Entrevistas
Édgar BorgesÉdgar Borges, autor de ¿Quién mató a mi madre?
“Escribir ficción es atentar contra la realidad absoluta”,

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Dos detectives llegan al apartamento de los Rivera para investigar el crimen de la madre de la familia; los sospechosos son el esposo y los dos hijos adolescentes. El primer reto será descubrir al asesino, y el último, lograr salir de un apartamento que en realidad es un libro. Con esta trama que alimenta su nueva novela, el escritor venezolano fue finalista del III Premio de Novela Ciudad Ducal de Loeches. Ediciones Irreverentes publica en España la obra que, según palabras del escritor catalán Andreu Martín, “me elevó por encima de la realidad para llevarme a un fascinante mundo de sugerencias, insinuaciones y reflexiones donde no se trata de partir de enigmas para encontrar respuestas sino que directamente se parte de las respuestas para perderse entre enigmas”.

Édgar Borges, escritor y periodista nacido en Caracas, es quizá, uno de los venezolanos que más figuran en las búsquedas de Google. Para confirmarlo bastaría con colocar su nombre en el famoso buscador. Contradicción evidente para quien haya leído Aquiles, el último fugitivo de la globalización, relato gráfico que el autor publicó (Alfa Grupo, Caracas) en 2001. En esa obra ambientada en el año 2017, la realidad cotidiana ha sido absorbida por la realidad virtual que domina una empresa internacional. Luego de varios libros, reconocimientos y un intenso trabajo como guionista de radio dramas, Édgar Borges presenta en España su nueva novela titulada ¿Quién mató a mi madre?

—¿Qué importancia le das a la contradicción en tu obra?

—La misma que le doy a la ficción o a la supuesta realidad. Para mí la vida no tiene puntos fijos; sólo admito un punto de partida que se va alimentando mientras logra formar una línea ascendente.

—¿Matemática, física?

—Sí, hay mucho de física. En mi obra, y en la literatura en general, es importante construir tramas asumiendo la existencia de realidades alternas. Lo que ocurre es que, desde niños, nos enseñan a reconocer una realidad absoluta. Pero eso en realidad es otra ficción, sólo que se trata de una ficción económica que sólo le conviene a unos pocos.

—¿Y la literatura ayuda a entender las realidades paralelas?

—Sí, por lo menos a mí me ayuda. Aunque sospecho que a los dueños del guión social no les conviene, porque después de todo escribir ficción es atentar contra la realidad absoluta.

—¿Qué importancia le das a tu trabajo periodístico?

—Me gusta el periodismo basado en el trabajo de investigación y de producción. Soy un apasionado del poder que tiene la radio para motivar imágenes. Para mí la radio es también un formato literario, como el libro, el cine o la buena televisión.

—¿Internet?

—Por la red se están moviendo todas las fuerzas ocultas del mundo. Es un proceso extraordinario y apabullante. La industria cultural ha pretendido cerrarle el paso a las mayorías y, ahora, las mayorías se expresan en la Web ignorando lo establecido. Con esto va a pasar algo grande, podríamos estar en presencia de la revolución de los contenidos. A muchos escritores ya no les importa la industria del libro, igual ocurre con músicos. Para difundir su obra tienen a Internet.

—¿Cuáles son los títulos de tus libros publicados?

—Sonido urbano, calle, salsa y cuentos (crónicas), Sueños desencantados (relatos), Mis días debajo de tu falda (relatos), La monstrua, la mujer que jamás invitaron a bailar (novela), Aquiles, el último fugitivo de la globalización (relato gráfico), El vuelo de Caín y otros relatos, Lavoe contra Lavoe, la tragedia del cantante (Teatro) y ahora la novela ¿Quién mató a mi madre?, que recién sale en España.

—¿Qué historia cuentas en Quién mató a mi madre?

—¿Quién mató a mi madre? cuenta la historia de unas personas que creían que estaban viviendo la vida, pero en realidad sólo eran personajes de una novela que ya alguien había escrito. La madre de la familia Rivera ha sido asesinada; los principales sospechosos son el esposo y los dos hijos adolescentes de la víctima. Dos detectives llegan al apartamento de los Rivera para investigar el crimen. Lo insólito es que la víctima fue quien contrató a los detectives; la misión de ellos será descubrir al asesino, lo difícil será que logren salir de un apartamento que en realidad es un libro.

—¿Novela negra?

—Me gustan las claves de la novela negra para contar cualquier historia, pero a la hora de escribir no me fijo en esto de los géneros. El apartamento como laberinto del ser urbano y el revólver como traición o fuga, son claves que están presentes en varios de mis nuevos trabajos. Me interesa escribir sobre las consecuencias que ocasiona el encierro, bien sea en un cuerpo, en un apartamento o en una ciudad.

—¿Cuál es la realidad de la literatura latinoamericana? ¿Viene un nuevo boom?

—No sé, en literatura no creo en geografías, a menos que estemos hablando del lugar donde se desarrolla una historia. Yo sigo leyendo a César Vallejo, a José Antonio Ramos Sucre, a Miguel Otero Silva, a Julio Cortázar y también leo a Pablo de Santis que es un excelente narrador argentino del presente; pero leo con frecuencia a Édgar Allan Poe, a Franz Kafka, a Paul Auster y a Fred Vargas. La buena literatura tiene obras y nombres más que geografías.