Así
Verte así
en los tacones de París
encarnada de neón
con dos llamas rojas
en el pecho
qué algarabía
decir
que no hay poesía
en un par
de pechos desnudos
con un billete en la cintura
y dos soles rojos
perforando
un vientre
inalcanzable
con los bolsillos rotos
Agita las sábanas
No necesito
del fuego para existir
tampoco de un relámpago
que estremezca mi cuerpo
y mucho menos un temblor
para sacudir mis manos
mis nervios
me bastarán unos ojos claros
una piel dulce como escama de estrella
y unos labios temerarios que despierten
y me despierten
para arrimarme un centímetro a la noche
a ese deseo fluvial
aquella brisa del insomnio
que agita las sábanas
que viaja entre los cuerpos
Los otros
Ni náufragos
ni muy secos
ni harapientos
ni muertos de hambre
pero
la verdad
es que
estamos
tan solos
que toda
compañía
nos resulta
buena
y marchitamos
Poesía
Abro poema
El rey herido de muerte
arroja a sus pies la corona de la reina
moja con sangre las cartas del Califa
y esconde en la zanja
el verbo de su tierra
Este tiempo es mío —dice—
lo que sobre es del poeta
Cierro poema