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Muere a los 82 años la poeta peruana Blanca Varela
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La poeta peruana Blanca Varela falleció este jueves 12 de marzo a los 82 años de edad, según informaron sus familiares. La célebre escritora deja tras de sí una memorable obra lírica reconocida universalmente y condecorada con galardones como el premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, en 2007. La familia decidió que su velatorio y entierro se realizaran en estricta intimidad.

Nacida en Lima en 1926, Valera fue condecorada con la Medalla de Honor concedida por el Instituto Nacional de la Cultura del Perú. También recibió en 2001 el Premio Octavio Paz de Poesía y Ensayo, y fue la primera mujer en ganar el Premio Internacional de Poesía Ciudad de Granada Federico García Lorca en 2006. Ambos reconocimientos están entre los más importantes de poesía en español.

Paradójicamente, su etapa de mayor reconocimiento coincidió con el mutismo en el que la fue sumiendo poco a poco una trombosis. Quienes la conocieron aseguran que “Varela nunca buscó premios ni reconocimientos” y destacan que “la Blanca literaria y la que preparaba un pisto eran la misma persona”, ya que “como escritora hacía muchas transfiguraciones de sucesos que le ocurrían en su vida cotidiana”, según declaraciones del también poeta peruano Edgar O’Hara.

Hija de una popular compositora de valses criollos, Varela estuvo casada con Fernando de Szyszlo, el pintor más importante de Perú contemporáneo. En 1949 viajó a Francia, donde entraría en contacto con la vida artística y literaria de esa época de la mano de Octavio Paz, figura influyente en su carrera de poeta. De esa etapa data su amistad con Jean Paul Sartre, Simone de Beauvoir, Henri Michaux, Alberto Giacometti, entre otras figuras.

Precisamente, el autor de El laberinto de la soledad fue una de las grandes referencias de la escritora peruana. Paz prologó su primer libro y, de paso, la ayudó con el título. Ella le había puesto Puerto Supe. A él no le gustaba. Cuando Varela le recordó que “ese puerto existe”, él le dijo: “Ahí tienes el título”. El libro fue publicado en 1959 como Ese puerto existe.

Después de su larga temporada en París, vivió en Florencia y luego en Washington, ciudades donde se dedicó a hacer traducciones y eventuales trabajos periodísticos. En 1962 regresó a Lima para establecerse definitivamente y cuando viajaba solía hacerlo principalmente a Estados Unidos, España y Francia.

Las obras de la autora han sido traducidas al alemán, francés, inglés, italiano, portugués y ruso. Entre sus trabajos se destacan Luz de día (1963), Valses y otras falsas confesiones (1972), Canto villano (1978), Del orden de las cosas (1993), Ejercicios materiales (1993), El libro de barro (1993), Como Dios en la nada (1999) y Concierto animal (1999).

Fuentes: AFPEFEEl PaísRPP Noticias