Letras
Poemas para merendar

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Sin título

Aquí las palabras son mudas,
se les escupe,
son manchas de humedad en los ojos.

Aquí se les borra con un chasquido de dedos
y con otro se les vuelven plegarias.

Hace tiempo que les cortaron las alas
y sin embargo
como un milagro
una que otra se salva
son gotas de sudor en las hojas,
mariposas,
luciérnagas extraviadas en la noche.

 

Nosotras

Para Ale

No tenemos licencia para amar
nuestro permiso
caducó
con el último beso tocado por el sol.
Besamos
rincones sólidos,
magullando la nostalgia,
acurrucándola en regazos
sin nombre.
Somos cuerpos furtivos de la noche
sombras,
nieblas,
sudoraciones,
estremecimientos pueriles,
vacuidades.

Somos prófugas de la decencia.
Nos bebemos solas
sorbo a sorbo
nuestra propia desolación.

Nos inventamos
de vez en cuando
ilusiones.

 

Fetiche

I

Nos hemos empeñado en disfrazar
en abrazar como iconos la contorsión de la conciencia
penetramos las luces danzando
figurillas deshiladas
bailarinas de ceniza
empolvadas
como si el tiempo se olvidara de ellas

 

II

La piel de los encajes
nos transporta a esas calles
olorosas de miradas

 

III

¿A qué huelen las miradas?
¿A qué huelen las huellas de tus manos?
¿En qué te convertiste en esas noches
después de besar
el pálido reflejo de un objeto?
¿Qué sientes al tomar
el cuezo
la ser-pien-te
el
crepitar de la llama?

Nos hemos empeñado
en ser más que un objeto
ser el objeto vivo
                 en los objetos.

 

Eróticas

A un jacobino

I

Obscurece,
la hora cero.
El punto de encuentro.

Luz-sombra,
sombra-luz.
Espacio-mar,
cielo-muerte.

 

II

Pasan volando algunas garzas,
giran,
regresan en el aire.

Buscan
un árbol
donde pasar la noche.

Emigran...

es su tiempo.

 

Días

Para Ale

Los otros días siembran pasos, giros y veredas
enredándose en los pies.

Las otras noches palpitan en razonamientos ingenuos,
sortilegios de pasiones consumidas.

Este día navega en el insomnio de la melancolía...,
en esta noche no pasa nada.

 

Atzin

Agua pequeña,
sanadora de mis heridas,
                                       transparente,

agüita viva de mis ojos nocturnos,
línea invisible en veredas de tiempo.

Agua viajera,
peregrina                ausente
en este destierro inundado de pasiones huecas.

Agua bendita del altar inculto.

Sarcasmo
en medio de las nubes negadas a desplomarse.
Idilio de bocas secas.                            Utopía de lágrimas muertas.
Agua envenenada en boca de serpiente verde,
negra agua de los devaneos
en  noches de olvido.
¡Agua                       corazón mío                          agua!
Muero por un beso mojado con tu lengua.

 

Reinvenciones

Cómo no cansarse con este cielo inmenso
sobre la cabeza.

Éste
que se apesga por tantos aviones que lo cruzan.

Cómo no soñar,
si aún estamos vivos y vivas,
a pesar,
de morir en cada sueño.