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Dos textos

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El Quibio

Raros matices de oro y grana
Se encumbraron en tus nuevas tierras,
Y era el sabor de las antiguas sierras
Que inundaban los céfiros de escarlata,

Melodía india, frugal y diezmada
Por la saña argüida en tu pelea,
Que siendo tu fuera la diestra ralea
de antaños guerreros de estirpe inhumada.

Poderío europeo irrumpió en tu aldea
Manchando tus vírgenes con pena,
Y el celo ardiente corriendo en tu vena
Estalló con la furia de una marea.

Apresado guerrero en piragua iba
Exhalando venganza, odio y porfía,
En un descuido como el águila arpía
Cayóse en el agua y al blanco estriba.

Brazadas de titán, al cielo rugía,
Su ronca voz al aire asustaba,
Su cruenta saga en la tierra afirmaba,
Su linaje imperial así lo exigía.

El agua traslúcida, la piel lamía.
Mujeres morenas semidesnudas
Lavaban bulliciosas sus mudas
En los torrentes de la serranía.

Era su planta callosa y reacia
Probada en las ardientes brasas
Y endurecida en tierras escasas
Del mineral de Dios, agua de gracia.

Su lanza y arca airosas gemían,
Por la sangre de mártires gritaban,
Bélicos y fúricos entonaban,
Himnos de venganza, y así reían

Diáfana, su energía engendraba
El fuego continental desatado,
Y era el yugo indiano el atado,
Y era la furia interna la que guiaba.

Todo mi linaje y su valentía
Acarreo en el alma descalza
Siendo primitiva toda mi raza
Su ira y venganza la siento mía.

 

Corazón de fiera

I

Corazón de fiera
Se tiene por la boca,
—fuerza carnal—
Aquí es leña
Que arde y te llega

 

II

Hundirás tu mano
En llagas postrimeras
Recuerda,
Son penas viejas
De un viejo bardo
Anacoreta.

 

III

Y será tu espiga
Harina de mis manos.
Y será tu vid
Vino de mi boca.
Y será tu esencia
Estro instintivo
Que desatará la
Fuerza de un corazón
Dormido.

 

IV

Y bien, si se arrastra
Penas en un océano;
Se cargarán piedras
En los pies.
—Así será—
Solitaria es la vía
Sin espera
Ufana de sorpresas

 

V

Recontaré las líneas
De un esquema.
—Fantasía creadora—
Y será así,
Arquetipo modelado
De arcilla capciosa.

 

VI

En la memoria
Aturdida
Se divaga errante.
La víspera sincera
Remeda a una
Tarde.

 

VII

Tu carne envuelta
En ansias,
Repleta de sales,
Reanima el arte
En nigromancia

 

VIII

Oscilantes velos
Se desparraman
En tus espaldas,
No temas,
Tu tocado
Intacto, se queda,
En espera

 

IX

Ansío tu tierra
—tu etérea sangre—
El devorarse
Es dicha, entrado en
Las carnes
—si las abres—

 

X

Nos traerá el viento
Olores ancestrales
Se estremece el cuerpo
De ansias animales, no temas
Primate,
Somos eso
—instintos naturales—

 

XI

Límpido es tu fuego,
Momento de espera.
Sabia, la quimera,
Y delicia de la mente

 

XII

Pasión amarga,
La huella Inclemente
De tu voz,
—Fogata—
Espera,
¡ríndete!
Fantasía arrulladora.

 

XIII

Y será tu sombra,
Vacío infinito,
Gota de laureles,
Miel de aguadulce.
Te miraré entera
En el fondo de mis sienes.

 

XIV

Aquí entonces, tu tez
Acribillada,
cercenada de alba.
Tu cuerpo en estigma,
Latente de ganas.

 

XV

Náufrago imbuido
De pensamientos
—ardid mítico
Humanizado—
Dentro de vívidas
Esencias cavilantes...

 

XVI

Sin salitre
Atrayente,
Sin estro
Naciente,
Seríamos
—parcos
Cuerpos
Inertes—

 

XVII

Vida entera,
La danza de los muertos
Nos ronda en
La esencia.
Es cumbia
Candente
De difuntos
Alegres.

 

XVIII

No hay leve
Acción.
Se transfiguran
Memorias,
Se cambia de cara
Con dos siluetas.

 

XIX

En la cúpula
De los sueños
Aspira la niebla,
Enhebra los pasos
Febriles
De las fieras.

 

XX

Andaremos crepitando
las eternas veletas:
Opuestas al viento;
anidasen la afrenta:
Busca en los senderos;
luchas de protesta:
los signos son claros;
una señal secreta:

 

XXI

No aprisiones
esquemas banales:
Sé así irreverente,
Latente, pueril, salvaje,
No trastoques lo eterno
En inútiles virajes.

 

XXII

Perpetuaré el sonido
De tus entrañas,
Lúgubre gemido
De fatales ansias.

 

XXIII

Y tendré la fuerza
De tu empeño pueril.
Reiremos cantando.
Será la inocencia
De untos tontos
De alegría infantil.

 

XXIV

Seré benévolo
Y veré tu karma,
Seré maléfico
Y la ocultaré.
Seré daltónico
Y cotejaré.

 

XXV

Un puñado
De polvo,
Caerá en tu sien,
Y nacerán las raíces
De algún desdén.

 

XXVI

Mutando,
Cambiando en
Raíz —nacemos—
Somos germen
En vida,
En la que todos temen.

 

XXVII

Y seré el
Corazón
—fuego
Inerte—
Volcán entre
El tuyo,
Tu lava
Incipiente
Beberemos
Juntos
La magma
Inclemente,
Brotando
En surcos
De tus
Paredes.

 

XXVIII

Y seré
Tormenta
De
Fuego
Encendido.
Tu
Sima
Incipiente
De
Besos
Hendidos.
La
—fruta—
Serás
De
Tentación
Gitana.
Serás
Eso,
Deseada.

 

XXIX

Y será excelsa
Tu mirada
Preámbulo
De vida
—Auguro
Tenaz—
La estadía
Impávida
De mis
Sentidos.