Sala de ensayo
Ilustración: Todd DavidsonEl “gendarme necesario” en la Venezuela del siglo XX
A través de las novelas Oficio de difuntos, Falke y Perfume de gardenia

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La Venezuela del siglo XX fue, sin duda, un retrato lleno de múltiples contradicciones: señales de progreso que contrastaban con las acciones más retrogradas e inhumanas; crecimiento vertiginoso de la población en vivo contraste con la persecución, hostigamiento y desaparición de miles de venezolanos, son apenas pequeños brochazos sobre un periodo de tiempo prolífico en hechos que definieron el rumbo del país, y paradójico, por cuanto permitió establecer grandes interrogantes sobre nuestra nación: ¿por qué Venezuela requirió casi siempre como agenda política de un “gendarme necesario”?

Responder tal cuestionamiento no es tarea fácil. Primero porque las características en que se han sucedido los acontecimientos permiten a simple vista argumentar que el contexto histórico cultural no daba más oportunidades. Pareciera entonces que las cosas no pudieron pasar de otra forma que exactamente como ocurrieron.

En el caso específico de la dictadura del general Juan Vicente Gómez, Venezuela acababa de salir de una cruenta guerra la cual tenía al pueblo harto de tanta muerte, miseria, pestes, privaciones, saqueos y toda clase de actos que violaban todos los derechos humanos fundamentales. Sin una educación con bases filosóficas y metodológicas que garantizaran el acceso a las masas, en un estado predominantemente agrícola y en medio de una matanza diaria, es muy lógico que la llegada de un gobierno “pacifista”, que se ocupara de aplacar los focos de violencia e insurrección y con el fiel compromiso de traer la tranquilidad a la Patria, se instaurara y se ratificara por mucho tiempo.

Ahora bien, digerir estas realidades en unas pocas líneas no tiene en sí mismo mayor trascendencia, no obstante, la literatura con sus versiones posibles de los hechos, su mirada aguda ante los acontecimientos y sin lugar a dudas con su poderosa imaginación, sí lo logra. Y no sólo entender y representar una realidad, sino extasiarnos en el sentimiento de los que sí vivieron periodos que hoy parecen ficción.

“Oficio de difuntos”, de Arturo Uslar PietriLa literatura lo logra porque a través de la ficcionalización nos aproxima a los seres, personajes, vivencias, contradicciones propias del hombre. En el caso de Oficio de difuntos, de Arturo Uslar Pietri, se puede consolidar una mirada objetiva sobre la dictadura de Gómez. Esta novela magistralmente escrita por una de las mentes más brillantes de este país, sintetiza la forma en que se instauró el poder dictatorial y cómo todos aquellos que formaran parte del círculo de poder gozaban de variados beneficios.

Es el caso del padre Solana quien a pesar de ser ficcionalizado en la novela, pues, para cuando suceden los hechos narrados por él, tenía varios años de muerto, permite desentrañar una madeja de corrupción al tiempo que configurar a la efigie del general con toda su particular personalidad. Acercarnos a él a través de Oficio de difuntos es mucho más fácil, lo encontramos igual de contradictorio pero ante y sobre todo más humano.

La historia comienza con la muerte del general —a quien se le ha cambiado el nombre al igual que los lugares, pero que siguen siendo en esencia los mismos— hecho que sorprende al padre Solana, puesto que se “había acostumbrado a la idea de la imposibilidad de la muerte del general”. Sin embargo, no es la muerte lo que asombra y asusta al padre sino la tragedia venidera para él y todos los que como él formaron parte de ese hilo de corrupción de la dictadura. En ese primer capítulo, el padre Solana vislumbra casi visionariamente cómo se empezará a llenar la ciudad de saqueos, revueltas y persecuciones. Siente cómo el universo a través de ese duro golpe, comparable a la caída de un imperio, le cobra las innumerables y reprochables acciones que caracterizaron su vida.

Luego, a medida que se sumerge en la narración, el padre Solana nos pasea por la vida y obra de Gómez, las terribles injusticias así como su estrecha relación con Castro. Se ratifica la crueldad de la dictadura desde la mirada humana de quienes la padecieron, haciendo por ejemplo gala del morbo y sadismo que se había apoderado de los verdugos del poder. Mereo Pacheco, por ejemplo, tocaba al son de un arpa mientras los presos de La Rotunda agonizaban comiendo vidrio molido, con grilletes a sus pies.

