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Rafael Cadenas al recibir el premio FIL: “La poesía nunca será masiva”

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“Adherirse a un partido no me parece aconsejable para el intelectual”, dijo el escritor venezolano en Guadalajara. “Creo que el intelectual debe tener suficiente libertad para ejercer su oficio, que es el de la crítica”.

El público lo ovacionaba de pie; él permaneció unos segundos sentado, parecía más espectador que homenajeado. El poeta venezolano Rafael Cadenas recibió este sábado 28 de noviembre el Premio FIL de Literatura 2009 en Lenguas Romances. El galardón le llegó de manos de Consuelo Sáizar Guerrero, presidenta del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes de México (Conaculta), durante la inauguración de la 23ª Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL).

Esta vez Cadenas no se pudo escapar: a pesar de que goza pasar inadvertido, dio la cara ante las más de dos mil personas que lo esperaban en el Auditorio Juan Rulfo, y agradeció: “De nuevo debo decir gracias, la palabra que más he usado últimamente, es hermosa”.

Durante su participación, el escritor —nacido en Barquisimeto en 1930— reflexionó sobre su herramienta de trabajo: la poesía, ese texto que cuantitativamente cuenta menos, pero que ahonda en el sentir. Los moldes que habían durado siglos, ahora están rotos, sentenció, “ya no hay las estrofas que conocíamos, pero el poeta tiene la libertad de buscar versos como lo desee. El espacio se convierte en significante. La puntuación se quita o se emplea de manera inusual”.

La democracia parece ser otro tema que lo apasiona. Repitió su “cantaleta”, como él mismo la definió: “Cuiden su democracia, aunque sea deficiente. Casi nunca está mal, así evitarán que algún caudillo de nuevo llegue al poder, la destruya y se erija una dictadura”.

Cuando tomó la palabra Alonso Lujambio Irazábal, secretario de Educación Pública, quien asistió en representación del presidente Felipe Calderón, le agradeció a Cadenas sus palabras, “tan útiles para la democracia mexicana”.

 

La poesía nunca será masiva

En rueda de prensa, el ganador del Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances 2009 llamó a no dejarse engañar por “movimientos que usan la democracia para acceder al poder y luego destruirla”.

“Poco amigo de las definiciones”, Rafael Cadenas es, sin embargo, buen amigo de las palabras. Y las usa con la misma vehemencia y precisión para hablar de poesía que de democracia. En la reunión que sostuvo con periodistas este sábado 28, luego de recibir el Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances 2009, el poeta venezolano resaltó que, lamentablemente, la poesía nunca será masiva, y añadió que, para poder apreciarla, “primero hay que valorar el lenguaje”. En términos similares, exhortó a mantener la alerta y a “no dejarse seducir” por otro tipo de palabras, como las utilizadas por aquellos “movimientos que usan la democracia para acceder al poder y luego destruirla”.

Lector de Alfonso Reyes, Octavio Paz y José Emilio Pacheco, entre otros autores de México, Cadenas explicó que, aunque venezolanos y mexicanos “nos llamamos hermanos, todavía cuesta recibir libros entre nuestros países”. Convencido de que, por más lectores que haya, el público para la poesía siempre será minoría, el escritor señaló que lo mismo pasa con la filosofía, “pero los filósofos aceptan el hecho y no se quejan. La queja es la antigua maldición de los poetas, como decía Rilke”. Más que plantearse retos al respecto, indicó que se dedica a vivir: “Y trato de escribir. A veces, si hay suerte, puede uno crear el poema”.

Consultado sobre si en su discurso de recepción, al llamar al cuidado de las democracias, se refería a los casos específicos de Venezuela y Hugo Chávez, el poeta comentó que no le gusta “nombrar personas, pero ustedes saben lo que quiero decir. Además, están enterados de lo que pasa allá. De manera que hablar sobre eso es llover sobre mojado un poco”.

