La madrugada del pasado domingo 29 de noviembre murió en Coche, la parroquia caraqueña donde vivió durante casi toda su vida, el pintor, caricaturista y luchador social Claudio Cedeño. Contaba con 94 años de edad. Sus restos fueron velados en la Capilla Monumental del Cementerio del Este, en la capital venezolana.
Natural de Río Caribe, Sucre, Claudio Rafael Cedeño Rodríguez siempre sostuvo que el caricaturista y, en general, el artista plástico, debe ser un luchador social y mantener un compromiso permanente con las causas de los más desposeídos.
Eso lo llevó a formar parte, como ilustrador y caricaturista, de importantes medios izquierdistas de Venezuela. Su trabajo más reconocido fue en el semanario Fantoches, dirigido por Leoncio Martínez (Leo), al que llegó a los 23 años sin formación como dibujante, y más tarde en El Morrocoy Azul, el periódico humorístico fundado por Miguel Otero Silva, Francisco José Delgado y Carlos Irazábal, y en el periódico Tribuna Popular, entre otros.
“No es casualidad que fuera víctima de la represión que contra los medios de comunicación protagonizaron los principales partidos de la IV República, Acción Democrática y Copei”, escribió la periodista Grecia Solórzano en una entrevista que concedió Cedeño en 2005a la revista cultural Encontrarte.
“En Venezuela los diarios sólo le dan cabida a los ilustradores con ideas políticas afines con los dueños de los medios. Los otros quedan fuera”, dijo Cedeño en esa oportunidad, cuando también narró su experiencia como secretario general, entre 1946 y 1950, del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP).
En esos años, el diario El Nacional decidió despedir, por una supuesta orden de la Seguridad Nacional —el organismo policial que eventualmente se convertiría en el brazo represivo de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez (1952-1958)—, a cuatro empleados: Luis Esteban Rey, Pedro Beroes, Sergio Antillano y Héctor Estrada.
El SNTP, con Cedeño a la cabeza, (1946-1950), denunció el hecho, y descubrió que el periódico era un aliado de la SN, lo que provocó un ambiente de trabajo hostil, lleno de persecuciones, maltratos y amenazas.
Más adelante formaría parte, junto a Fabricio Ojeda, de la Federación de Trabajadores de la Industria Gráfica, organización sindical responsable de la huelga de prensa que daría inicio al derrocamiento de la dictadura de Pérez Jiménez.
Fue profesor de artes plásticas: tuvo una prolongada actuación en la educación media y como tal trabajó en la Escuela Cristóbal Rojas, de la cual llegó a ser su director. Junto a Gabriel Bracho, Armando Lira, Rafael Ramón González y Antonio Rodríguez Llamozas, participa en la fundación del Taller de Arte Realista, desde donde toman contacto con el mexicano David Alfaro Siqueiros, relación que promueve el muralismo político venezolano.
“La caricatura es para orientar”, decía Cedeño a Encontrarte. “Desde mi punto de vista este oficio debe mostrar lo que ocurre en el país, procurando que esté lo más ajustado a la verdad, como debe ser. El caricaturista debe ser un luchador social, tener sentimientos progresistas de solidaridad con los explotados, con los oprimidos que existen en la sociedad”.
Fuentes: ABN • CiudadCCS • Encontrarte