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Dos novelas y otros textos inéditos encuentran en archivos de Bolaño
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Cinco años después de la muerte del escritor chileno Roberto Bolaño (Santiago de Chile, 1953; Barcelona, España, 2003), se ha iniciado el estudio de sus archivos a efectos de proceder a la catalogación e inventario de su legado, lo que ha arrojado el descubrimiento de materiales inéditos, entre los que se encuentran dos novelas, varios relatos, diarios y poemas, según se anunció el pasado 6 de marzo en Barcelona.

El futuro del archivo, un mar de libretas y cuadernos de todos los tamaños, una vez inventariado, será seguramente una universidad. Además de El Tercer Reich —la novela inédita que el agente británico Andrew Wylie anunció durante la Feria del Libro de Fráncfort en octubre de 2008—, hay otras dos tituladas Diorama y Los sinsabores del verdadero policía o Asesinos de Sonora.

El único texto sobre el que existe por ahora la decisión de publicación es El Tercer Reich, inspirado en uno de esos wargames por los que Bolaño tenía, según confesión propia, una inexplicada debilidad. El escritor solía escribir primero a mano y después pasaba el texto a máquina; en 1995 adquirió su primer ordenador y antes de morir tuvo tiempo de transcribir en formato digital unas 60 de las 350 páginas de la novela, lo que indicaría su voluntad de darla por concluida.

La obra transcurre en la Costa Brava, donde Udo Berger, campeón de juegos de rol alemán, tras cruzarse con personajes siniestros, libra una partida a muerte con el enigmático y desfigurado Quemado.

Bolaño, cuya novela 2666 acaba de obtener el premio de los críticos estadounidenses, empezó a tener éxito a los 44 años, por lo que en uno de sus diarios, anterior a esa época, afirma: “Estoy seguro de que moriré inédito”. Estos mismos diarios recogen anécdotas sobre el desarrollo del autor, como la idea primigenia de Diorama —la historia del vigilante nocturno de una sala de cine frecuentada por un público de tercera edad y cuyo propietario sentía el aliento de la mafia tras él—, que se le ocurrió mientras trabajaba como vigilante del camping Estrella de Mar.

Según la información contenida en sus archivos, la primera vez que Bolaño escribió el nombre de Benno von Archimboldi —el escritor alemán cuya presencia hila las cinco novelas de las que se compone 2666— fue en 1988, a la edad de 35 años, mientras vivía en Blanes como escritor inédito. Hay notas manuscritas con los personajes que quince años más tarde emergerían en 2666, poemas que coinciden con sus narraciones, como “El Gusano” de Llamadas telefónicas.

También hay ejemplares de periódicos mexicanos y españoles, en cuyas hojas casi siempre aparecen operaciones aritméticas, quizás su contabilidad del número de líneas escritas o por escribir, y junto a anotaciones y reflexiones, la anotación de su menú del día.

El autor acumulaba material narrativo cuyas tramas eran revisadas y corregidas continuamente. De uno de los legajos con una ingente cantidad de folios (Los sinsabores...) salieron ni más ni menos que Estrella distante, Los detectives salvajes y las cinco novelas de 2666. Entre el laberinto de borradores, hay una versión más reducida de Los detectives salvajes y un bloque homogéneo que podría considerarse la sexta novela de 2666.

Bolaño no aclara, en 2666, por qué Amalfitano, el especialista en la obra de Benno von Archimboldi, abandona Barcelona para ir a dar clases a la población mexicana de Santa Teresa (trasunto de Ciudad Juárez), “un oasis de horror en medio de un desierto de aburrimiento”. En el original hallado ahora se desvela el misterio de su fuga, un motivo sorprendente que explica muchos cabos sueltos del personaje, y que adquiere, así, a la luz de este texto, nueva dimensión.

Entre los papeles destacan, por su abundancia, los poemas inéditos dejados por el escritor. Bolaño fundó en México, entre 1975 y 1976, antes de trasladarse a Barcelona, el movimiento infrarrealista. El texto de presentación del grupo, “Déjenlo todo, nuevamente. Primer Manifiesto del Movimiento Infrarrealista”, fue obra del escritor chileno, con tono de posvanguardia y anunciando ya su realismo visceral: “Cortinas de agua, cemento o lata, separan una maquinaria cultural a la que lo mismo da servir de conciencia o culo de la clase dominante”, y donde el poeta es “héroe develador de héroes, como el árbol rojo caído que anuncia el principio del bosque”, pues “soñamos con utopía y nos despertamos gritando”.

Los diarios más importantes son los que abarcan hasta 1980, momento en que Bolaño se traslada de Barcelona a Girona y después a Blanes. La caja que contenía los manuscritos antiguos quedó olvidada y sólo ha sido abierta ahora para el inventario. Muestran que la capacidad creativa de Bolaño era pasmosa: escribió desde textos sobre una virgen ninfómana de Barcelona hasta una sátira desternillante con el torero Fran Rivera como personaje.

Fuente: La Vanguardia