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Falleció el periodista y poeta Fernando Artieda
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El reconocido poeta y periodista ecuatoriano Fernando Artieda falleció la mañana del jueves 15 de abril en Guayaquil, a los 64 años de edad, luego de padecer esclerosis, una enfermedad degenerativa. El sepelio se realizó el viernes 16 en el camposanto Jardines de Esperanza.

Reconocido, como él lo dijo en algunas de sus entrevistas, “por dar voz a los que no tienen voz”, Artieda escribió con el lenguaje del pueblo y alimentó su lírica del habla de cada esquina, por lo que muchos de sus personajes perfilaban como el chuchacoso, el tapiñado, el cabreado, el caretuco, el bacán.

Formó parte del grupo literario Sicoseo, que se reunía en la Casa de la Cultura Ecuatoriana, Núcleo del Guayas, y cuyos miembros solían completar la jornada tomando cerveza las tardes de los viernes en el desaparecido bar Montreal, el mismo sitio donde uno de sus amigos, Jorge Velasco Mackenzie, también conoció a los personajes que poblaron su obra.

Su obra se fue forjando con la jerga popular y con el tiempo no sólo fue reconocido por el círculo intelectual del Puerto, sino por la propia gente de a pie, quienes lo aclamaban en los recitales que hacía junto al trovador Héctor Napolitano.

Así, uno de sus poemas más conocidos es “Pueblo, clave y fantasma de JJ”, un homenaje a Julio Jaramillo. “Una zorra veterana bebía cerveza y recordaba / que ella lo había conocido desde los tiempos que era camote de la Blanca Garzón / el mejor calzón que había en los cabareses de esa ciudad”, reza el antes citado texto y, en cierto sentido, engloba lo que en muchos de sus escritos reflejaba: a su pueblo.

Artieda dedicó 45 años al periodismo, otra de sus grandes pasiones. En una de sus entrevistas defendió con gran pasión el oficio periodístico y dijo, a manera de enseñanza y axioma, que el periodista debe manejarse con rigor.

En febrero del 2008, en un anuncio hecho en la cadena Ecuavisa, donde ejerció de manera intermitente 17 años de carrera, se despidió. Para entonces la enfermedad degenerativa ya le diezmaba los músculos.

El escritor trabajó en el diario Expreso, donde llegó a ser editor general. También escribió para los diarios Hoy y Meridiano; en revistas como Vistazo, Diners, Soho, La Razón y Ariel; en televisión pasó por las salas de redacción de RTS (antes Telesistema) y TV Manabita.

Tal como él lo dijo, tenía esperanzas de cambio para su país. A partir de ello fue parte del gobierno de Abdalá Bucaram en la Secretaría Nacional de Comunicación, en 1996. La abandonó luego de que el jefe de Estado fue declarado incapaz de gobernar y desde entonces prefirió obviar el tema.

Ya con la enfermedad muy avanzada alcanzó a presentar en el Museo Municipal de Guayaquil, en enero del 2009, su último poemario: El alcahuete de Onán, de 91 páginas, el libro número 10 de la colección “Poemarios guayaquileños” que promueve el sello editorial del Cabildo.

Fuente: El Telégrafo