También se muestra la agonía del general así como su ascenso al poder, sus convites, amigos, mujeres, parrandas, excesos, sus dramas. La cotidianidad se hace presente en esta obra permitiendo conocer su posible intimidad, sus contradicciones. Es, sin duda, una de las novelas más importantes para aproximarnos a la construcción del “gendarme necesario”.

“Falke”, de Federico VegasLa novela Falke, de Federico Vegas, también se centra en la dictadura de Gómez. Está basada, al igual que la de Uslar Pietri, en hechos reales, pero contiene muchos más elementos de ficción. Aunque es contada “supuestamente” por el propio Rafael Vegas, protagonista del fallido intento de derrocamiento a Gómez en Cumaná, la novela se nos devela a través de su universo literario, más ambigua, permitiendo que la historia se nos haga más humana y retando por ende las versiones oficiales sobre el evento.

Comienza con Federico, el escritor de la novela, relatando la primera vez que vio a su tío Rafael, el cual le parecía sufrir de una terrible enfermedad (mal de Chagas). Según él, sintió el llamado a escribirla, no tenía más opción. A través de contactarse con la hija de su tío consigue una caja que contiene:

  • Carta de Rómulo Gallegos a Rafael Vegas.
  • Carta de Rafael a Rómulo Gallegos.
  • Cinco carpetas con la descripción de la aventura del Falke.

Y que será el material con que se construirá ese pasaje trágico de la historia de Venezuela donde jóvenes promesas del país perdieron su vida de manera trágica y fortuita. Todas las explicaciones quedan cortas para justificar este acto tan ruin y sólo a través de una novela donde los acontecimientos son contados de manera ficcional es que se puede entender que probablemente no había otra forma en que se dieran los hechos.

Luego, aparece una “supuesta” carta de Rómulo Gallegos a Rafael Vegas, donde el célebre escritor le responde a Rafael que NO puede ayudarle en su empresa de armarle una novela sobre la travesía del Falke. Le explica que solo ÉL (Rafael) puede contar la historia. Además aduce que está todo muy reciente como para sacarlo a la luz pública, con lo cual heriría a mucha gente. Temporalmente hablando ya ha sucedido todo, incluso ha muerto el general Gómez, hecho que creían imposible: “...acaso no sabíamos que hasta el más cruel y obstinado presente se convierte en pasado” (Vegas:32).

Federico Vegas, el escritor de Falke, hace con las cartas el telón de fondo CREÍBLE, VEROSÍMIL, de la novela, haciéndonos figurar como lectores que todo lo allí plasmado es cierto. La parsimonia de la carta, su forma tan impecable de presentar cada palabra, hace posible que realmente Gallegos le esté respondiendo al joven escritor (Rafael Vegas) quien para ese entonces ya había retomado los estudios de medicina en Europa.

En la carta de Rafael Vegas a Rómulo Gallegos, el joven aventurero le pide a su escritor predilecto, orgullo nacional para el momento (Rómulo Gallegos), que trate de hacer una novela con los materiales que le está enviando (5 carpetas), le explica que además de construir una ficción con toda esa terrible verdad allí plasmada, le servirá a él (Rafael) de EXORCISMO para alejarse del dolor, frustración y rabia que le producen los recuerdos.

Después irá apareciendo paulatinamente cada carpeta. En la primera, se ubican en París. Rafael vive bien. Estudia medicina, está con sus amigos. Tiene muchas dudas y a la vez muchas certezas de hacer la invasión a Cumaná con la cual derrocarán definitivamente la dictadura del general Juan Vicente Gómez. Hay, sin embargo, cierto hermetismo sobre el ataque. Conoce a Delgado Chalbaud y a Pocaterra. Les muestra respeto y admiración. Se relatan microhistorias como por ejemplo la relación entre Rafael y su novia Rosario en Caracas así como con Simone en Francia. Con la de su ciudad natal es parco, distante, frío, limitado a las cartas que se escriben. Con la francesa es natural, espontáneo, feliz. Mantiene en secreto su intervención en el futuro asalto tanto a sus padres como a su novia formal. También se detiene a explicar los detalles del armamento, la tripulación, la forma en que lograron convencerlos de incorporarse a semejante odisea. También se cuentan relatos sobre La Rotunda, que permiten con tanta crueldad mantener viva la llama del odio y la venganza. Pareciera que es lo único que los mueve.

