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Bibliotecas de la Universidad de Granada prestan lectores electrónicos
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La Universidad de Granada (UGR) ha introducido este curso en sus bibliotecas dispositivos electrónicos de lectura Papyre, con lo que se convierte en la primera universidad española en contar con estas herramientas para su préstamo, según explicó este 28 de septiembre la directora del centro, María José Ariza.

Ariza informó que los lectores electrónicos ya están disponibles en la Facultad de Filosofía y Letras y en la Escuela de Ingeniería Informática, y a mediados de este mes todas las bibliotecas universitarias contarán con estos dispositivos. “En principio sólo habrá cinco o seis en cada uno de los veintidós puntos de servicio con los que contamos, y a medida que veamos la aceptación, continuaremos implantándolos”, indicó.

El préstamo se realiza del mismo modo que el de los libros, pero la principal ventaja es la gran cantidad de información que se puede almacenar, unos 450 megabytes, en un dispositivo que tiene “una superficie similar a media hoja de papel y un grosor parecido al de un móvil”, precisó la directora de la biblioteca.

Sin embargo, la comodidad de lectura es mucho mayor que la de una pantalla, ya que no tiene brillo y ofrece una gran nitidez y calidad de texto, según la empresa que provee a la UGR de los dispositivos, Grammata, que también resalta la facilidad de uso y la autonomía del aparato, el cual puede funcionar durante semanas sin necesidad de recargar la batería.

“No molesta tanto a los ojos como un ordenador y la impresión que tiene el usuario es de estar leyendo un libro normal”, subrayó Ariza, quien explicó que la UGR cuenta con un amplio catálogo de documentos en formato electrónico, que pueden por tanto ser consultados por esta vía, incluyendo desde libros y fondos antiguos a artículos y revistas científicas.

Otra gran ventaja es el ahorro de papel que se logra al evitar la necesidad de imprimir documentos para consultarlos, de manera que también se puede considerar “una tecnología ecológica”, apuntó.

Tras un periodo de pruebas en el que se pidió a varios profesores que usaran la herramienta, la valoraran y detectaran los posibles fallos, este curso estará disponible para toda la comunidad universitaria como cualquier otro libro del catálogo de las bibliotecas.

Más adelante, se podría contar además con un programa que leyera los documentos en voz alta, lo cual “sería muy útil para personas ciegas o para usarlo mientras se va conduciendo”, comentó Ariza, quien agregó que actualmente esta otra herramienta se encuentra todavía en fase de diseño.

Fuente: EFE