Letras
Poemas

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Chandleriana

Más que las palmeras pudieron las luces de neón
y la sordidez de los hoteles
donde la desesperación se corta con cuchillo
y alguien se muere de unánime soledad.

Más pudo el saxo deletreando saldos en blue,
bebedores persiguiendo con cerveza la última copa de bourbon.

Más mucho más la ausencia del amor
ya tan raído por el trillo que lo busca
enredado en sus laberintos
y en sus largos adioses.

Más la oficina vacía y el teléfono inútil
los ventiladores de aspa
y el humo constante de los cigarrillos.
los matones de barrio
las putas del Hollywood Boulevard
la serie mundial de 1942
y la voz en off que va nombrando La Brea,
Coldwater Canyon, Sepúlveda, Idle Valley
como cuentas de una elegía.

Las casas de estuco
el siseo del riego bajo el sol inclemente
la tácita lealtad y el valor tácito
el glamour del art deco
el foco suave de la luz matutina en Chinatown
y el enredo de las autopistas
las rubias etéreas que bordean el pool-party
la nostalgia de un mundo más simple
la corrupción de los poderosos
la invencible tentación del fracaso.

 

Antemeridiano

Un careo fresco con las cosas me pide la mañana
Misterio de la pura claridad
Senda sin lindes
Por donde voy a mis asuntos

Los árboles celebran la brisa
Con espejeo de castañuelas

Por un instante cenital
Áfono y pleno
El cielo fue celeste
Y sereno en su extensión

En el júbilo solar
Las campanas de la iglesia doblan por todos
Y el aire transparenta una liviandad indecible

Fervor de lo acotado en sí mismo
Flama de los días que llegan y se van
Fastos del instante donde no caben las palabras

 

Lontananza

No tuvieron los colores otro ensayo semejante
No hubo otro cielo como aquel cielo que dolía en las pupilas
Y aquel verdor enmarañado del jardín
Que recaudaba la hojarasca
Y los vecinos quemaban en pequeños montículos de ensueño
Por donde la vida se detenía un instante y aspiraba
La acritud del eucalipto y de la piña encendida
Y mi perro venteaba barbacoas
Como yo versos felices
Notaciones de terraza
Bitácora de las prendas de la tarde
Traducidas a poesía
Las arboledas que formaban un túnel sobre la avenida
Los rastrillos y las tijeras laboriosas
Las nubes blanquísimas
Las muchachas en sus lentas bicicletas
Y el martilleo que desde un lejano edificio en construcción
Percutía en el irse de las horas.

Un halo de novias presentidas
Acechaba en las esquinas
Y se podía andar de aquí para allá
Con la inminencia del amor en el aliento

Cuántos afanes sublimables
Los de aquella vida deseosa de cantarse

A la terraza llegaba la brisa marina
Valseando cuesta arriba por callejas
Y había tonadas de acordeón en el aire
Y estrenos de impaciencia
Y ganas de sobrevuelo

El mar irrumpía en la casa
Con cofres y leyendas
Revoltijo de naufragios
E invitaciones al viaje

Piedra sobre piedra
Levanto este tinglado
Para que ceda el recuerdo
Y se lo trague el silencio