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“Cuentos en el exilio”, de Víctor MontoyaVíctor Montoya. Cuentos en el exilio

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Cuando se habla de la literatura boliviana se dice que la inestabilidad política del país con sus revoluciones, golpes de Estado, guerras civiles, etc., ha perjudicado el desarrollo intelectual del país porque muchos escritores tuvieron que emigrar. No creo que esto sea cierto; justamente el hecho de que muchos escritores han tenido que abandonar su tierra natal no significa que no han podido dejar de producir, como por ejemplo Arturo von Vacano, asilado en Estados Unidos, y Víctor Montoya, exiliado en Suecia.

Debo confesar que no conocía la obra de Montoya; solamente sabía de él a través de información de algunos amigos y de los medios. Finalmente pude ponerme en contacto con él con el propósito de intercambiar ideas y datos sobre otros escritores que ambos conocíamos. De ese contacto nació una relación de amistad y de respeto profesional. Anoto esto porque su libro Cuentos en el exilio me parece una obra extraordinaria. Montoya basa su experiencia de persecución, tortura y encarcelamiento bajo la dictadura del general Hugo Banzer, no para crear una plataforma de denuncia política, sino para revelar el mundo interior de un hombre acosado por la realidad. La originalidad de la obra radica en su estilo intenso, no sin momentos de humor, en que el protagonista sorprende al lector artísticamente donde puede multiplicarse en diferentes personajes que sufren pesadillas horrorosas, para despertar a una realidad tan o más horrorosa todavía.

Es el asesino del Che y la muchacha que se enamora de él. Es el hombre que enloqueció de amor y que afirma ser don Quijote, para darse cuenta de que no puede serlo, porque el loco era Cervantes. Es un ser humano que experimenta atroces muertes y resucita, para volver a morir, para despertar de una pesadilla. Es Adán que vive en un paraíso de sapos y culebras. Montoya es un esqueleto “atravesado de lagartos y sapos” que quiere despertarse de su pesadilla, pero no puede.

Víctor Montoya es el joven adolescente que descubre la realidad del acto sexual a través de su hermana y su cuñado, mirando por “el ojo de la cerradura”. Es un hombre que vive del sueño, pero su sueño es la pesadilla; Pesadilla I, II, III, IV, que incluso llega al mundo de Alicia en el País del Sueño, “pues el mundo onírico no es más que el reflejo invertido de la realidad”. Montoya es un escritor que se ha autodefinido como un hombre que no es “Samsa ni Kafka, sino apena un escarabajo que cuenta lo que por sí no pasa”; en cierto modo, un escritor suicida que no puede suicidarse.

¿Suecia? Aquí se abre un nuevo capítulo en la vida de Montoya. “¿Dónde queda Suecia? Allí donde el diablo perdió el poncho”. Efectivamente, donde el diablo perdió el poncho. En otras palabras, o en el País de las Maravillas o en el fin del mundo. “Tal vez aquí, en este país, se realicen mis sueños”, piensa Montoya, o cualquiera de sus personajes. Aparecen los vecinos, la muchacha punk, los cabezas rapadas, un atisbo de esperanza. La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida, ¡ay, Dios..!

Este libro de Víctor Montoya es una obra maestra digna de ser traducida a muchos idiomas. Nos encontramos frente a un escritor no solamente excelente en términos de su dominio del lenguaje; es un escritor necesario. Necesitamos escritores como Víctor Montoya. Este no es un esfuerzo por presentar un libro importante sobre el totalitarismo en nuestra América Latina. Cuentos en el exilio es un libro que debe ser leído por todos; no solamente hispanoamericanos, sino todos. Con esta obra Víctor Montoya se une a los gigantes de nuestra literatura.