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Estrenado en Santiago documental sobre Nicanor Parra
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El documental Retrato de un antipoeta, que desvela la intimidad del autor chileno Nicanor Parra a lo largo de diez años, fue estrenado el pasado 23 de agosto en el 5º Festival Internacional de Cine de Santiago (Sanfic), celebrado del 18 al 24.

Seguir durante diez años, cámara en ristre, al creador de la “Antipoesía” y eterno candidato al Premio Nobel, que cumplió 95 años este 5 de septiembre, no fue una tarea fácil para Víctor Jiménez Atkins, el autor del documental, quien habló del carácter arisco de Parra y su afición a la soledad y recordó que varias veces fue increpado por él, hastiado de la cámara y reclamando que no le gustaba, o haciendo exigencias insólitas para seguir sometido a la lente.

En una escena, ante una sugerencia de Jiménez, al autor de Hojas de Parra y Poemas para combatir la calvicie, entre otras obras, le responde: “Ah, no, olvídate; si me pones un cheque de 500.000 dólares me paro de cabeza, pero así no”. Dos semanas antes del estreno, el hermano mayor de la folklorista Violeta Parra pedía cortar algunas escenas o incluir un dibujo recién concebido, recordó Jiménez.

La cinta, de 72 minutos, ofrece imágenes del Parra genial, del autor que concibió una nueva forma de poesía, con el lenguaje de lo cotidiano como herramienta. “La única vez que me han pifiado fue en Guadalajara (cuando fue a recibir el premio Juan Rulfo)”, cuenta en una escena, y prosigue: “Pero alcancé a dar vuelta la cosa. Dije ‘no soy capitalista’ y aplaudieron todos... no soy comunista, sino todo lo contrario... ecologista”.

Otra secuencia notable es la presentación del poeta, en 1998, en la Feria del Libro de Santiago, donde firmó autógrafos, fue besado y adorado como un astro del rock mientras una multitud le pedía, “otra, otra”.

“Hay que darle gracias a los ingleses”, dijo Parra en el recital, aludiendo a la reciente detención de Augusto Pinochet en Londres, lo que le acarreó una gran ovación al autor, que en 1969 fue calificado por la izquierda como un traidor por haber aceptado una invitación a tomar té con la esposa del entonces presidente de Estados Unidos, Richard Nixon, en la Casa Blanca.

La película, en su segunda parte, recoge vivencias de Parra en La Reina, Las Cruces e Isla Negra, donde actualmente da los últimos retoques a su “Antimuseo”, que se levanta al lado contrario del pueblo respecto de la casa museo de Pablo Neruda.

En estas secuencias, el también autor de Sermones y prédicas del Cristo de Elqui habla de Dios, de su obsesión por la cruz y de las semejanzas entre Hamlet y los huasos chilenos (típico personaje campesino) que, asegura, “jamás dicen una tontería”.

En la última parte, el antipoeta se observa más huraño y reticente a ser filmado, por lo que el autor opta por captarlo a distancia, por ocultar la cámara e, incluso, a veces grabar sólo el sonido.

Jiménez recurre al ingenio para dar imagen a esta parte, en la que Parra habla de Martín Lutero, de su amistad con Allen Ginsberg y la influencia de éste en los “Beatniks”, del Papa y otros temas.

Al final quería sacar escenas donde habla de sus mujeres, recordó Jiménez, que desmintió una reciente publicación según la cual el poeta habría pensado seguir acciones legales para frenar el estreno.

Para el realizador, Retrato de un antipoeta —que está en el circuito comercial chileno desde el 27 de agosto— sirve tanto a aquellos que nada conocen de Nicanor Parra como también a sus devotos e incondicionales admiradores.

Fuente: EFE