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Poemas

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Poema nadaísta

Cierra los ojos,
aspira hondo, olvida...
Nada está en tu mente,
déjala hacerse,
si la deseas blanca, negra... no luches
Así es ella,
sosiégate.
Nada vendrá pronto.
Es la mujer que se desnuda en tus sueños
pero tiene el pudor de borrarlos antes del alba,
es la nostalgia que a la mañana asalta,
cauta en borrar la razón.
Es la escurridiza que buscas a diario,
y con sigilo se mueve en tu interior.
Ahora que lo sabes, finge silencio,
Calla...
Algún día vendrá a tu encuentro
si tienes la prudencia
de contar nada acerca de Nada.

 

Desayuno zen

Me gusta desayunarme a mí misma
sin que nadie me sirva la mesa
deshojar mis dedos
como pétalos que develen mi sino
Prefiero el jugo amargo que cae de mis ojos a palabras exultas que caen en olvido.
Deseo ver al tiempo devorar los días
comerse a pedazos mi ego suculento
Me gusta desayunarme a mí misma
la mesa ya está servida.

 

Oración a la diosa del ajedrez

Querida Kaisa,
tú que habitas a la siniestra de este juego vital,
tú que miras con fijeza el terreno de estrategias,
que mueves los hilos de Aquello
que yo peón de la vida ignoro,
haz que descienda de la opresión de mi reino
y que airoso camine entre ruinas de torres y jinetes.
Absuélveme de jugar cruel retozo,
déjame pacer en este campo de mirra y lloro
y ver los ojos de mi amada, reina enemiga.
Si aún es posible,
déjame habitar en la intemperie;
haré de mí pasto de caballería,
y podré, en el otro extremo,
recuperar mi vida
en el paraíso de los peones maltrechos.

 

de-Espacio

Te pongo mi espalda

Trepa como hiedra
Como aroma
sujeta la línea
Trópico de Cáncer
Caracol triste

A v a n z a

Con tus senos ardorosos
lengua presurosa,
aroma derrochada

Domeña las líneas de mi epidermis
La salvedad de mi destino

Enséñame a caer...
despacio
sin mirar el abismo

Despacio...
muy d e s p a c i o

 

Las lecturas de Lilith

Cadenas de serpentinos rizos
colgaban de su frente en arco.
Piernas lucientes,
mirada espesa,
confundí en sus ojos
secretos de diosas.
Soy la cacería, ella el verdugo;
mis labios, sello de su profano aliento.
Ahora me persigno,
tiemblo al escribirlo.
Jamás olvidaré
su voracidad
mientras comía mi Biblia

 

Profundo

Palabras como pez espada,
lágrimas y corales para el tentempié de medianoche,
una nube de escamas baña el arco iris nocturno,
el mar se deslizará como Sirena y morderá tus labios con fruición de tortuga.
Respira hondo el abismo te espera con sus tentáculos de bronce y peces que parpadean de amor a tu encuentro. Despídete de lo que es aire,
Despídete de la luna,
despídete del viento...
dominarás el agua con el látigo de tu cabello,
confía en mí, pero escucha con cuidado, no hablo de mares, no hablo de simas... hablo de descensos sin cordeles ni poleas... te hablo con mis palabras estalagmitas de burbujas, sólo un vaivén de legiones ridículas, que sólo buscan la mejor excusa:

Habita en lo profundo de mi alma.