Letras
Poemas

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El otoño huele a ti,
a tu dulce silencio
al residuo de las lluvias,
a tabaco.
Huele a nostalgia,
a triste alegría

Recuerdo tu sonrisa,
tus ojos amaderados,
cabellos arándano,
y el ritmo de tu andar;
el viento y la brisa
tomados de la mano
irrumpiendo
en nuestro pisar

El otoño tiene tu forma
y abraza mis pensamientos
se filtra por las ventanas
y me da sosiego

A media tarde
los matices celestes
deleitan mis pupilas
imagino
la ciudad en que habitas
siento tu soledad
momentáneamente
y suspiro
constante.

El otoño es la hoja seca
que el viento pasea
por paisajes inimaginables
allí,
donde reposa el alma
donde tu recuerdo
busca incesante mi olvido
pero el miedo
a perder tu rastro
susurra aterrado
en mi oído.

La quietud de las estrellas
me hace sentir tranquilidad;
murmuran los libros
viejos poemas
que antaño fueron escritos
en noches como esta:
teñidas de quietud
añoranza y olvido...

el otoño son tus ojos
que fijabas en los míos...
tu nostalgia
que arrastras por años
y por siglos
tu ilusión escondida
tu amor nunca muerto
           recuerdos
tu historia vivida
que entre líneas
contabas...
y tus besos...

 


 

Buscándote
entre escaleras y pasillos
sólo tu memoria
me hace volver
a las ruinas
de lo que ayer construí
aun sabiendo
que para mí
querías morir

eres un fantasma
invisible
etéreo
sólo escucho sonidos
semejantes a tu voz
encuadernadas
están tus palabras
tu adiós

aferrada,
de tu mirada
presa estoy
de tus pasos
del viento
que has generado
de tu caos

atraviesas paredes
para esconderte
te camuflas
y me confundes
no sé si eres real
o de mi creación
eres realismo crudo
y meta ficción
Hasta nunca,
hasta siempre
causa y efecto
de la demencia
amante mía
que constante
me ha de acompañar

 


 

Autopsia de este amor:
Cianosis de besos
Contractura de mentiras
laceraciones al ego
contusiones agudas
Al cortejo y al deseo
Asfixia de miedo
Triple infarto de soledad

 


 

Tus ojos el arco
es la flecha tu mirar
mi corazón, el blanco;
agonizante estoy
(muero de felicidad)
mientras, finjo a lo lejos
Indignación

 


 

Cuando queremos pertenecer, nos disipamos
Nos adentramos en atmósferas ignotas
En referentes artificiales
Vigilados
Castigados

La otredad nos mira
Mientras agachamos la cabeza
Acatamos ideas, sin cuestionar
Si acaso existe
O es mero espejismo oscilante
Entre bien y mal

Perdernos entre la multitud
Mientras fluye nuestro Ser Extraviado
En las paredes del alma
Permeadas de mimetismo
masivo