritor cordobés publicó su primer poemario, Rumor oculto, en 1946 y hace sólo unas semanas ha aparecido en la editorial Visor la tercera edición de su poesía completa, con prólogo de Villena. Su último poemario, Los Campos Elíseos, se publicó en 2006.

El jurado estuvo conformado por el presidente del Patrimonio Nacional, Yago Pico de Coaña, y el rector de la Usal, José Ramón Alonso, como organizadores; así como por Víctor García de la Concha, José Saramago, Luis Antonio de Villena, Jaime Siles, Clara Janés y Milagros del Corral, entre otras personalidades.

Para el presidente del Patrimonio Nacional, que recordó que cinco de los premiados anteriores con el Reina Sofía de Poesía han sido después premio Cervantes, Baena “es un extraordinario poeta y una extraordinaria persona. Es un premio muy merecido”, añadió.

En la XVII edición de este premio fueron propuestos en total 49 poetas por instituciones académicas universitarias y culturales de España, Portugal, Estados Unidos, Brasil y los países hispanoamericanos. Además de García Baena, Francisco Brines, Ernesto Cardenal y Homero Aridjis, también figuraban entre los candidatos los españoles Carlos Edmundo de Ory y María Victoria Atencia, el mexicano José Emilio Pacheco, el ecuatoriano Filoteo Samaniego y la uruguaya Idea Vilariño.

El premio es entregado cada año por la reina Sofía en un acto que se celebra en el Palacio Real, y además de la dotación económica el galardón incluye la edición de un poemario antológico, con un estudio y notas a cargo de un destacado profesor de literatura de la Usal. Un ejemplar de este poemario encuadernado artísticamente pasa a formar parte de los fondos de la Real Biblioteca de Madrid. El premio en la pasada edición fue a recaer en la poeta peruana Blanca Varela.

El trabajo literario de García Baena está considerado como uno de los que más han influido en las nuevas corrientes de la poesía española.

Premio Príncipe de Asturias de las Letras 1984, García Baena es un “barroco”, “muy del lado de Góngora”, una descripción que a él le hace “gracia” pero de la que desconfía a veces, porque “cuando un neoclásico te llama barroco te está diciendo que es una poesía abigarrada, andaluza, llena de recovecos, de curvas y de palabras raras”.

El creador, admirador declarado de Juan Ramón Jiménez y, en especial, de Luis Cernuda, estudió dibujo e historia del arte y “quizá por eso” su actividad poética siempre ha estado vinculada a la pintura, los tapices y al comercio de antigüedades.

“Creo que soy un poeta pintor, porque, como decía Cernuda, una de las alas de la poesía es la mirada”, explicó García Baena, director desde hace años del Centro Andaluz de las Letras.

En 1942 empezó a colaborar en el diario local con poemas y dibujos que solía firmar con una “E” mayúscula, después lo hizo con su nombre y con el seudónimo de Luis Cárdenas para El Español y La Estafeta Literaria.

Cuando ya tenía 40 años se dedicó a recorrer durante un año la Costa Azul francesa, la Riviera italiana, Atenas, Delfos y Athos, y ciudades como El Cairo y Alejandría. Ya de vuelta, en 1965, se instaló en Málaga, y abrió, en el centro de Torremolinos, una tienda de antigüedades. Desde hace tres años reside en su ciudad natal.

Es autor de poemarios como Rumor oculto (1946), Mientras cantan los pájaros (1948), Antiguo muchacho (1950), Junio (1957), Óleo (1958), Antología poética (1959), Almoneda (1971), Poemas (1975), Fieles guirnaldas fugitivas (1982), Gozos para la Navidad de Vicente Núñez (1984), Poesía completa: 1940-1997 (1998), En la quietud del tiempo (2002), y Los Campos Elíseos (2006).

También ha publicado los ensayos y libros de prosa Lectivo (1983), El retablo de las cofradías (1985), Los libros, los poetas, las celebraciones, el olvido (1995) y Zahorí Picasso (1999).

Ha recibido, entre otras distinciones, el Premio Nacional de Literatura (1991), el Premio Andalucía de las Letras (1991), el Premio Internacional de Poesía Ciudad de Melilla (1989), el Premio Ojo Crítico (2006) y es Hijo Predilecto de Córdoba (1984) y de Andalucía (1988).

Fuentes: EFEEl Informador