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Susanna TamaroDonde el corazón te lleve, de Susanna Tamaro

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Esta es una breve reseña del libro de la italiana Susanna Tamaro, que escribió su novela en los años noventa, titulada Donde el corazón te lleve. La novela es un fiel testimonio que hace una abuela a su nieta, poniéndose el corazón en la mano, diciendo verdades difíciles de oír para cualquiera, incluso para el más entendido.

La reflexión de esta abuela, Olga, nos da para pensar en las culpas que expiamos los hijos de nuestros padres, y cómo ellos pueden también hacerlo, aunque sea por medio de una preciosa carta, la carta más comprometida y más amorosa de todas, aunque no por esto menos ruda e impactante.

La abuela, que como hemos dicho, se llama Olga, se siente culpable por la muerte de su hija Ilaria. Ésta es una muchacha rebelde que, tras una discusión con su madre, sale en su carro fuera de la casa y se estrella contra un árbol, perdiendo la vida, tras haber recibido la noticia de que su padre no es suyo verdaderamente.

A pesar de que este sea un argumento ya bastante masticado, éste permite que nos compadezcamos por Ilaria y la culpabilidad que arrastra su madre. La historia se mueve a través de dos tópicos fundamentales, uno es la relación emocional entre Olga e Ilaria, y la otra entre Olga con su nieta. De igual forma tiene otras historias de la vida, pero que no tocaremos aquí para no develarle al lector la trama o la historia. Trato nada más que éste tenga un abreboca del libro.

La madre de la niña era Ilaria, pero Olga, tras la muerte de Ilaria, se hace cargo de su nietecita. De tal forma que Ilaria creció sin conocer a su padre verdadero, y la niña queda huérfana al perder a su madre.

“Donde el corazón te lleve”, de Susanna TamaroIlaria era una mujer rebelde, con ideas “revolucionarias”, que prácticamente despreció a su madre. Se mudó de su casa materna para estudiar en otra ciudad de Italia. Pero tuvo que echar un paso atrás, y regresar. ¿Por qué? Debido a la relación psicoanalista-paciente que ella mantenía con un sedicente doctor. Olga comprueba que el doctor de Ilaria no era tal, y que jamás se había titulado. Ahora este presunto analista, a cambio de muchas terapias, le había hecho firmar a Ilaria unos papeles hipotecarios, lo cual desencadena su muerte.

Tras la firma de la hipoteca, y al ver que los bancos pedían su casa como prenda, Ilaria va donde Olga a pedir ayuda. Olga, disimulando su enorme malestar y su furia más temible, opta por ser lo más amable con su hija. Pero terminan las dos discutiendo y es cuando Olga le notifica que su papá verdadero es otro.

Con variadas imágenes tomadas de la naturaleza, Olga comienza a escribir cartas para su nieta. De tal modo que éstas constituyen un vivo reflejo de Olga e Ilaria y su relación de discordia. Pero también de gran amor, el amor entrañable que Olga tuvo por su hija Ilaria, y por su nieta, para que ésta última no sufriera más de lo necesario.

No obstante todos los desaires que hagamos con nuestros padres o abuelos, ellos siempre nos querrán, aunque a veces el nexo puede debilitarse debido a un error de nuestra parte, a una grosería, a una descalificación hacia ellos, o por una malacrianza.

El mensaje de las cartas de Olga para su nieta, que es hija de Ilaria, es elocuente. Crecer duele, pero quien te hace llorar, ése es tu verdadero amigo. Ya que a veces nos tapamos con una coraza, que nos impide ver las cosas como realmente son, incluyendo el amor que otros tienen hacia nosotros. Si rompemos la coraza, retomamos el niño interior que todos llevamos por dentro. Es un proceso progresivo, evolutivo y constructivo, ya que nos edifica de modo que nuestras raíces sean profundas, y al advenimiento de un temporal, nuestro árbol que somos nosotros, se mantendrá de pie.