Sala de ensayo
Georgette y el marxismo de César Vallejo

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Una de las batallas más importantes que libró Georgette respecto a César Vallejo fue el hacernos conocer la trascendencia de su rol social en el escenario político, tanto en Europa como en el Perú.

Retomando las propias palabras del poeta, quien afirmó: “Voy sintiéndome revolucionario y revolucionario por experiencia vivida más que por ideas aprendidas”, nos permite lecturar de manera objetiva su praxis política, que fue una constante en su vida; su admirable honestidad y consecuencia con sus ideales, que le significó destierro y veto a la publicación de muchas de sus obras.

Es esta faceta fundamental del autor de Trilce, que Georgette se encargó de difundir y defender en nuestro país. Ello le significó, como era de esperarse, ser acusada de inventar al Vallejo político. Al respecto afirmó con acento de indignación: “Me han acusado de atribuir falsa y abusivamente a Vallejo un papel político exagerado; se puede leer, por ejemplo: ‘...la viuda del poeta confirma no pocas veces la participación de Vallejo en la militancia comunista entre 1929 y 1938. Sin embargo nos preguntamos si Georgette de Vallejo no confunde o poetiza (sic) de un modo un tanto romanesco (sic) —por los acostumbrados mecanismos del recuerdo— la actividad militante del poeta’ ”.

Georgette responde con propiedad: “Entre Vallejo y yo, tácito era el acuerdo: no se pronunciaba nunca la palabra felicidad, personal o conyugal; vivíamos por y para la revolución mundial. Es para tal inepcia que Vallejo habrá aniquilado tan anónimamente su vida y que, por mi parte —disculpen— he visto pasar toda mi existencia, de todo despojada y sin una hora propia”.

El compromiso político-ideológico de Vallejo se ve traducido en sus obras, citemos algunos: “El arte y la revolución”, “Lock out”, “Rusia en 1931”, “Rusia ante el segundo Plan Quinquenal”, “Paco Yunque”, “Colacho hermanos”, “La piedra cansada”, etc. Georgette enfatiza: “Todas estas obras están suscitadas por la solidaridad de Vallejo con la humanidad explotada y avasallada y salva la obra poética de Vallejo de caer en la poesía de propaganda...”.1

Sin duda, el marxismo vallejiano, el leitmotiv de su duro caminar existencial, se hace patente con su participación activa en la Guerra Civil española, como corresponsal y delegado del Perú en el II Congreso de Escritores Antifascistas; luego visita el frente de batalla, de lo cual emerge una de sus obras cumbres España, aparta de mí este cáliz.

En estos momentos de fragor político, Georgette mostró un rol preponderante al lado del poeta, participando en el Congreso Antifascita en circunstancias sumamente difíciles: Madrid estaba sitiado. Al respecto, Fernando de Szyszlo recordó que su entrañable amigo, Octavio Paz, le comentó que ante el bloqueo de Madrid tomaron un taxi con Vallejo y Georgette rumbo a Valencia, donde se llevó a cabo la reunión antifascista.2

En el Perú, Georgette siempre mostró preocupación, hasta indignación, porque no se estudiaba este rol importante de Vallejo, aclarando que no se puede presentar a un Vallejo minimizado en el ángulo de poeta, un dogmático político-religioso a ultranza o un Vallejo impregnado de teoricismos marxistas. En una oportunidad afirmó: “Para la casi totalidad del público (hasta para los profesores de literatura nacional, como he podido enterarme últimamente por personas informadas regresando de Ayacucho), Vallejo es aún siempre Los heraldos negros y ‘Me moriré en París...’. No mencionaremos los textos escolares que son una calamidad. ¿Quiénes son los responsables de semejantes publicaciones?”.3

Para finalizar, Georgette fue la continuación de Vallejo en el camino marxista, y no necesitó realmente pertenecer a un partido político en particular; su sensibilidad social a flor de piel destilaba siempre una férrea defensa por los Nuevos Menos de que nos habla Vallejo.

Max Silva Tuesta, en el prólogo testimonial del libro Georgette Vallejo al fin de la batalla, escribe: “En lo referente a Georgette, fui testigo de excepción de la militancia izquierdista de la viuda del poeta. Como todos saben, la edición facsimilar de la Obra poética de Vallejo fue dedicada a Javier Heraud, pero lo que no todos saben es que de esa edición numerada, como fue la edición facsimilar, el ejemplar 001 Georgette se lo envió a Fidel Castro y el 002 a Hugo Blanco, que por entonces estaba preso por su acción belicosa en defensa de los campesinos del Cuzco. Pero el izquierdismo de Georgette no se agotaba en meras dedicatorias de libros, sino en cosas concretas. Tengo para mí que Georgette ayudaba materialmente a la izquierda alzada en armas los años sesenta, y que en ese afán César Calvo era el nexo. En este punto tengo que apelar a eso de que ‘es verdad aunque usted no lo crea’, pues nuestro caro amigo y gran autor de Diario de campaña tenía la bien ganada fama de ser un empedernido Casanova y, cargado de esa fama, ¿quién podría aceptar sin reparo alguno que César Calvo estuviera comprometido con acciones subversivas? Yo tuve la audacia de preguntar a boca de jarro a Héctor Béjar si era así y Béjar me confirmó que Calvo había colaborado con ellos, cosa que muchos años después me lo volvió a confirmar Walter Palacios Vinces...”.4

Analicemos algunos de los apotegmas georgettianos:

“Todo el que sufre de ver sufrir está dispuesto a comprender. La gente insensible al sufrimiento ajeno no puede llegar a ser revolucionario nunca”.

“No había otra cosa que conmoviera más a Vallejo, que le doliera más, que la injusticia en el mundo. Él estaba desde su nacimiento, y prenatalmente, destinado a sufrir por el sufrimiento de los demás”.

“Profesional y biográficamente no se puede olvidar, ni minimizar, la más entrañable propiedad moral de Vallejo. Su imagen marxista, su imagen social-revolucionaria”.

Finalmente, de manera concluyente nos aclara a todos: “Vallejo fue un marxista encendido, combativo, intranquilo. Se puede discrepar con sus ideas, pero no cambiarlas. No se puede fabricar otro Vallejo”.

 

Notas

  1. Vallejo, Georgette de. Allá ellos, allá ellos, allá ellos, Lima, 1978, pp. 44-48.
  2. Pachas, Miguel. Georgette Vallejo al fin de la batalla. Lima, 2008, p. 334.
  3. “Contra el secreto profesional”. Oiga Nº 551. Lima, 16/11/73.
  4. Pachas, Miguel. Georgette Vallejo al fin de la batalla. Lima, 2008, p. 24.