Noticias
Anunciado veredicto de los premios Casa de las Américas

Un letraliano, el panameño Javier Alvarado, entre los finalistas de poesía.

Comparte este contenido con tus amigos

Desde la sala Che Guevara de la institución cultural cubana Casa de las Américas, en La Habana, fueron anunciados este jueves 28 de enero los ganadores del Premio Casa de las Américas en su 51ª edición.

Tras diez días de intensas lecturas, deliberaciones y numerosas actividades que conformaron el programa del certamen inaugurado el pasado 18 de enero, los integrantes del jurado seleccionaron los ganadores entre las 436 obras enviadas.

En la categoría de Poesía fue premiado por mayoría Crónicas de muertes dudosas, del argentino Bruno di Benedetto, por lograr “una obra de actualidad digna de la mejor poesía latinoamericana”. El jurado estuvo integrado por Graciela Aráoz, de Argentina; Jotamario Arbeláez, de Colombia; José María Memet, de Chile, y Marino Wilson Jay, de Cuba.

Se concedió además tres menciones a Las nuevas epopeyas, de Guillermo Rivera (Chile); Carta natal al país de los locos (Poeta en Escocia), del letraliano Javier Alvarado (Panamá), y Antífona de las islas (Sinfonía poemática), de Manuel García Verdecia (Cuba).

El Premio Casa de Teatro recayó por unanimidad en Al otro lado del mar, de Jorgelina Cerritos (El Salvador), “por entregarnos una pieza cargada de poesía, donde la sencillez de la propuesta para la escena encierra, a la vez, una profunda e inteligente reflexión sobre la condición humana; por la destreza del diálogo y la limpieza de su estructura dramática, creando dos personajes y una atmósfera que, con economía de medios, dan grandes posibilidades a actores, directores y a una diáfana comunicación con el público”.

Peky Andino, de Ecuador; Sara Joffré, de Perú; y Raúl Martín, de Cuba, fueron los jueces de esta categoría, quienes concedieron menciones a Barbarie, de Sergio Blanco (Uruguay), y Las dos caras de la moneda, de Cheddy Mendizábal Álvarez (Cuba).

Por su parte, el galardón de Literatura Caribeña en inglés o creol lo obtuvo la obra Approaching Sabbaths, de Jennifer Rahim (Trinidad y Tobago), definida por el jurado como “una colección de poemas bien construidos sobre un discurso identitario que no depende de marcadores ni tropos comunes”.

El jurado, compuesto por Mark McWatt, de Guyana; Margaret Shrimpton, de Gran Bretaña; y Samuel Furé Davis, de Cuba, decidió otorgar una mención honorífica a I name me name, de Opal Palmer Adisa (Jamaica).

En Literatura Brasileña el premio recayó en Aprendiz de Homero, obra de la conocida escritora Nélida Piñón, quien según el jurado “pone su larga experiencia como escritora al servicio de los nuevos aprendices del oficio, reflexiona sobre su propia condición de aprendiz y revela cómo asimiló, con esfuerzo y persistencia, el arte de narrar”.

El jurado, compuesto por Neide Esterci, Antonio Carlos Mazzeo y Carlos Walter Porto-Gonçalves, concedió menciones a Operação Condor. O Seqüestro dos Uruguaios, de Luiz Cláudio Cunha; Memórias de un intelectual comunista, de Leandro Konder, y Graciliano Ramos: um escritor personagem, de María Isabel Brunacci.

El Premio Extraordinario Bicentenario de la Emancipación Hispanoamericana, que se otorga por primera vez, reconoció por unanimidad al investigador cubano Sergio Guerra Vilaboy, por su obra Jugar con fuego. Guerra social y utopía en la independencia de América Latina.

El jurado, integrado por Carmen Bohórquez, de Venezuela; Juan Valdés Paz, de Cuba, y Pedro Pablo Rodríguez, de Cuba, consideró que se trata de la obra que mejor se ajusta al tema “por su acercamiento histórico integral al examen del proceso emancipador incluyendo casos pocos conocidos en la historiografía tradicional, por el valioso estudio comparado de las transformaciones sociales derivadas de esos procesos, por su análisis de la progresiva toma de conciencia en torno a la necesidad de la separación política de la metrópoli y de construcción de una unidad política continental, por el acertado empleo de una abundante y actualizada bibliografía, y por contribuir al imprescindible conocimiento de la historia integrada de la región”.

Además, se concedió por décima ocasión premios de carácter honorífico a libros relevantes de autores de América, o sobre temas latinoamericanos, en los géneros de poesía, narrativa y ensayo. Este año fueron considerados libros publicados en 2007 y 2008.

En este sentido, el Premio de Poesía “José Lezama Lima” recayó sobre El cristal entre la luz, de Manuel Orestes Nieto (Panamá), “por recoger, en versos escritos a lo largo de cuarenta años, la producción de uno de los más importantes poetas de su país”.

El Premio de Narrativa “José María Arguedas” fue para Tratado del amor clandestino, de Francisco Proaño (Ecuador), “por su excelente prosa y el ingenioso modo mediante el cual recupera, a través de la memoria, una historia de amor, de locura y de muerte, a la novela”.

Finalmente, el Premio de Ensayo “Ezequiel Martínez Estrada” fue otorgado a Relatos de época: una cartografía de América Latina (1880-1920), de Adriana Rodríguez Pérsico (Argentina), “por tratarse de un recorrido profundo y polémico por varios de los autores, libros y mitos de las literaturas hispanoamericana y brasileña de un momento especialmente intenso de nuestra historia”.

Fuente: La Ventana