Letras
Tres poemas

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tal vez una escisión, un cote, en la madera que crece tras el río,
en lo más bajo de la hoja débil, en la reproducción de hojas al unísono,
mi cuerpo, en el estambre en precisión de pétalos que caen (la comisura
de los ojos llena, el espacio atribuido a la visión que se voltea lejos
hacia el cauce, en el transcurso en que la planta se transforma,
humus por su cuerpo, en los rebordes contritos desde el agua,
entre la conmoción de musgos que serpean en lo alto lo leve,
allá en lo alto de la luz —circuito de la luz— en la humareda)

 


 

pájaro que cayó voló (entre las nubes mustias, en el suelo
—de entre crepitaciones de la tierra, la piel, tórrida la piel
deambula levemente por los pastos— de entre crepitaciones últimas,
levitación, flor por entre codos y al origen —detrás de la caída
al aire en el torrente— dada la virtud del pensamiento) / la extensión
al paraíso móvil / tierra junto a mí / los pastos

 


 

la armonía en el campo del espacio, entre las aguas, que digitan
nuestros cuerpos como voz de la conciencia la humedad de las
mejillas en el polvo, las manos del revés en los pañuelos que lloran
nuestros nombres, en el punto ancestral de la caída de los cuerpos
en la llama, lo oscuro de la noche entre nosotros, bordándonos de
sal en las pupilas de algún astro, entre las voces que se caen a la
 distancia (mirada en lo pretérito del hombre, en las pupilas lejanas
a la luz, el canto entre la luz de la caída)