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Cápsula del tiempo hallada en Madrid contenía tomos del Quijote
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Cuatro tomos de El Quijote del año 1819, un libro de la vida de Cervantes y otras publicaciones, textos, retratos de personalidades y paquetes con objetos sin identificar, en buen estado de conservación, constituyen el contenido de una “cápsula del tiempo” que, enterrada desde 1834, fuera hallada la semana pasada bajo la estatua de Miguel de Cervantes, frente al Congreso de los Diputados de España, en Madrid.

Madrileños de 1834 eligieron estos objetos para la colocación de la primera estatua del escritor en Madrid e insertaron la caja en su base para las generaciones futuras. La urna, un cofre de plomo herméticamente sellado, se detectó con motivo de las obras municipales en la Plaza de las Cortes de Madrid.

La “cápsula del tiempo” fue abierta el pasado jueves 17 de diciembre en el Museo Arqueológico Regional (MAR) de Alcalá de Henares, y su contenido fue presentado el viernes 18 a los medios de comunicación por el vicepresidente y consejero de Cultura y Deporte de la Comunidad de Madrid, Ignacio González.

Tras realizar un primer análisis del contenido, los arqueólogos han identificado un Diario de Aviso de Madrid de 1834, que envuelve un libro calendario manual y guías de forasteros para el año 1834 (Imprenta Real), cuatro tomos de El Quijote de 1819 (edición de la Imprenta Real y de la Real Academia ilustrada en 21 estampas con grabados de Tomás López, Alejandro Blanco y dibujos de José Ribelles) y un ejemplar del Estatuto Real para las Cortes del Reino.

El resto del legado está compuesto por un libro sobre la vida del general Mina —guerrillero español que luchó en la guerra de la Independencia y fue fusilado en 1817 en México—, un manuscrito envuelto en papel de trapo, un libro sobre la vida de Cervantes, ocho pequeños paquetes envueltos en papel, dos libros envueltos y lacrados y un papel enrollado con textura de trapo que envuelve seis láminas de 1831 con diversos retratos, entre ellos de Isabel II niña y de don Manuel Martínez Varela, que fue el mecenas que costeó el monumento, además de ejemplares del periódico La Gaceta de Madrid.

Los restauradores del Laboratorio del MAR, tras separar la tapa de la caja exterior de plomo con un cúter térmico, comprobaron que contenía en su interior otra caja de vidrio minuciosamente ajustada y en un óptimo estado de conservación, y que se abría mediante un sistema de bisagra en el lateral.

La primera comprobación al abrir la urna fue que los contenidos de la caja, en su mayoría de papel, habían sido impregnados originalmente con un químico tóxico en prevención del posible desarrollo de insectos y microorganismos.

Este producto aún impregna los contenidos de la cápsula, dotándolos de cierta humedad, despidiendo un fuerte olor e implicando riesgo de toxicidad si fueran objeto de exposición pública. Sin embargo, tanto la cuidada estructura formada por las cajas de plomo y vidrio, como la utilización de este químico, han favorecido que los contenidos de la cápsula se presenten en un excelente estado de conservación.

La escultura de Cervantes en la que se ha encontrado la cápsula fue la primera dedicada a un personaje civil que se instaló en la capital española, y se encargó al escultor neoclásico Antonio Solá. Otros ejemplos de cápsulas del tiempo encontradas en Madrid han sido la fundacional del Congreso de los Diputados —con paleta de plata, Constitución y monedas—, la fundacional del Asilo de Lavanderas en Príncipe Pío y la fundacional de la apertura de la Gran Vía.

El vicepresidente señaló al final de su discurso la “gran transcendencia” del hallazgo “desde el punto de vista histórico, político y arqueológico” ya que “nunca se había descubierto una caja tan completa y en tan buen estado”.

A partir de ahora, los técnicos del MAR trabajarán en la recuperación de los documentos deteriorados por el paso de tiempo y en el estudio en profundidad de los objetos.

Fuentes: Comunidad de MadridEFE