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Capturan a un ladrón en casa del poeta chileno Nicanor Parra
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Un ladrón fue detenido en la casa del poeta chileno Nicanor Parra en el balneario de Las Cruces, perteneciente a la comuna de El Tabo en la Quinta Región, unos 120 kilómetros al suroeste de Santiago de Chile, tras ser sorprendido en el interior del inmueble por Rosa Avendaño, empleada del escritor. El incidente ocurrió a última hora del lunes 3 de marzo, cuando la empleada se percató de que un individuo trataba de entrar en su habitación.

“Don Nicanor estaba en la terraza, yo llamé por teléfono a los carabineros”, dijo la mujer a la prensa chilena. Avendaño, de 37 años, llamó a la policía, y unos agentes que casualmente estaban cerca llegaron en pocos segundos a la casa del poeta. Los carabineros fueron alertados por el propio Parra y la empleada de que el ladrón trataba de huir por el patio trasero, donde fue detenido.

David Oyarzún, de 30 años de edad, residente de la comuna de La Pintana (Santiago) y con antecedentes por robo, compareció el jueves 6 de marzo ante un juzgado, pero como sólo está acusado de violación de morada quedó en libertad, con la obligación de presentarse mensualmente a firmar en comisaría mientras dure la investigación.

Aunque periodistas chilenos intentaron contactar al escritor de 94 años, fue su empleada, Avendaño, quien salió a la puerta para darles un mensaje del autor: “No fue nada grave. Leer San Mateo, capítulo 5, versículo 37”. Dicho versículo de la Biblia dice: “Pero sea vuestro hablar, sí, sí, y no, no, porque lo que es más de esto, del mal procede”. Antes, el autor de Poemas y antipoemas se había limitado a decirle a otro periodista que mejor hablara con la empleada, “porque ella es la que fue semiasaltada”.

Parra no vio alterada su rutina diaria, y cuando llegaron los periodistas estaba durmiendo la siesta, por lo que sólo recibieron de su empleada la invitación de leer el versículo que explica el deseo de Parra de guardar silencio.

Avendaño, que trabaja desde hace más de quince años con el poeta, tiene carácter fuerte y suele discutir con su patrón. Más de una vez se ha ido, pero siempre vuelve. Tras el incidente decidió tomarse un día libre y un familiar del poeta llegó para cuidarlo.

Pese a sus 94 años, Parra suele conducir su Volkswagen “escarabajo” gris, desde donde saluda a todo el mundo con el gesto hippie de la paz, deteniéndose de vez en cuando a conversar con algún vecino.

“Está un poco decaído”, dijeron sin embargo unos albañiles que están trabajando en la casa. A finales de febrero, su hermano Eduardo Parra, músico y poeta popular conocido como “Tío Lalo”, estuvo al borde de la muerte por complicaciones originadas en una obstrucción en la vejiga, aunque después se recuperó. Incluso se llegó a afirmar que había muerto, lo que fue desmentido por su hija Clara Parra.

Fuentes: ANSAEFELa Tercera