Artículos y reportajes
Transmutaciones
Literatura colombiana actual

Comparte este contenido con tus amigos

Transmutaciones es una antología de la literatura actual colombiana preparada por un escritor dombenitense, Antonio María Flórez, que ha vivido muchos años en Colombia y conoce de primera mano el panorama literario de ambos países. Él es el autor tanto de la selección de obras como de un prólogo perfectamente documentado que describe la tradición reciente del país americano en todos sus géneros. Las obras seleccionadas son Toque de queda, una compilación de cuentos que puede leerse, asimismo, como una única narración de Adalberto Agudelo Duque; Noticias de la niebla, un libro de relatos de Triunfo Arciniegas; El álbum de Mónica Pont, una novela corta de Octavio Escobar Giraldo; El espíritu de Basho, un ensayo de Orlando Mejía Rivera, y A las cosas que odié, un poemario de Andrea Cote Botero.

Ni por edad ni por afinidades estéticas, como señala el prologuista, pueden ser considerados estos escritores integrantes de una generación, aunque sobre ellos pesan las mismas circunstancias históricas y un “espíritu de época” que si bien no determina la dirección de una creación literaria sí contribuye a condicionarla. Dos fenómenos relevantes, de distinta naturaleza, han planeado sobre su tarea. Uno es el de la interminable violencia de la historia colombiana en el siglo XX, ligada en un momento a las enormes riquezas de la nación (oro, perlas, esmeraldas, canela) y, más tarde, a la suma y entrecruzamiento de la violencia de la guerrilla, del narcotráfico y de los paramilitares. Sea cual sea el tratamiento dado, la creación literaria no fue ajena a esta deriva sangrienta que se traduce en corrupción del sistema político, represión policial, expulsión de la tierra de grandes contingentes de población...

El otro fenómeno fue la concesión del premio Nobel a García Márquez en 1982 que marcó con luces y sombras a toda una generación de narradores jóvenes por entonces, quienes “tratando de imitarlo, o de rechazarlo (que es otra manera de estar penetrado por su influencia), los aplastó el recuerdo de otro, la memoria mítica de símbolos que se filtraron en sus propias narrativas y las contaminaron de inautenticidad” (Orlando Mejía).

De Adalberto Agudelo (Manizales, 1953) se incluye Toque de queda, publicada en su ciudad natal en el año 2000, una obra que reelaboraba una colección de relatos, Variaciones (Premio Nacional de Literatura de 1994). Vertebrada en un grupo de narraciones autónomas, todas tituladas, la novela reconstruye un episodio histórico: las manifestaciones estudiantiles en la Universidad de Caldas en 1976 reprimidas violentamente por la policía que dejó, a la postre, un estudiante asesinado y cientos de detenidos.

Ambientada en Madrid, la novela de Octavio Escobar (Manizales, 1962) se presenta como un prólogo a la narración del mismo título que dejó inédita un escritor colombiano residente en Madrid, Leonel Orozco, cuya pista se pierde en Tánger y cuyo destino final queda envuelto en brumosas hipótesis. El texto que leemos, por tanto, es un estudio biográfico y crítico de este escritor, un procedimiento tomado de Borges que le permite hablar de Leonel, pero también de sí mismo (se citan títulos reales de Octavio, opiniones suyas sobre la narrativa española, marcada por la complacencia y la frivolidad y el cálculo comercial).

De Orlando Mejía (Bogotá, 1961) se recogen tres lúcidos ensayos: “Hölderlin, nuestro contemporáneo”; “El extraño universo de León de Greiff”, un poeta colombiano que conoce la peor cara del éxito (la de la popularidad) y el que da título a la obra; “El espíritu de Basho”, que recuerda cómo el poeta abandona la vida que recibe en Japón el nombre de Ukiyo, el “mundo flotante” (esto es, el de la fama, los placeres y la vanidad literaria) para convertirse en un vagabundo feliz reconciliado con la naturaleza.

Muy conocido en Colombia como autor de literatura infantil y juvenil, Triunfo Arciniegas (Málaga, Colombia, 1957) entrega Noticias de la niebla (Universidad de Antioquia, 2003), un conjunto de microrrelatos que recurren el humor y la ironía para hablarnos de un mundo en que dominan la maldad y la insolidaridad en textos que explotan con frecuencia el ingenio y las sorpresas finales.

Andrea Cote Botero (Barrancabermeja, 1981) incluye su libro inédito A las cosas que odié, que recibió una mención de honor en el Concurso Internacional Rubén Darío del Pen Club Español (2007) e incorpora “poemas sobre el vacío que deja todo lo que parte, sobre las migraciones en huestes de los humanos que se duelen de lo perdido y evocan el desierto de las tierras cremadas, silentes y rotas”.