En la segunda carpeta se mantienen vivas las historias personales sobre lo padecido en La Rotunda. Surge la temática del ESPIRITISMO y de cómo estas creencias guían la expedición del Falke. Rafael describe las penurias de la tripulación: vómitos, mareos, malas comidas, olores insoportables, nimiedades que nos recuerdan que ante todo son HUMANOS que sienten y padecen. Rafael escribe inicialmente a escondidas y luego delante de todos sin levantar sospechas. Todavía se mantiene cierto hermetismo con respecto al plan pero se vislumbra con mayor fuerza que el eje que mueve a los líderes es el odio y la venganza. Su amigo Armando Zuloaga también escribe sobre la travesía pero está convencido de que morirá a los 24 años porque una adivina se lo predijo en París, dándole mayor consistencia a la hipótesis del espiritismo y las creencias propias de la época. En vista de que Rafael está temeroso de que se extravíen sus escritos, se los entrega a Pocaterra, quien se quedará dentro del barco junto a Carlos Delgado Chalbaud quien es aún un jovencito.

La tercera carpeta es escrita cuando todo había acabado, de acuerdo a Federico Vegas, el escritor de Falke, su tío Rafael habría escrito estas páginas creyendo sentir alivio al dolor del reciente fracaso. Acepta, de acuerdo a sus propias palabras, que muchos de los pasajes descritos allí están bañados por la imaginación, pues son producto de su memoria y por tanto se ceñirá a lo que ésta le traiga. Esta justificación es necesaria por cuanto le da verosimilitud al relato al tiempo que permite a carta cabal emplear todas las divagaciones que sean necesarias así como todos los recursos ficcionales, porque como él mismo lo señala está marcadamente dentro del terreno de la ficción.

Esto le da ventaja al escritor de poder crear una atmósfera ambigua donde, como suponen historiadores y críticos, la confusión imperó. Describe, pues, la llegada a Cumaná, las bajas humanas, que por cierto fueron muchas, la supuesta traición de Pedro Elías. Se asoman pequeños personajes olvidados por la historia oficial: los habitantes del pueblo de Cumaná, los niños corriendo, las mujeres trayéndoles las arepas o aguapanela, las improvisadas curas a los heridos.

También se aborda la huida de los sobrevivientes. Al protagonista lo llevan y traen como a un títere, pasa penurias, privaciones y hasta un ataque de un chigüire. Narra la fatalidad de sentirse aislado, perseguido, enfermo, triste. Su pena moral es mayor que su dolor físico. Incorpora elementos propios del llano: creencias, gente, idiosincrasia.

Esta carpeta tiene la particularidad de abordar la invasión y sus consecuencias sin el acartonamiento de las versiones oficiales. Como se afirmó anteriormente, permitió a través de sus líneas comprender mejor los sucesos, recrear una posible versión de los acontecimientos, indagar en la complejidad de sus protagonistas, no sólo los mártires, los que llenan las páginas de los libros de historia, sino los pequeños seres que con su presencia dieron paso a ese sueño de libertad que reinaba la expedición del Falke.

En ese mismo orden de ideas, la cuarta carpeta se enfoca en la huida de Rafael Vegas desde la isla de Puerto España hasta Europa. Al hacer escala en Trinidad lo hacen preso al creerlo un drogadicto. En la cárcel sufre las penurias que una intentona golpista quizás no le habían infligido. En esta carpeta Federico Vegas, el escritor de Falke, es sumamente fantasioso, incorpora situaciones y hechos irrelevantes para el relato. Es como si quisiera despertar en el lector mucha lástima hacia Rafael. Lo más significativo de esta carpeta es que el joven Rafael descubre que supuestamente Gómez supo todo el tiempo dónde estuvo él, dónde lo escondieron, quiénes lo ayudaron. Además es Gómez quien financió, ejecutó y aplastó la travesía del Falke desde Europa hasta Cumaná. Estas afirmaciones tienen una connotación de duda y a la vez de certeza que desaniman al protagonista llenándolo de frustración, rabia y más dolor del que ya tenía.

