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Santillana dejará de producir textos escolares para Bolivia
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El presidente de Bolivia, Evo Morales, dijo que su gobierno estudia un plan para “eliminar” al grupo editorial español Santillana, que produce textos escolares, para sustituirlo por producción nacional. El anuncio fue hecho el pasado sábado 6 de junio en la casa de gobierno durante un homenaje a los maestros bolivianos en su día.

El mandatario homenajeó en la ceremonia a dos de sus maestros de escuela en Orinoca, un remoto poblado altiplánico en el occidente del país donde nació y pasó su infancia pastando llamas.

Morales comentó que poco antes de la ceremonia estuvo reunido con el ministro de Educación, Roberto Aguilar, con quien “debatimos ampliamente cómo eliminar a esta editorial (Santillana)”, que según el mandatario “impone colonialmente una formación a nuestros estudiantes”.

La declaración del mandatario anticipa una renovación de fondo en los métodos de enseñanza de escuelas primarias y secundarias, que implica que ahora serán los mismos docentes bolivianos los que se ocuparán de redactar el material de estudio. “Ustedes saben cómo estaban siendo impuestas normas bajo un Estado colonial, normas que venían desde afuera”, declaró el presidente.

Santillana, que es parte del Grupo Prisa, está presente en la mayoría de los países latinoamericanos y en Bolivia produce desde hace más de una década los libros de texto de niveles preescolar, primario y secundario, además de otros títulos de literatura infantil.

Ahora, el mandatario ratificó que el material de estudio será una producción intelectual exclusivamente boliviana, generada por los mismos maestros para apoyar el proceso de transformación impulsado por el Movimiento Al Socialismo (MAS), el partido de gobierno. “El magisterio que está al lado del niño, del joven, debe convertirse en el verdadero instrumento de liberación nacional, para educar y orientar ideológica y culturalmente como la única forma de combatir al colonialismo”, enfatizó Morales.

No es la primera vez que el gobierno boliviano embate contra la producción de la editorial española. En enero pasado, el Ministerio de Educación anticipó que los libros de este sello dejarían de utilizarse como “material oficial”, un status que habían adquirido gracias a la reforma educativa de 1994, financiada por el Banco Mundial.

Según el ministro Roberto Aguilar, el rechazo a los contenidos generados por esta empresa española representó un paso más en la transformación pedagógica en marcha, delineada por la Ley de Educación de 2006. En la norma, se propone un sistema de enseñanza “descolonizadora, comunitaria y productiva”, según los voceros de la cartera de educación.

La editorial española, por su parte, prefirió no realizar declaraciones por el momento, ni quiso anticipar cuál será el futuro de sus operaciones en el país andino.

Mediante un decreto supremo dado a conocer el domingo 7, el presidente Morales anticipó que habrá un sistema de incentivos para los profesores que confeccionen sus propios volúmenes para la enseñanza, en reemplazo de aquellos comercializados por editoriales extranjeras. “Yo sé que hay mucho conocimiento, lo que pasa es que nunca se les dio la oportunidad. Ahora tienen oportunidad, profesores y profesoras, de escribir, de producir nuevos textos para la formación de nuestros hijos”, expresó Morales, quien aclaró que la tarea será “premiada” por el gobierno nacional.

Entre los docentes, la medida generó reacciones encontradas. Según las múltiples opiniones recogidas en la prensa local, pedagogos y expertos en educación no se opondrían, en principio, a que los textos escolares sean elaborados por maestros de aula. Sin embargo, los críticos destacan que una casa editorial no debería ser descalificada sólo por su condición de extranjera, sino que más bien tendrían que revisarse los contenidos de los textos que están hoy en uso antes de decidir si vale la pena el recambio.

Para muchos, resulta alarmante que la decisión vaya en dirección contraria a la que siguen otros modelos educativos en el mundo: “en lugar de tender a la globalización y a la integración, lo que se hace es cerrar las fronteras y producir nuestras propias versiones de la historia”, sugieren algunos académicos.

Asimismo, existen dudas sobre cómo podría implementarse un sistema de control de calidad de los textos confeccionados, y cómo garantizar la homogeneidad de los planes de estudio cuando cada maestro puede trazar su propia hoja de ruta en sus clases.

Sin embargo, más allá de los presuntos contenidos ideologizados de los libros en cuestión, lo cierto es que el material de Santillana ha sido utilizado mayormente en escuelas privadas y católicas porque resulta excesivamente costoso para muchas familias en el sistema de educación pública. Con la propuesta, el gobierno se propone zanjar esas diferencias, y fomentar una producción intelectual que atienda a las realidades de Bolivia y la región.

Fuentes: APBBC