Poco más adelante, al hablar sobre los malos usos de la tecnología, dijo que, por ejemplo, “en Venezuela el gobierno reduce los presupuestos de las universidades, porque sencillamente no le interesa la educación universitaria... la que existe. Ellos quieren otro tipo de educación. Pero ninguna de las universidades públicas apoya al régimen de Venezuela. Y lo que le resta a las universidades lo dedica a comprar armas a Rusia, a Bielorrusia, a Irán, a esos países con los que tiene alianzas”.

Sobre la vigilancia y los cuidados que se deben procurar hacia las democracias de América Latina, dijo que los pensadores tienen una responsabilidad, pero agregó: “Adherirse a un partido no me parece aconsejable para el intelectual. Creo que el intelectual debe tener suficiente libertad para ejercer su oficio, que es el de la crítica”. Poco antes de concluir la rueda de prensa, el autor de Intemperie y Reflexiones sobre la ciudad moderna explicó que es importante que los nuevos escritores mantengan el compromiso social, “pero conservando su libertad”.

La Asociación Civil del Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo ha reconocido desde 1991 a importantes representantes de la literatura hispanoamericana y, hoy, el Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances —dotado con 150 mil dólares— se ha consolidado como un galardón de gran reconocimiento a nivel internacional.

El Premio ha sido otorgado, bajo el nombre de Juan Rulfo, a Nicanor Parra (1991), Juan José Arreola (1992), Eliseo Diego (1993), Julio Ramón Ribeyro (1994), Nélida Piñón (1995), Augusto Monterroso (1996), Juan Marsé (1997), Olga Orozco (1998), Sergio Pitol (1999), Juan Gelman (2000), Juan García Ponce (2001), Cintio Vitier (2002), Rubem Fonseca (2003), Juan Goytisolo (2004) y Tomás Segovia (2005). Carlos Monsiváis (2006) y Fernando del Paso (2007) lo recibieron como Premio FIL de Literatura. António Lobo Antunes fue el primero en recibirlo como Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances, en 2008.

 

Welcome L.A.

Los Ángeles es la ciudad invitada de honor en esta edición de la FIL, y para agradecer tal distinción habló “el Pochito”, como el mismo alcalde angelino, Antonio Villaraigosa, se denominó. En su intervención pidió que se construyan menos muros y más puentes, y reconoció que la participación de Los Ángeles en la FIL contribuye a ello.

Se preguntó dónde se encuentra la identidad de una ciudad, si en el número de edificios, de comercios, de mercancía. “No. La identidad real de un pueblo se define con diferente criterio. Se define en las palabras de sus poetas, en el sonido de sus músicos, en las imágenes de sus artistas. Hoy Los Ángeles tienen el honor de presentar todo lo que representa a la ciudad y su diverso espíritu”.

Los Ángeles es la ciudad que más mexicanos tiene, fuera de México. Ante tal realidad, sensibilizó a los presentes, a ellos les duele estar fuera de su país, pero también agradecen las posibilidades que Estados Unidos les brinda. “Es un orgullo para mí regresar a México”, comentó el funcionario méxico-americano.

En la ceremonia estuvieron también presentes Dana Gioia, representante de la Fundación Nacional para las Artes de los Estados Unidos; Alejandro Cravioto, secretario de Cultura del estado de Jalisco, en representación del gobernador del estado; el ministro José de Jesús Gudiño Pelayo, en representación del presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación; José Narro Robles, rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (Unam); Marco Antonio Cortés Guardado, rector general de la Universidad de Guadalajara (UdG); Raúl Padilla López, presidente de la FIL; Juan Pablo de la Torre Salcedo, presidente municipal interino de Guadalajara; Joaquín Diez-Canedo Flores, director general del Fondo de Cultura Económica (FCE); Adolfo Castañón, lector de la semblanza del Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances; Darío Jaramillo, portavoz del Jurado del Premio FIL, y Nubia Macías, directora general de la FIL.

Fuente: FIL