Letras
Poemas rioplatenses

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Piel

Yo que soy el mi bemol que conociste
por pintarte la consola desvelada
que danzando un estribillo compadrito
me propuse ser cortina en tu programa.

Pues no supe respetarte los silencios
ni a aquel viejo operador tras la ventana
me introduje por micrófonos de ritmos
en acústicas paredes de tu alma.

Vos te hiciste del oyente compañera
proponiéndole a su oído la nostalgia
cuando un fueye me estiró en dos por cuatro
sin prestarme su afinado pentagrama.

Si creciste desde discos arrugados
con historias de bulines y de paicas
fuiste copas y poetas esculpidos
en libretos de tu mesa y en balanza.

Ensayaste mil atriles con milongas
y los mágicos cantores por el alba
te dejaron vozarrones perfumados
con la misma religión que nos abraza.

Porque somos la ciudad a toda hora
dibujantes de suburbios y quebradas
intentemos nuestra piel de tango y radio
que nos queda algún lugar donde grabarla.

(Ganador del 2º Premio del Concurso Literario Internacional Nelson Marroco “Las radios y el tango”, convocado por la Academia del Tango de la República Oriental del Uruguay y la Asociación General de Autores del Uruguay, Agadu; Montevideo, Uruguay, febrero de 2009).

 

Jueves (Tango)

Por mis venas arrobadas,
como amores en cascada,
corre sangre ensangrentada
con aromas de tu piel.
Cuando vago en tus orillas
ensayando mil caricias
los silencios de la brisa,
por tu vientre, son mi sed.

Territorio de horizontes
en tu músculo de bronce,
fuego y parche de candombe,
geografías de tu ser.
Mis te quieros de entusiasmo
trepan noches, gritan tangos,
en rincones de tu patio
con tangentes de placer.

Cada jueves,
saldrá a buscarte mi alma
desde un balcón de nostalgia
entre guitarra y dolor.
Por eso,
Montevideo, divina,
me abrazarán en tu esquina
café, quiniela y un gol.

Los colores de tu alcoba,
en tu entrega por las sombras,
son un vértigo de alondras
y tu raza capital.
El paisaje de tus plazas
me levanta de la escarcha
y me muestra tu esperanza
estatua, verbo y telar.

Es tu puerto distintivo,
es tu paz un pergamino
que en el trasluz de este vino
me vuelve el viento a nombrar.
Los perfiles de tus ecos
son mi luz y mi alimento,
son la música del beso
de nuestro amor sin final.

Cada jueves,
saldré a buscarte encendido
desde el cemento hacia el río
entre la bruma y el sol.
Por eso,
Montevideo, divina,
escribiré en tus esquinas
que estoy de novio con vos.

 

Mi próxima milonga

Cuando escriba mi próxima milonga
quizá pierda el invicto algún acento
y el verbo se destiña en mi solapa
con letras que son trozos de desechos.

Cuando nazca mi próxima milonga
que venga sin arrugas de postales
se inspire en metáforas de hembras
reúna los otoños de la calle.

Cuando llegue mi próxima milonga
que no sea vagón de retaguardia
que astille los cristales de la luna
y bautice mi ciudad de campanadas.

Cuando escuche mi próxima milonga
crecida de un acorde a contramano
seré yo el sur de los atriles chuecos
quemándome de alcohol, tabaco y piano.

Cuando busque mi próxima milonga
acaso la hallaré junto a mi almohada
rogando que le cante en el oído
las rimas y los versos que faltaban.

 

Tango

Portate una tarde
sin rimmel ni pausas
decile a tu blusa
que venga a volar,
dejá en tus ojeras
rasguños de otoño
vistiendo de entrega
la piel de tu edad.

Portate una tarde
con todas las letras
hacete al chirrido
del viejo bulín,
quemate en pedazos
conmigo en la hoguera
viviendo lloviznas
al borde de abril.

Portate una tarde
descalza y sin sombras
dejame en redondo
tu ardiente bretel,
subite de risas
al mapa de un tango
rompiendo el boleto
del último tren.

(Ganador del Certamen Latinoamericano de Poesía del Ministerio de Educación y Cultura, Cx20 y Radio Montecarlo; Montevideo, Uruguay).

 

Milonga de conventillo

Vino a verme una milonga
hecha de lata y esquina
desafinada en dialectos
de gringos en cada rima.
Tiene pasillos de gritos
prostitutas a medida
promiscuos patios descalzos
con un color de ceniza
como la gata preñada
que ve la luna y le guiña.

Vino a verme una milonga
de inquilinato y de ruinas
de olor a puerto arrugado
insalubre de letrinas.
Nacida de una guitarra
y por un fueye esculpida
trajo alcohol sobre una siesta
de paredes compartidas
de tos, de barro y paisaje
de una esperanza marchita.

Vino a verme una milonga
con versos que son espinas
desde una toalla prestada
que huele a esperma y gomina
Busca enredarme en sus notas
lunfardas y evocativas
burreras, sentimentales
más que nada compadritas
para que baile con ella
porque espera mis caricias.

 

Valorándote (Tango)

(al Prof. Nelson Pilosof)

Voy subiendo por las letras de este tango
que un buen duende de la noche me entregó
confesándome que han sido concebidas
como un trozo de metáfora y de sol.

Son perfume desde un Patio de recuerdos
ese mismo que tu rima nos legó
y le roban los misterios a los verbos
que se mojan de campanas, sed y ron.

Estribillo

Mañana
cuando se encienda tu acento
desde tu atril soñador
el aire
se inundará de banderas
de gorriones, de quimeras
a puro verso y pasión.

Viva el coro que se inclina ante tu musa
aplaudiendo tu escenario de anfitrión
y se inspira en la música que viaja
hacia el puerto que tu himno no olvidó.

Sos la tinta que se mece ciudadana
junto al alma que con ella se vistió
empapando las esquinas rioplatenses
de ese templo en dos por cuatro religión.