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Javier Acosta Escareño recibió el Premio de Poesía Aguascalientes 2010
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El trabajo del poeta y filósofo zacatecano fue elegido en una convocatoria sin precedentes: se reunieron tres reconocidos autores del ámbito internacional —Antonio Cisneros, Tomás Segovia y Juan Domingo Argüelles—; además, la cantidad de originales recibidos fue mayor a 300, una cifra excepcional en la historia de este concurso.

Por Ana Carolina Corvera

En el marco de la Feria Nacional de Aguascalientes, el escritor mexicano Javier Acosta Escareño (Estancia de Ánimas, Zacatecas, 1967) recibió este 23 de abril el 43r Premio Nacional de Poesía Aguascalientes 2010, considerado el más importante galardón de México en su género, no sólo por el estímulo económico que se entrega, cuyo monto es de 250 mil pesos, sino por la estatura de los poetas ganadores durante más de 40 años: José Emilio Pacheco, Alejandro Aura, Eduardo Lizalde, Óscar Oliva, Jorge Fernández Granados, Juan Bañuelos, Elsa Cross, Coral Bracho, Francisco Hernández y Jorge Esquinca, entre otros.

La directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes (Inba), Teresa Vicencio Álvarez, dijo que la entrega de este premio representa el mayor estímulo a la creación poética y es un “reconocimiento pleno de su lugar en el contexto de la literatura, la vida cultural y la sociedad de México”. Destacó que la de Acosta Escareño es una nueva voz que se añade a la de poetas cuya sola mención resume, de forma elocuente, la poesía mexicana de la transición del siglo XX al XXI.

“Celebramos que en este año emblemático del 2010, venga desde Zacatecas, un estado tan lleno de resonancias para la tradición poética de nuestro país, esta voz elegida entre muchas para enriquecer este paisaje visual y sonoro, trazado al paso del tiempo por el Premio de Poesía Aguascalientes”, aseveró.

Después de que la coordinadora nacional de Literatura del Inba, Stasia de la Garza, diera lectura al acta del fallo, el presidente del jurado, Juan Domingo Argüelles, habló sobre el proceso de selección del texto ganador. En esta ocasión excepcional en la que se reunieron tres poetas de alto renombre como son Antonio Cisneros (Perú), Tomás Segovia (España) y el mismo Argüelles (México), se recibieron 321 trabajos, los cuales hablaron por sí mismos y no de sus autores, señaló.

Libro del abandono, presentado bajo el seudónimo de Eida Nod (“Don nadie” en sentido inverso), autoría de Javier Acosta Escareño, resultó ganador unánime, luego de que cada miembro del jurado expusiera sus puntos de vista.

“Ninguno de los tres habíamos leído a Javier; descubrimos, para nuestra experiencia personal, a un poeta magnífico, el autor podía sentirse contento de haber sido leído verdaderamente por tres desconocidos que dialogaron, no con él por ser él, sino por ser el autor de una obra digna de leerse”, reconoció.

“El zacatecano sabe lo que quiere y además lo sabe decir”, dijo Argüelles. “Para mí, en lo personal, fue un descubrimiento, y conste que no todos los días se descubren poetas. Me queda claro que Libro del abandono no es un libro que él haya escrito para ganar un concurso, sino para no perder la vida, como se deben escribir todos los libros de poesía, para que luego el azar y la necesidad hagan su parte y a lo mejor hasta logren el premio en un concurso”.

Por su parte, el ganador del premio agradeció a los representantes de las diferentes instancias involucradas en la organización, incluido el Gobierno del Estado de Aguascalientes, su Instituto de Cultura y el Inba, en una fecha por demás representativa, ya que en todo el planeta se celebraba el Día Mundial del Libro.

Con la humildad que lo caracteriza, dio también las gracias a los miembros del jurado y dijo que son “grandísimos poetas que me tocó la suerte de tener y cuyos nombres imponen muchísimo, a lo mejor si los hubiera sabido mejor no habría participado”.

Para él, el libro ha seguido su propio camino y fue escrito a pesar de sus prejuicios poéticos, por lo que es un honor que el texto ganara un premio de tanto prestigio y con nombres de gran peso en la literatura mexicana.

“He dicho que la poesía nos pone los pies en la tierra, es la forma en el hombre pone los pies en la tierra. Es así porque algo nos hemos tomado, muy fuerte, que vivimos narcotizados, olvidados del valor de las cosas, olvidados del valor de la simple existencia, simplemente existimos, en el momento que te das cuenta que nada posees, en ese momento hay poesía, pero estamos tan preocupados por poseer, por poseerlo todo, que mediatizamos incluso a las personas y las convertimos en objetos”.

La experiencia de la literatura, continuó, “es que nos regresa a este despertar, a estar otra vez en el mundo, revalorar, saber que no podemos poseer nada y que debemos, más bien, celebrar a los otros, a lo otro que somos nosotros mismos”, finalizó.

Acosta Escareño es doctor en filosofía por la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y profesor de teoría del arte y de hermenéutica en la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ). Coordina el Taller de Poesía del Instituto Zacatecano de Cultura y codirige la revista de humanidades y literatura Reitia.

Ha publicado los libros Allen, tómate una tableta de eucalipto (Praxis/Dos filos, 1994); Melodía de la i (Ayuntamiento de Zacatecas/IZC, 2001); Cuadernillo del viento (Ediciones de Medianoche/UAZ 2007); Regla de tres (UAZ, 2007), que obtuvo el Premio Nacional de Poesía “Ramón López Velarde” 2006; Schopenhauer, Nietzsche, Borges y el eterno retorno (UCM, 2008), Largo viaje al presente (Mantis, 2008), La vida pasa/Life Happens, cinco poetas norteamericanos (Ediciones de Medianoche, 2010) y Libro del abandono (Era, 2010), texto que obtuvo el Premio Nacional de Poesía Aguascalientes este año.