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Poemas

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Unas cuantas risas
un naufragio compartido
y un mismo sueño
te llevaron al final del laberinto
al refugio de la niña

no hay Mar
que te aleje del bosque sagrado

el camino se abre a tus pies
conquistador del Nuevo Mundo

Bienvenida sea tu bandera.

 


 

Permanece el murmullo venido de todas partes
confundiéndose con mi voz

En mi piel duerme
un olor a tierra húmeda
dentro hay una selva nublada
de Luna eterna

El frío camina junto a mis pasos
el fuego olvidó que existo

fuera y aún sin alas
el viento insiste en guiarme.

 


 

Cada paso tarda siglos
el puente se hace cada vez
más angosto

Caminar sobre el silencio
es un ritual diario
                        eterno.

 


 

Un poco más de frío
sólo un poco
y ella se habría llevado
un duendecito lila
debajo de su lengua

Un par de segundos más
y él tendría en su almohada
una mina de risas y placeres

Unas cuantas gotas de vino
y sus pies los habrían llevado
al lado oscuro de la Luna
y allí, desnudos
aún estarían dormidos.

 


 

La Luna me recuerda
que caminaré sola
una vez más
hacia el reino de Morfeo

No estás
para sujetar mi mano

Mis pasos huérfanos
me guían a ninguna parte

Te presiento
en algún rincón entre este caos
y el otro lado del mundo

Espérame mi principito
pronto estaremos juntos
para siempre.

 


 

El alma se desgarra
estalla en mil pedazos

Un Adiós-misil
sale disparado
directo al corazón

El cuerpo inerte
sigue su camino
con una mirada gris
ausente

Y el aliento se queda dormido
esperando el fin de la guerra.

 


 

Una cama
es testigo inerte de la batalla

Pasión
la única bandera

Y esos dos cuerpos
sudorosos
cálidos
jadeantes
las únicas víctimas de la guerra.

 


 

Es temporada de sequía

Hace milenios
que las nubes
dejaron de amenazar

He olvidado cómo bailar
la danza de la lluvia

La aridez
se llevó entre sus garras
la última gota de tu humedad

Pero sigo aquí
con mis pies descalzos
sobre esta tierra infértil
mirando al cielo

esperando.

 


 

Bébeme entera
apaga tu sed en la fuente del placer

toma mi cuerpo
y cómetelo a pedazos
deja que la gula te gobierne

sáciate de mí
acábame

luego vete
llevándome contigo
bajo tu piel.

 


 

He vuelto
gritándole incoherencias al viento

creyeron que había muerto
o peor aun
que era feliz

ilusos
nada peor para un poeta
que la cordura

he vuelto
con nuevos laberintos bajo la lengua
para quedarme.

 


 

Tendido en el suelo
yace el cuerpo casi sin aliento
los sueños se derraman sobre la arena
los besos
como un brebaje chamánico
intentan curar el alma

mira al cielo implorando perdón
mientras se aferra a su mano

pero ya es tarde
ella también se ha ido.