En la quinta y última carpeta, Rafael está centrado de nuevo en estudiar. Han pasado cuatro años y por lo tanto ve las cosas con mayor claridad. Se inclina por la psicología. Afirma —intentando darle una explicación lógica al fracaso del Falke— que a Venezuela la acaba ¡la HISTERIA! Por eso no resuelve ninguno de sus problemas como país.

Veguitas ha decidido mantenerse equilibrado. Lejos de vengarse quiere olvidar. Hay un dejo de rabia y frustración en sus palabras. Siente que perdió un tiempo valioso y ya no se muestra interesado por descubrir quién tuvo la culpa. Se emplea el pesimismo y la resignación como telón de fondo del estado anímico de nuestro protagonista.

Para finalizar la novela Falke, Federico Vegas emplea unas APOSTILLAS que vienen a ser una especie de confesión sobre el hecho de que Rafael Vegas sólo había escrito 11 cuartillas sobre lo sucedido en el Falke, con lo cual nos revela como lectores que todo no es más que ficción, una alegre y desinhibida invención de un sobrino con una mente prolífica, vívida y ágil. También nos confiesa Federico que se asesoró con familiares y amigos, lo que reafirma su necesidad de mostrar la otra parte de la historia, los personajes desestimados por la academia: obreros, pueblo en general, mujeres, niños de Cumaná. Es evidente que el escritor reconoce la necesidad de falsear la historia pues a través de personajes casi irrelevantes se desentraña en los rincones de un pasaje trágico de la historia de Venezuela.

En relación con Oficio de difuntos, Falke está más impregnada del elemento ficcional. En ella, a diferencia de la novela de Uslar Pietri, no se caracteriza al general Gómez desde el punto de vista físico, sino se explora más su devastador poder, el que sin duda se extendía hacia otros rumbos fuera de la nación. Uslar Pietri permite configurar al dictador en su figura de “gendarme necesario” mientras que Vegas se centra más en sus increíbles influencias dentro del país y fuera de él. Es como si quisiera decirle a las nuevas generaciones que existió una leyenda sobre un hombre poderosísimo, capaz de manejar a sus enemigos como marionetas en los confines del mundo.

“Perfume de gardenia”, de Laura AntillanoPor otra parte, la novela de Laura Antillano, Perfume de gardenia, considerada una de las más emblemáticas novelas históricas de Venezuela, es una hermosa producción que resume las etapas que definieron las tendencias político-culturales del país durante el siglo XX. Aunque esta novela se enmarca dentro de la narrativa contemporánea caracterizada por múltiples voces (polifonía) y múltiples historias contadas al mismo tiempo, le da una nueva mirada a los eventos que marcaron el rumbo del país.

En ella aparecen —a través de tres generaciones de mujeres pertenecientes a una misma familia: la nieta, la madre y la abuela— los acontecimientos, modas, formas de pensar y actuar del venezolano así como del resto del mundo. A diferencia de las novelas antes descritas, Antillano se permite la libertad de mostrar no sólo lo que ocurría en Venezuela mientras derrocaban a Medina Angarita, por ejemplo, sino que señala hechos que sucedían en otros rumbos del mundo.

Así pues, aparecen perfectamente las canciones de Los Beatles o de Carlos Gardel si éstos estaban de moda, marcaban la pauta así como la II Guerra Mundial que promovió la marcada inmigración que nos define. Pareciera que el hecho cultural implícito en la cotidianidad de los personajes fuera un elemento trascendental en la historia, tan significativo como la dictadura de Pérez Jiménez o el derrocamiento de Allende.

La novela emplea los hitos culturales que marcaron cada época en aras de ubicar al lector en el tiempo y espacio requeridos, pero en realidad es la historia de una familia venezolana común marcada por los conflictos normales de todos los días y unidos por el amor. Hay mucho de anecdótico, autobiográfico, poético y sublime. Narrada de manera alterna en primera, tercera y todas las personas del singular y el plural, es una hermosa forma de descubrir cómo se ha ido formando el imaginario del venezolano. Cómo cada generación ha hecho con sus sueños e ilusiones marcas indelebles en lo que conforma el ideario nacional.

