Debole
Te dejo reposar tus inquietudes sobre mi frente
y manipular encuentros fortuitos
Luego te rehúyo
Soy débil como la ola cabizbaja
Me esfuerzo en llegar a la orilla pero me espanta el fin
Dimito cuando cavas en mi núcleo incesantemente
para hallar una afirmación
Tengo que mentirte
—No me convierto en témpera por ti
—Me cansa chocar con tu encanto etílico de soprano
Me condenas y me vuelves solar
Te dejo idealizarme y sacudir fingidas memorias
Me desgastas tanto bajo corrientazos de dopamina
Me haces débil
Y eso me entretiene
A pétalos
A regañadientes
A pétalos
Te quiero apenas
Yo sé que soy demasiado intranquila y constante cuando te subes en el bus y comparo tu peinado y tu abrigo
La aburrida coleta de ayer
Las suelas de dos centímetros que te mantienen bajo los hombros viriles
Me quieres por hábito
Vacilante
Por discontinuidades y circunstancias
Cuando saco la lengua por los cristales y te digo que esa luz es también nuestra
Cuando dejo la cama y vivimos la ciudad
Cuando no me excedo en pensamientos y preguntas
Cuando soy simple
Y tú un zancudo
La única que aplaude al mexicano cantando en el metro
Tan mema delgada inoportuna
Hecha de día a día y de otras historias
Nos disfrazamos de martes y de marea
Nos aficionamos y nos interrumpimos
Lo sé
Podríamos querernos si fueses menos mía
Alexitimia
“(Los viejos) al fin llegaron a Marte”.
R. Bradbury
Niña
me siento inspirada
por tus vísceras
Disfruta de los últimos árboles cantando “aleluya”
acariciándose como la escarcha y el viento
Yo sabía entonces que todo acabaría
Pero
preferí callar
Anhelaba disfrutar del espectáculo
el cielo derritiéndose como un lóbulo
la nuez cobarde moviéndose con rigor
los abecés asfixiándose en el vapor
El uno haciéndose plural y articulando
que
al final
fue el grito del suelo
Niña
me siento aliviada
como el verano cuando se agota
dentro de los planetarios
Los amantes aman más
cuando se llevan consigo
a todos los difuntos