Artículos y reportajes
Paradise NowParadise Now y Jenin Jenin: más que cine

Comparte este contenido con tus amigos

Sucedió en el año 2006. La Academia de Hollywood colocaba a la película Paradise Now como candidata al premio a la mejor película extranjera, en representación de Palestina. Así figuraba en la web oficial de los Oscar.

Paradise Now reclama el derecho a existir, no en un soporte físico, el cual ya poseía, sino en el imaginario colectivo mundial, contraponiéndose a las campañas de descrédito fomentadas por el gobierno israelí y diversas organizaciones judías norteamericanas.

La película fue presentada cuando se anunciaron las nominaciones como candidata a mejor película extranjera en representación de Palestina, sin que la Academia no tomara una decisión definitiva sobre si sería identificada como procedente de la Autoridad Palestina o de los territorios palestinos.

La campaña fue algo personal para los judíos. Gran número de ellos se sumaron al indudable boicot. Inclusive se buscaron las firmas de familiares de víctimas de atentados para una carta que exigía a la Academia que retirara Paradise Now de la lista de candidatas.

A ello también se sumó la prensa hebrea, la cual puso en marcha distintas matrices para desacreditar la película. Una de ellas supuestamente informaba a los miembros de la Academia de los errores de la producción; entre ellos, y según The Jerusalem Post, “humanizar a asesinos de masas”.

Los que se oponían a la publicidad de la película tenían un secreto propósito: evitar a toda costa que la gente conociera una realidad que, a diario, los grandes medios de comunicación, movidos por distintos intereses, ocultan. Para ellos, los palestinos, sencillamente, no existen. No será una película la que devuelva una patria a los palestinos, pero, de seguro, las miradas honestas que tratan de comprender el drama de seres humanos que están siendo exterminados han de ayudar a que el conocimiento de la tragedia se profundice en Occidente.

Jenin-JeninPienso en otra película: Jenin Jenin. Ya durante el gobierno de Ariel Sharon, mediante la Operación Muro Defensivo, tuvo lugar una reocupación de Cisjordania en la que las ciudades de Jenín y Nablus fueron especialmente castigadas y se puso cerco a Arafat en la Mukata en Ramala. A partir de entonces la destrucción de viviendas con personas dentro, el bloqueo de ayuda médica o el uso de palestinos civiles como escudos humanos se convirtieron en prácticas habituales. El informe de Amnistía Internacional sobre la operación Muro Defensivo pone de manifiesto la extrema vulneración de los derechos humanos.

El 29 de marzo de 2002, las Fuerzas de Defensa israelíes emprendieron una nueva ofensiva, llamada Operación Muro Defensivo, contra las poblaciones palestinas. Inició con un ataque contra el cuartel general de Yasser Arafat en Ramala. Seguidamente las Fuerzas de Defensa entraron en Belén, Tulkarem y Qalqilya, el 1 de abril, y en Jenín y Nablus, el 3 y 4 de abril; declararon esas zonas áreas militares cerradas y prohibieron el acceso del mundo exterior, incluidos los servicios de ayuda médica y humanitaria. La población de Jenín permaneció aislada entre los días 4 y 5 de abril; el casco antiguo de Nablus, del 3 al 22 de abril. Las Fuerzas de Defensa cortaron el suministro de agua y electricidad de las mayoría de las zonas, imponiendo toques de queda a los residentes de las ciudades.

Desde el primer día no se pudieron enterrar los cadáveres de las víctimas ni se pudo dispensar atención médica a los heridos en Jenín y Nablus. Los cadáveres permanecían en las calles debido a que los residentes que se atrevían a salir para asistir a los heridos o recoger a los muertos se convertían en blancos de los disparos de las Fuerzas de Defensa. Los tanques, a su paso por las calles estrechas, demolían implacablemente los muros externos de las casas, causando destrozos en gran parte arbitrarios e innecesarios. En el curso de una operación a gran escala, las Fuerzas de Defensa demolieron con explosivos y apisonaron con máquinas excavadoras una amplia zona residencial del campo de refugiados de Jenín; ello, arbitrariamente, pues ya habían cesado los enfrentamientos.

Estos últimos sucesos se narran en la película Jenin Jenin, prohibida no sólo en Israel, donde se ha censurado su exhibición comercial, sino también en la cadena franco-alemana Arte, donde por presiones del lobby proisraelí francés se obligó a suspender su emisión programada. En ella el conocido actor palestino-ísraelí Muhammad Barakha habla con los habitantes de Jenín poco después de la incursión y reconstruye los hechos en las ruinas del campo de refugiados, convertido en una gran explanada tras el ataque.