Artículos y reportajes
Méndez Bellini y los anillos de Saturno

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Hay páginas en la literatura venezolana plenas del arte que hizo a Grecia inolvidable en la memoria del hombre; con ese arte se comenzó a multiplicar la belleza de la vida, arte con el que el hombre atrapa las letras de la palabra amor en el paso frenético del tiempo, en los elementos que ansía o ama.

En Maracay una agrupación de hombres y mujeres que se identifican como “Pie de Página”, dedicados al cultivo de la literatura en sus diferentes géneros, ha puesto en los anaqueles de las librerías de la región central un pequeño volumen de poesías: Anillos de Saturno, de la autoría de la ex merideña, nacida en Caracas en 1952, Carmen Alida Méndez Bellini, amada amiga, que aparte de su oficio de poeta ejerce los de dulcera, muñequera, conferencista, ceramista, educadora ambiental, guía del parque Henri Pittier y viajera incansable.

La Méndez Bellini, en sus Anillos de Saturno, hace gala de un lenguaje educado en el amor, con sutil espíritu asume, con su canto, lejanías y cercanías, cambios de temperatura en su palabra desnuda, prueba cómo es posible no dejarse atrapar por la nada después de ser multitud, con sus sentidos desplegados, sosteniendo los acontecimientos propiciados por el rebose de la ausencia que no borra emociones y como una Pénelope canta, con autoridad y lirismo, el recuerdo de una edad de oro:

No soy la que teje y desteje su paciencia
Ni cuento los luceros por carneros y muchachos
Tampoco espero el tren sentada en un banco
Ni busco consuelo caminando por la playa

Soy la que fija la mirada
En el espejo de tus ojos
Y conjura los cuatro elementos
Donde tu imagen aparece erguida
Y proyecta las redes del deseo

Pareciera “el vuelo de un colibrí” detenido en su espejismo de alas desplegadas, por eso es más viva la presencia de la Méndez Bellini, en su propósito de alcanzar con su poesía lo que nadie puede explicar cuando el horizonte estalla en la palabra mujer-deseo:

El rubor se ausenta
En este otoño

Ya no se cubre los deseos
Ni los latidos
Ni los vértigos

Es el fervor de la sonrisa
Que se desvela como la llama
De desconocido aliento

Aunque no soy amigo de los prólogos en publicaciones iniciales, este que lleva Anillos de Saturno acierta en su intento y lo aplaudo, lo que sí debo decir es que la presencia de los epígrafes lejos de armonizar y ser el pie de guía de la lectura de la gracia del libro, la interrumpen; son, en una palabra, inoportunos. Por lo demás, la poesía de Anillos de Saturno confirma la distinción de Carmen Alida Méndez Bellini en el oficio que hizo a Grecia inolvidable en la memoria del hombre.