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Fallece el galerista español Juan Cruz Unzurrunzaga
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Juan Cruz Unzurrunzaga, promotor cultural y responsable de la galería de arte Ekain Arte Lanak, de Donostia, falleció el pasado 13 de julio a los 69 años, tras sufrir un prolongado proceso canceroso.

Polifacético, Unzurrunzaga estudió derecho, pero apenas ejerció; militó en ETA pm y cayó preso; fue manager de la Orquesta Mondragón durante cuatro años y, finalmente, se inclinó por trabajar en torno a las artes plásticas, como galerista. Cuando vio que su enfermedad le estaba ganando la batalla, quiso revelar un dato que había mantenido en secreto durante décadas: había sido el autor de las fotos del cadáver de Joxe Arregi, el militante de ETA muerto en 1981 cuando estaba siendo torturado en dependencias policiales de Madrid.

La galería había estado regentada en estos últimos tiempos por su sobrina Rita Unzurrunzaga. El fallecido poseía una amplia colección de cuadros en su domicilio. Según declaró en una entrevista, esos más de cien cuadros serán sorteados entre unas ochenta personas que fueron amigos o que le ayudaron. Una de las obras, además, va a ser donada al Museo de San Telmo.

Era hijo de Patxi, fundador de la editorial Itxaropena, de Zarautz, y hermano de Javier, arquitecto y profesor de arquitectura. Estudió el bachillerato en Lekaroz y guardaba un recuerdo muy desagradable de aquel internado; declaró que esa etapa entre los 12 y 17 años fue la más triste de su vida.

En 1973 colaboró en Chile con el programa Onsev de alfabetización de adultos, impulsado por el gobierno de Salvador Allende. Luego ingresó en ETA político-militar y en 1975 su comando en pleno cayó en manos de la policía en Madrid, a resultas de la delación del infiltrado Mikel Lejarza El Lobo. Unzurrunzaga escribió un libro sobre esos acontecimientos, titulado Infiltración (Editorial Hordago). En 1976 dirigió la creación de la Coordinadora de Presos Sociales en Lucha (Cope) de Euskadi. Fue también miembro de la primera Gestora Pro Amnistía.

Tras esta etapa, fue director de la promotora cultural Albaina, colaboró con el Festival Internacional de Cine de San Sebastián y creó otra promotora cultural, Zum Zum, que contrataba y organizaba giras fundamentalmente por Euskadi con artistas como Juan Manuel Serrat, Els Joglars, Ocaña o la Orquesta Mondragón. “Aquel grupo fue todo un boom, en los agostos actuaba prácticamente todos los días, llegamos a llenar la plaza de toros de Las Ventas”, dijo en una entrevista.

Con Raquel Martínez de Ubago fundó la galería Altxerri de San Sebastián, con exposiciones de Eduardo Chillida, Tapies, Equipo Crónica, Zumeta, Vicente Ameztoy y otros. Dado que las cuentas apenas cuadraban, creó la agencia matrimonial Elkar. “Teníamos muy buenos cuadros, pero apenas venía gente, porque la galería estaba en un segundo piso, en la Avenida de la Libertad”, comentaría años más tarde.

Luego participó en la renovación del Café Oquendo, y en 1993 abrió con Ana Herrero y Jesús Zubeldia el restaurante Sumendi de nueva cocina vasca en la ciudad de Pucos, al sur de Chile, al pie del volcán Villarrica. En 1998 volvió a las tareas de promoción artística al codirigir con Laura Esteve la galería Laura Esteve-Arte Lanak. Y en 1999 comenzó su andadura en la nueva galería Ekain Arte Lanak. Así pues, ha fallecido cuando su última galería cumplía diez años.

El pasado mayo Unzurrunzaga protagonizó la portada del diario Berria, al que le concedió una entrevista en la que reveló que había sido el autor de las fotografías del cadáver de Joxe Arregi, que dieron la vuelta al mundo.

Este militante de ETA murió en 1981 en dependencias policiales, con abundantes signos de haber sido torturado. En esa entrevista, Unzurrunzaga dijo que sacó las fotos al cadáver el mismo día en que fue enterrado en Zizurkil. Actuó esa misma noche, a las horas de que recibiera sepultura, y lo hizo ayudado por el pintor Vicente Ameztoy. “Abrimos el ataúd, sacamos el cadáver, pusimos varias sábanas para que nadie detectara en qué sitio se habían sacado las instantáneas, y luego, a los pocos minutos, volvimos a poner el féretro bajo la losa. El cemento estaba todavía fresco”. Llevaron a cabo esta acción para mostrar al mundo que Arregi había sido torturado.

El abogado Artemio Zarco tuvo trato con Juan Cruz a lo largo de más de cuarenta años. “Se salía de lo corriente. Tenía un atractivo extraordinario. Era un provocador nato, en el buen sentido, y con muy buen estilo. Criticaba todo lo que merecía ser criticado. Rendía culto a la amistad y nos ha dejado un gran vacío”.

Unzurrunzaga fue ayudante de Zarco. “Pero sólo un mes. Enseguida se cansó de mí y del derecho. Así era él”. Para este abogado, Unzurrunzaga “ha mostrado una gran calidad humana a lo largo de los años en que ha estado enfermo. En vez de dejarse llevar por la autocompasión, ha reaccionado con gran dominio de sí mismo”.

El escultor Koldobika Jauregi ha expuesto en Ekain en más de una ocasión. “Era, de los galeristas con los que he trabajado, el que mejor conocía el mundo de las artes plásticas. Siempre te contaba algo interesante, y te mostraba que sabía reflexionar. Era extrovertido, pero creo que también tenía una faceta más silenciosa”.

Por su parte, Luis Chillida recordaba que “Unzurrunzaga tuvo mucho trato con todos los artistas de mi familia. Todos han expuesto en su galería, desde mi padre hasta mis tíos y hermanos, y hace poco mi hermana María. Ha trabajado mucho por el mundo del arte”.

Fuente: Diario Vasco