Perfume de gardenia es una novela que se enmarca en la generación de novelistas y narradores de finales de siglo o posmodernos, que juegan a construir un discurso arriesgado, trasgresor, que se aleja de la norma, del canon, de esa linealidad que aburre al lector contemporáneo, por ende, es una obra con una forma y un cuerpo que envuelve, encanta, sumerge; es, sin duda, un clásico de la literatura nacional y no sólo por permitir acercarnos a los pasajes que definieron nuestro país de manera ingeniosa, sino porque abre espacio para la creación de múltiples interpretaciones sobre un mismo hecho, que es a final de cuentas el objeto de la literatura actual.

Comienza con la muerte de la abuela. Nuestra protagonista tiene apenas ocho años. Es una visión infantil del mundo y de la muerte. No hay precisión de fechas pero puede, por los detalles culturales como la música y los íconos de moda, ubicarse a fines de los años 50, recién derrocado Pérez Jiménez.

Luego, se mostrará cómo se va desarrollando hasta hacerse una jovencita. Se describen sus hermanitos, la cotidianidad de su hogar, la complejidad de lo simple está en cada línea, en cada fragmento. Se hace mención de la tortura de los famosos exámenes finales, su primer amor, las cosas de chicas. Se menciona también la forma de sometimiento de los estudiantes que manifestaban.

“Perfume de gardenia”, de Laura AntillanoEn la segunda parte de la novela se da un giro hacia el pasado. Se muestra, pues, cuando la abuela estaba joven. Están en plena época gomecista y el rol de la mujer es de lo peor. Éstas son consideradas un bien negociable. Su abuela entonces tiene que casarse con su abuelo por arreglo de su hermano mayor. El rol de la mujer es tristemente develado en unas cartas escritas a mano y que describen perfectamente cómo debían actuar. Después se mostrará cómo nace su madre y sus tíos en medio de la pobreza así como sus privaciones y cómo fueron desplazados víctimas del terremoto de Cumaná.

En la adolescencia y casi adultez de su madre, quien sí estudió y ejerció una profesión, y a quien no le escogieron el marido, se muestra la Caracas bonita de hace décadas, El Silencio es una especie de urbanización de la clase media, pintoresco, alegre, no lo que vemos hoy día rodeado de buhoneros, ruido y basura y que le dan a Perfume de gardenia el carácter de rescatadora de nuestras raíces.

Su vida de casada la hará en un apartamentito de El Silencio donde acogen a la abuela por haberse quedado sola (no se define si por viudez o abandono). Se hace mención a la mujer como cabeza de familia, se reconoce la matriarcalidad venezolana.

Con el devenir de la dictadura perezjimenista, se suceden desapariciones, prisiones y torturas. El padre de la protagonista es víctima de la Seguridad Nacional, hecho que es descrito por encima, como de pasadita, los abusos del régimen así como las grandes obras arquitectónicas no son estimados como columna vertebral del relato sino como mera referencia: “Ese que los mandaba a la tortura, descalzo sobre rines, ese que los hacía acostar en bloques de hielo, ese que les mandaba a quemar los testículos, ese, ese, ese...” (Antillano:180).

Este hecho que pareciera no significar nada para nuestra protagonista porque apenas estaba recién nacida está enmarcado en la más cruenta de las realidades: estaban desapareciendo seres que tenían familia esperándolos en casa, pero en las calles todo seguía normal:

“...este año serán casi diez para la dictadura: el mundo desde afuera está repleto de acontecimientos terroríficos, sucedidos día a día, más torturas, nuevos métodos, nuevos desaparecidos... Los niños ya van a la escuela, en la mañana hay que levantarse muy temprano, los uniformes deben estar bien planchados, las medias y los zapatos en orden...” (Antillano:177).

