Domitila Runawarmi
(Domitila, mujer andina)
Wawa-imilla /
Niñita.
Phujllana-jugar
maki muqu,
muñeca bonita.
Llumppa-doncella
Warmi-mujer,
chura-coqueta,
kantuta tan bella.
Mama después.
Bondad consabida.
¿Qué más, pues?
Wawayux-Mama:
Santidad conocida.
Pachamama.
Muju-semilla / saphi-raíz,
tronco / sara-maíz;
fuente de vida.
Mamakocha también.
Pukio caudal,
amor manantial,
jarsuri de bien.
Es lecho / y es pecho.
No hiera a su crío
ni el hambre ni el frío.
La bruma no abruma.
De alguna manera,
rebusca el sustento
al revés y al derecho.
Puscana, Phitana /
Hilar, tejer.
Away, awakuy.
P'itay.
K'anti / rueca-phusca.
Y yapuy-arar
con taclla certera
son su elemento.
Wawita /
en lliclla-uijgsa cargado,
pasajero de primera,
nunca polizón /
asoma carita.
Leche materna, chucho-pezón.
Uyas tostadas,
Ojitos-ñawis rasgados.
Assina-ríe feliz,
Mama /
Wawayux-Mama /
Pachamama /
Mamacocha.
Siempre Domi,
Siempre nana.
Siempe Alba,
tuta-tuta.
Siempre...
¡Mama!
Entre el sol y la tierra
En el Ande,
el Sol se casa con la Tierra
y guiña un ojo / a la Luna.
En grande ayllu se suman,
a las llamas de la puna,
Apu, viña y gente;
una sola mente
y un alma.
En el Ande,
la calma del futuro
no radica en el pasado
sino en el hoy seguro
de cada mañana.
Con pulso sereno
y firmeza hermana,
en el Ande iluminado,
en el Ande bueno,
el camino es trazado
por el cambio constante
del rayo y el trueno.
En el Ande me hallo
en Inti Raymi a cada instante /
y en galante homenaje
a la Pachamama.
Cuando deje este hospedaje
y parta a patria lejana,
seré cóndor, ichu y llama;
seré Apu, río y chicha;
y tendré la enorme dicha
de ser siempre / siempre Sierra,
entre el Sol y la Tierra.
Decisiones
Cojeo.
Renqueo largamente mi pie herido,
por culpa de la piedra del zapato;
del zapato de tu indiferencia.
¡Sí!
Más dura grande / que la piedra misma,
más grande que la casa donde habitas;
donde yo / dejé de morar.
Eventualmente,
mi herida ha de sanar,
porque ahora
camino descalzo.
Lagartija sin cola
Lagartija / con la cola cortada.
Botija embrujada / que nunca se llena.
Ola rompiendo / en marejada,
como ánima errante / y en pena.
Como cuarto menguante,
como sol eclipsado;
como queso mordido;
como sordo llamado,
como ahogado bramido.
Como beso volado,
como copa sin vino;
capitán sin destino
y navío perdido.
¡Cómo duele el olvido!
¡Cómo llena el pasado!
El real monarca
Soy un Rey / en perpetuo jaque,
flanqueado por la Torre de tu orgullo,
por el Alfil desbocado de tu ira,
y la Reina: tu indiferencia lacerante.
Soy un Rey loco, delirante,
que, poco a poco,
regresa a la caja de su empaque,
lejos / del alcance de tu mira,
y renuncia / al juego y al barullo.
Soy un Rey, mas no soy tuyo.
Reptando y sin ahínco,
dejé al Caballo dar un brinco
y echarme del tablero;
al recuadro / sesenta y cinco.
Cual mal Peón, peor obrero,
frente al cuadro y al espejo,
con horror /
a otro rey venero:
Es un viejo.
Está acabado.
Descubro, en un momento,
que en minúsculas soy rey
ante la Parca.
¡Un esperpento!
Pido perdón.
Pisoteado el corazón,
he hallado al corazón...
¡El Real Monarca!