Noticias
Publican edición ilustrada de poemario de Boris Vian
Comparte este contenido con tus amigos

El universo creativo de Boris Vian vuelve a cobrar vida en el 50º aniversario de su muerte con una edición ilustrada del poemario No me gustaría palmarla, en la que varias generaciones de poetas, músicos y escritores se han unido para reinterpretar los versos del autor.

Javier Krahe, Andy Chango, Oswaldo Muñoz, Luis Alberto de Cuenca, Fernando Savater, Manuel de la Fuente, Andrés Rubio y Antonio Lucas son algunos de los nombres que han traducido al castellano estos veintitrés textos del poeta que inventaba palabras “para reírse de la muerte con ironía y un especial sentido del humor”, escribe en el prólogo el editor de esta obra, David Villanueva, del sello Demipage.

Artista multidisciplinar que desafió a sus problemas de salud para convertirse en una voz controvertida y adelantada a su tiempo, Boris Vian (1920-1959) impregnó todas y cada una de sus creaciones —desde guiones de cine hasta canciones de jazz— de un particular mundo cargado de metáforas, pero simbólico, imperecedero y universal.

El ilustrador canadiense Martin Matje ideó en 2003 este proyecto que no pudo concluir y del que formarían parte, finalmente, una comunidad de creadores, una suerte de “Vianteam” que surgió de manera espontánea, porque el mundo surrealista y fantástico de Vian tiene un gran magnetismo.

“Vian forma parte de la espuma de la adolescencia de todos”, afirma Villanueva. Y es que los poemas, las novelas, los ensayos o las obras de teatro de Vian, arrojaban rebeldía desde lo más profundo de su corazón enfermo, rebeldía que le costó que sus obras estuvieran prohibidas por la crítica formal de la posguerra.

Por eso, y por la especial persecución que sufrían las publicaciones destinadas a los jóvenes, No me gustaría palmarla (Je voudrais pas crever) se editó por primera vez en 1962, tres años después de la muerte de Vian, y vuelve ahora con una “actualización que aprovecha las voces que le interpretan, voces de oficios muy dispares y distintas generacionalmente”, apunta Villanueva.

Cada uno de los traductores ha dejado su propia huella en estos poemas, que se incluyen al final del libro en su versión original francesa, algo que pretende invitar “al bonito ejercicio de ver cómo se han reinventado los neologismos y las palabras”.

Lejos de entorpecer la lectura, esta pluralidad de voces “aporta un puente común en todo el libro en torno al universo de Vian, los neologismos y su espíritu, a través del lenguaje”, en opinión de Villanueva.

El volumen también invita al lector a disfrutar de un placer estético, con la obra de dibujantes como François Avril, Serge Bloch, Dominique Corbasson, Gérard Dubois o Alain Pilon, que ofrecen una rica interpretación visual de estos versos en torno a la muerte, temática que acompañó a Vian durante su corta y prolífica trayectoria.

“Con una salud muy pequeña y como si tuviera anunciado que su vida iba a ser corta, Vian se refugió en el talento que tenía”, recuerda Villanueva. Sus dolencias, el que padeciera reumatismo cardíaco o un edema pulmonar, no le impidieron volcarse en el jazz y tocar la trompeta en numerosos locales parisinos.

Ese dolor, unido a sus planteamientos existencialistas, fue lo que dotó a sus obras del espíritu rebelde que marcaría a tantos jóvenes en sus primeras lecturas y que harían de él una leyenda artística inspiradora de múltiples homenajes, como el que le hizo hace un año el músico argentino Andy Chango, al rescatar algunas de sus canciones en un disco que lleva el nombre del poeta.

Andy Chango traduce junto a Javier Krahe “No quisiera morir”, que abre el volumen y que refleja ese sentimiento de Vian hacia la muerte, a la que se enfrenta con un tono irónico y mordaz pero también con “la ternura y el cariño que le hicieron capaz de soportarla”, concluye Villanueva.

Además de la publicación de este libro, Demipage ha preparado una serie de homenajes en Madrid, Barcelona y Valencia, con lecturas de poemas, veladas musicales y representaciones teatrales, que se prolongará hasta el 3 de diciembre.

Fuente: EFE