descifrar los trazos
saber robar su suerte
al destino
esperar
leer las palabras
sus huecos
entender
sin caer
sumergirse
soñar al revés
aguatinta sobre un lienzo
horizonte abierto
sangre del tiempo
rayas en un borde
sólo un trazo
se escriben líneas sobre las aguas
sinuosas en el vacío
cuántas líneas misteriosas
llegan desde muy lejos
Atrás
atrás de cada pincelada
de lo que nunca existió
las cartas se ordenan
es el juego sin que falte nadie
dicen que faltó su adhesión al universo
Atrás
atrás de cada pincelada
de lo que nunca existió
las cartas
se ordenan
es el juego sin que falte nadie
nadie
Apenas un pálpito
en el centro del vacío
tu tesoro
un destello
tal un espejo
se pulió mi pluma
sobre el revés del cielo
traza su fábula
en el borde del
margen
Ninguno conoce el color de tu caída
(Tampoco la hoja conoce la caricia de los huérfanos)
jinetes negros
centinelas
pasan delante de molinos de papel
van en círculo al son de trompetas
sombríos páramos se alejan
al revés
las efigies retroceden hacia el olvido
bordean el abismo
Recoge las semillas de la epifanía
la esencia
nadie te convida en tu última suerte
cuando se da vuelta el universo
tu pluma
entre las incertidumbres
arroja a los huérfanos
las semillas
al solitario viajero
todavía sin destino
improbable su verdadera historia
(nadie la creerá ni siquiera los centinelas que vigilan)
Se apagaron las sombras detrás de la muralla
por donde camina el caballero de la nada
Ahora dueño del silencio
puedo decir el canto su canto
inclinado en su locura
cerca la palabra de los sabios
en silencio
se forja su destino
rayado por mi pluma
Se trata del relato: el naufragio en el ajenjo
ojos de sombra a orillas
de la laguna negra
lejos del centro
cerca del olvido
Se acordaba de las fúnebres rondas de los
niños pálidos de Georg Trakl y de la imagen
corrompida del hombre en sus siete cantos
de la muerte