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Homenajean a José Emilio Pacheco por Premio Reina Sofía de Poesía
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Acompañado por poetas, funcionarios de cultura mexicanos y el anfitrión, el embajador de España en México, Carmelo Angulo, el poeta mexicano José Emilio Pacheco fue homenajeado este 11 de junio por haber sido el ganador del Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana 2009.

Pacheco (30 de junio de 1939), en cuyo homenaje por sus 70 años se realizará a partir del 28 de junio una serie de actividades, celebró la feliz coincidencia de haber nacido justo cuando se iniciaba el exilio español a México, en 1939. En ese sentido, afirmó que es “un producto, menor pero indiscutible, de ese exilio o de sus consecuencias”, e hizo una enumeración de hechos y personajes de lo que representó ese suceso histórico para las dos naciones.

De manera particular expresó su admiración y agradecimiento al poeta y filósofo Ramón Xirau, a quien dijo conocer desde hace 50 años, “tiempo en el que ha hecho mucho por mí y me ha dejado una enseñanza incalculable”.

Pacheco fue acompañado en el acto, realizado en la residencia oficial del embajador, por intelectuales, escritores, académicos, autoridades culturales, amigos y diplomáticos. Carmelo Angulo; los poetas Ramón Xirau, Juan Gelman, Marco Antonio Campos y Luis María Marina; y los presidentes del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes de México (Conaculta), Consuelo Sáizar, de la Academia Mexicana de la Lengua, José G. Moreno de Alba, y de El Colegio de México, Javier Garciadiego, entre otros, festejaron el premio otorgado al autor de Las batallas en el desierto.

El homenajeado agregó otro motivo de alegría en este año: la concesión del Premio Príncipe de Asturias de Comunicaciones y Humanidades a la Universidad Nacional Autónoma de México (Unam), como resultado de la iniciativa emprendida por el representante del gobierno ibérico en México.

“El embajador ha querido que la poesía también tenga un lugar en esta celebración y aquí estoy. Tengo el honor y el privilegio de encontrarme con ustedes, gracias al vago azar o a las precisas leyes que me permitieron ganar el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana” , apuntó.

Luego de recordar la labor de Max Aub, “el gran poeta del exilio español” , y de Vicente Aleixandre a favor de la cultura y los escritores, Pacheco se declaró “un producto menor pero indiscutible de ese exilio o de sus consecuencias”. Pero, también, “de una cultura rioplatense que nació el 30 de junio de 1939, cuando Carlos Quijano funda la revista Marcha, a la que no es ajena la obra poética de Juan Gelman”.

Al referirse a Marco Antonio Campos, rememoró que lo conoció muy joven y muy pronto se convirtió en su maestro; ahora, comentó, “me toca aprender de Luis María Marina, al que por fuerza mayor no puedo ver sino como el inmigrante que llega a otro mundo y al mismo tiempo, el emigrante que se despide del que fue suyo”.

Previo al homenaje, el embajador español expresó su satisfacción por festejar a Pacheco, a quien calificó como “uno de los poetas mayores de nuestra lengua”. Hizo notar que por lo general los artistas temen a los homenajes, como los marineros a la calma chicha o como los toreros al viento silencioso de una tarde de verano, “porque nos recuerda a todos que detrás de una esquina, silenciosa e imperturbable, nos espera la eterna señora”.

“Por eso”, matizó, “para compensarles del lícito temor, hay que buscarle a los homenajes un motivo, una excusa, y el de hoy es doble, celebramos en primer lugar que José Emilio Pacheco cumplirá 70 años en los próximos días y también que hace unas semanas recibió el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana en su 18ª edición”.

Consideró que la poesía de Pacheco hace realidad el proyecto que el grupo de escritores mexicanos Los Contemporáneos únicamente llegaron a apuntar. Es decir, “un proyecto que aspira a modernizar el país y su literatura, asumiendo críticamente una realidad actual e histórica y abriendo las puertas de la misma al mundo. La poesía de Pacheco es universal y en ello mucho tiene que ver la conciencia de que nuestra herencia común es por definición universal”.

Asimismo, Angulo subrayó que no es casualidad que España haya dado a luz también a una extraordinaria generación poética del 50 ni que Pacheco se sienta reflejado en algunos de sus integrantes, como José Agustín Goytisolo. “Nada de esto es casualidad porque las grandes, las mejores corrientes del pensamiento español y del mexicano, de la literatura española y mexicana, discurren por cauces a veces entrelazados, otros paralelos, casi siempre superpuestos”.

En su oportunidad, el poeta argentino radicado en México Juan Gelman se refirió a Pacheco como un narrador admirable, un crítico profundo; pero sobre todo, un poeta querido y admirado, uno de los más eminentes de la lengua española.

Ramón Xirau, integrante del exilio español, dijo conocer al escritor desde que tenía muy pocos años, que trabajaron juntos en muy diversos proyectos, entre los que destacó la revista Diálogos, que publicó El Colegio de México y en la que compartieron durante 22 años.

Por su parte, Marco Antonio Campos habló de lo que denominó las lecciones de José Emilio Pacheco, y aludió a su capacidad de observación, presente en sus cuentos, en Las batallas en el desierto y en un buen número de sus poemas. Igualmente, al haber escrito un artículo semanal durante muchos años sin repetirse nunca, entre muchas otras cosas.

Aseveró que Pacheco es actualmente, y con justicia, uno de los escasísimos poetas y escritores mexicanos vivos más reconocidos internacionalmente. “Por eso hoy, en el verano de 2009, como en aquel verano de 1970, sólo le digo muchas gracias por las lecciones”.

Fuente: Notimex