Noticias
Presentan en Madrid una colección de ensayos de Alfonso Reyes
Comparte este contenido con tus amigos

Un nuevo volumen de la colección Obra Fundamental, de la Fundación Banco Santander, recupera con motivo del cincuentenario de su muerte la figura del ensayista mexicano Alfonso Reyes, “protector” de los grandes escritores españoles exiliados del franquismo, a los que acogió en El Colegio de México.

La experiencia literaria y otros ensayos reúne en 260 páginas retratos, semblanzas, crónicas y cartas —“sólo retazos” de su extensa obra—, seleccionados por Jordi Gracia, catedrático de literatura española y experto en las letras españolas del siglo XX.

Gracia, que presentó la obra el pasado lunes 2 de noviembre acompañado por el director de la fundación, Javier Aguado, explicó que “era obligado” hacer un texto breve sobre Reyes que se pudiera leer como literatura, es decir, “porque sí”, para compensar en algo la “casi disolución de Reyes, su escasa presencia en la intelectualidad española”, derivada del mutismo en que le sumió el franquismo.

Reyes (Monterrey, 1889; México, DF, 1959) fue uno de los grandes narradores, críticos y ensayistas iberoamericanos del siglo XX, sólo comparable en España a José Ortega y Gasset, y “sin comparación posible” en México, a decir del autor del volumen, quien califica la figura del artista como “desbordante”.

Doctor honoris causa por La Sorbona, cultivó todos los géneros literarios y es autor de una extensa obra que ocupa 27 volúmenes, en los que destacan, además de su traducción de La Ilíada, los ensayos La experiencia literaria, Discurso para Virgilio o El deslinde.

De esta obra, Gracia ha decidido incluir un fragmento con la idea de mostrar la actualidad, en 1944, de las reflexiones de Reyes sobre la interacción entre la ficción y la realidad en la literatura, “tan de moda ahora que parece nuevo”, comentó el compilador.

El nuevo título de la colección Obra Fundamental —que dedica a un autor mexicano su primer tomo completo para un solo autor— está dividido en tres partes: “México, Madrid, París”, “En América Latina” y “La experiencia literaria”.

El artista mantenía una “difícil” relación familiar con su padre, que era general, y nada más terminar sus estudios de derecho decidió irse a París. Era 1913, y al año siguiente se trasladó a España donde vivió una “intensísima actividad intelectual” y absolutamente integrado en la cultura española, donde “apenas se daban cuenta de que era mexicano”, recordó Gracia.

Muestra de esos diez fructíferos años (1914-1929) son las veinticinco primeras piezas que se recogen en el libro, con trozos de Los cartones de Madrid y cartas a ilustres como Valle-Inclán, Giner de los Ríos, Ramón Gómez de la Serna, Ortega, Juan Ramón Jiménez y hasta Montaigne o Espronceda.

La etapa iberoamericana se explica en tres extractos de “Discurso por Virgilio”, “A vuelta de correo” y “Notas sobre la inteligencia americana” y los últimos trece textos inducen a la reflexión sobre la experiencia literaria.

De los tres primeros, Gracia destaca cómo intentaron ser, por parte de Reyes, “una llamada a la regeneración intelectual de Iberoamérica por la vía de la cultura grecolatina”, y no sólo por su utilidad en lo que él llamaba “un futuro prometedor” —es decir, gente más culta y más abierta— sino por su contraposición al “catolicismo hegemónico” de la época.

En cuanto a los últimos, Gracia argumenta que “son reflexiones de una gran perspicacia y transparencia sobre el significado del hecho literario; explica por qué hay lectores que tienen dificultades con algunos estilos, como la poesía”.

El autor también destacó su capacidad de anticiparse, de interiorizar el modernismo hasta adelantarse diez años de glosar la figura de Góngora, por ejemplo, y de “salvar” de alguna manera a los amigos intelectuales de la generación del 27 que se refugiaron en su Colegio de México como último refugio del olvido franquista. “El Colegio fue una devolución de gratitud de Reyes a los españoles que le acogieron en 1914”.

Fuente: EFE