No obstante, su padre estuvo mucho tiempo bajo arresto lo que condujo a que su madre tuviese que ir todos los días, con una barriga que le llegaba a la barbilla, a visitar a su esposo privado de libertad y bajo formas de agresión minimizadas a la claridad de sus ojos. Aunque Laura Antillano no haga énfasis sobre esto, significa una marca que pesa sobre nuestros hombros, que nos invita a reflexionar y preguntarnos: ¿por qué la gente no hizo nada?, ¿por qué aguantó tanto tiempo?

Desde el inicio del presente ensayo hasta ahora las interrogantes planteadas no han sido nada fáciles de responder. En el caso de Perfume de gardenia pareciera igual que las anteriores novelas analizadas: no había podido ser de otra manera. La cultura y las circunstancias no lo habrían permitido.

Retomando la novela de Antillano, después de recuperar la libertad, el padre de nuestra protagonista regresa al hogar con los resentimientos propios de las víctimas de abuso dictatorial, no obstante, el odio y el resentimiento no serán, a diferencia de Falke y Oficio de difuntos, el eje motor de las acciones, la muchacha seguirá creciendo de manera normal y seguirá paseándonos por los vericuetos pasajes de la entrante modernidad.

En la última parte de la novela ya no sólo se centrarán en la protagonista sino en sus hermanos, quienes tienen oportunidad de vivenciar eventos significativos para sus vidas así como para el resto de la humanidad. Un ejemplo de ello, es que sus hermanos estén en Chile cuando el golpe a Allende. También nos abre un abanico de posibilidades al explicar el escándalo que hacen sus padres cuando ella decide ir a Europa para hacerse escritora, nos dice solapadamente que la cultura de los 80 estaba apegada a las viejas normas que condenaban a la mujer a casarse y dedicarse a unos hijos y a una familia, toda opción ajena a ella sería motivo de rechazo y crítica por los miembros de la sociedad.

La guerrilla de los años 60, la música de moda, los iconos del cine, de los boleros o la nueva generación de políticos en la escena nacional desfilan en esta parte de la novela llevándonos a un desenlace que nos recuerda el mundo íntimo de la mujer, su anhelo de libertad y su consagración al derecho a elegir la vida que se quiere llevar.

En conclusión, Perfume de gardenia es un paseo por la intimidad de una familia común y corriente de la Venezuela del siglo XX, enmarcada en un telón de fondo histórico-cultural que definió cada época con la mención de reconocidas figuras del quehacer mundial de toda índole (cultural, política, social): Juan Vicente Gómez, Marcos Pérez Jiménez, la Billo’s Caracas Boys, Los Beatles, Miguel Otero Silva, Carlos Cruz-Diez, Raúl Leoni, Carlos Raúl Villanueva, Víctor (El Chino) Valera Mora, Simone de Beauvoir, María de Jorge Isaacs, entre otros.

Por todo lo antes expuesto, las novelas analizadas permiten, pues, darle una mirada distinta a los eventos históricos que marcaron el rumbo del país. Permite darles una carga humana, un seguimiento y comprensión no sólo desde la óptica academicista, desde la generalidad, sino desde y sobre todo de la particularidad de seres que tienen mucho que decirnos, de voces que esperan ser oídas, que esperan ser develadas para evitar que vuelvan a suceder terribles signos de ignorancia y atraso. Que no vuelvan a asentarse formas de represión, que nos reconozcamos e identifiquemos en ellos, que nos sintamos producto de esos eventos pasados y precursores de los actuales y venideros.

Finalmente, responder los cuestionamientos sobre el “gendarme necesario” en la Venezuela del siglo XX no es, como ya se planteó, tarea sencilla, por tanto, una de las mejores formas de reinventar los hechos, comprenderlos, asumirlos como único camino posibles es la literatura, fuente inagotable de imaginación, documentación y vivencias que hacen de ese proceso de catarsis una peculiar manera de aproximarnos a la historia.

 

Bibliografía

De fuente directa

  • Uslar Pietri, Arturo (1976). Oficio de difuntos. Barcelona: Seix Barral.
  • Vegas, Federico (2005). Falke. Caracas: Mondadori.
  • Antillano, Laura (1979). Perfume de gardenia. Caracas: Publicaciones Seleven C.A.

 

De fuente indirecta

  • Menton, Seymour (1992). La nueva novela histórica de la América Latina, 1979-1992. México: Fondo de Cultura Económica.