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Fallece el escritor español Baltasar Porcel
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El escritor mallorquín Baltasar Porcel (Andratx, Islas Baleares, 1937) falleció en el Hospital Clínic de Barcelona a los 72 años el pasado 1 de julio. Un tumor cerebral que ya le había atacado hace tres años, y del que había sido operado, se llevó finalmente la vida de quien fuera una figura clave en las letras catalanas y uno de los grandes escritores europeos de las últimas décadas.

Porcel siguió con sus actividades habituales hasta una semana antes de su muerte y, según su actual editora, Pilar Beltrán, tenía en mente “una novela negra ambientada en un pueblecito de Mallorca, con un gato y un guardia civil como protagonistas”.

Era un “narrador impetuoso, de unas aptitudes extraordinarias y con una energía vital y una fuerza fantásticas”, remarcaba el conseller de Cultura de la Generalitat, Manuel Tresserras, al conocer la noticia. Sus novelas sobre el mundo balear “eran las más importantes en lengua catalana desde la muerte de Mercè Rodoreda”, señalaba Xavier Folch, ex director del Instituto Ramón Llull.

En su obra literaria, quiso hacer un mito literario de ese pueblo aislado entre el mar y la montaña donde nació en 1937, en el que aún pervivían formas de vida ancestrales, prácticamente paganas. En los años 50 se trasladó a una Palma que aún era, según recordó en varias entrevistas, “un mundo puritano y estratificado” pero donde creció literariamente bajo el cobijo de Llorenç Villalonga y Camilo José Cela.

Numerosos galardones reconocieron su trabajo como escritor. Por Difunts sota els ametllers en flor (Difuntos bajo los almendros en flor), su primera gran novela, ganó el Josep Pla en 1969; por Cavalls cap a la fosca (Caballos hacia la noche) se llevó el premio Bertrana, y Les primaveres i les tardors (Primaveras y otoños) le hicieron valedor del Sant Jordi en 1986. Al respecto, el literato afirmaba con modestia que cuando empezó a escribir sobre Mallorca, y en concreto sobre Andratx, “no se había propuesto lograr nada” y que “sólo se había visto obligado a escribir sobre lo que conocía”.

También se le recordará por su prolífica labor periodística. Escribía en el diario La Vanguardia desde hacía más de treinta años. Había sido colaborador de otros muchos medios de comunicación, desde TV3, Catalunya Radio, Última Hora o el Diario de Mallorca en sus inicios.

Los galardones le acompañaron hasta sus últimos días. Hace un par de años ganó el Premi d'Honor de les Lletres Catalanes y en junio de 2008 se alzó con el premio Sant Joan por su obra Cada castell i totes les ombres (Cada castillo y todas las sombras). En esta última novela narró los estragos que le hizo pasar su enfermedad, de la que creía que había salido victorioso. Acabó de escribirla mientras convalecía en el Hospital Clínic.

Era un viajero infatigable. Conocía todos los rincones del Mediterráneo, el África negra, Estados Unidos, China o Palestina. Había escrito sobre el conflicto árabe-israelí y también sobre la revolución cultural de Mao. En 1989 fundó el Institut Catalá de la Mediterània, del que fue presidente hasta el año 2000 y desde donde promovió el encuentro de las culturas de ambos lados del mar y fomentó políticas catalanas de acción exterior.

Porcel estableció una cordial relación con el rey Juan Carlos I. "En la vida no se puede actuar sólo por racionalismo, y es mucho mejor tener un rey como éste que cualquier presidente de la República".

El pasado 21 de junio Porcel escribió su último artículo en La Vanguardia. En la columna, titulada Misterios y alterios, el escritor advertía de que “esta columna vive una alteración honda, ha existido durante más de veinte años, gracias a la fidelidad del lector, y ahora cambia en aras de una mayor precisión, aparecerá aquí mismo cada semana algo más larga y matizada. Al regresar de Sicilia en agosto”. Tras su muerte, su columna pasará ahora a manos de la también periodista Pilar Rahola.

Fuentes: El Correo DigitalLa Vanguardia