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Publican libro con información inédita sobre investigaciones de Rulfo
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El libro Nuevos indicios sobre Juan Rulfo: genealogía, estudios y testimonios, coordinado por el investigador mexicano Jorge Zepeda y presentado el pasado 20 de mayo en la Casa Universitaria del Libro, en Ciudad de México, aborda el interés del escritor jalisciense por Michoacán, el manejo de la lengua purépecha y su inclinación por los códices prehispánicos, lo que revela una proclividad del autor a la tradición oral indígena.

De los documentos del archivo del autor de Pedro Páramo relacionados con Michoacán, que se publican por primera vez, destaca un vocabulario manuscrito de voces castellanas derivadas del idioma purépecha, completado con un breve diccionario de vocablos en esta lengua.

También se incluye el testamento de Fernando Titu Vitzsiméngari, copiado a mano por Rulfo y cuyo origen no precisa, así como la transcripción que realizó el escritor de lo que identifica como Codex Plancarte (rescatado quizá por Francisco Plancarte, clérigo e historiador michoacano activo en las últimas décadas del siglo XIX y primeras del XX), relacionado con los años previos e inmediatamente posteriores a la invasión de Michoacán por los españoles.

Zepeda explicó que el volumen es resultado de una encuesta que realizó el Instituto Michoacano de la Educación (IME) a 100 personas sobre los libros que consideraban indispensables para mejorar el bagaje cultural de los profesores de nivel básico en Michoacán.

En primer lugar apareció Juan Rulfo y la lista por obras fue encabezada por Pedro Páramo, con 44 menciones, mientras El llano en llamas obtuvo 33. Las autoridades michoacanas consideraron que este resultado ameritaba dedicar al autor un libro con artículos que complementaran la visión del editor, escritor y fotógrafo, así como ampliar el nexo entre Tlalpujahua y el antepasado hasta entonces más remoto, Juan Manuel Zenón Rulfo, su tatarabuelo.

“La primera parte del libro, ‘Genealogía’, permite trazar los antecedentes más remotos y la primera aparición del apellido Rulfo”, explica Zepeda. “Se incluye un testimonio de Víctor Jiménez; un estudio de María Guadalupe Paredes, quien complementó la genealogía realizada por Claudia Rulfo en las páginas del libro Noticias sobre Juan Rulfo, de Alberto Vital”.

El artista michoacano Gustavo Bernal Navarro escribe un texto sobre una fuente, una mojonera y una troje de los Rulfo, y narra cómo los antepasados y familiares de nombre Rulfo anduvieron en las calles inclinadas y empedradas de Tlalpujahua de Rayón.

Los hermanos Rulfo fueron propietarios de las minas La Coloradilla, El Carmen, El Rosario y la Hacienda Minera de Sandía o Chimal. En la plaza de La Puerta del Sol de Tlalpujahua se ubica la fuente que se inauguró el 9 de diciembre de 1888, que mandó construir Austasio Rulfo por legado de su padre, Juan Rulfo.

Zepeda destacó que en su texto Paulina Millán Vargas realiza un recuento del trabajo fotográfico de Rulfo para finalizar con las inquietudes y preguntas: desde cuándo el autor era fotógrafo o por qué trabajó en el Instituto Nacional Indigenista.

Millán documenta que en contraste con lo que se podría creer, la fotografía para Juan Rulfo no fue solamente otra más de sus aficiones o temas de estudio, como fueron la historia colonial, la música o la antropología, porque a la par que escribía los borradores de los cuentos o de la novela, tomaba fotografías.

En junio de 1945 publicó en la revista América su primer cuento, “La vida no es muy seria en sus cosas”, y cuatro años después, en la misma revista, salió a la luz su primera selección fotográfica. Asimismo, entre 1953 y 1955 sus imágenes aparecieron en México en la Cultura ilustrando algunos artículos, al tiempo que el Fondo de Cultura Económica publicaba los cuentos reunidos en El llano en llamas y la novela Pedro Páramo.

“Millán traza todas las publicaciones enumerándolas, dando fechas concretas para explicar que a Rulfo, el fotógrafo, no se le difunde sólo a partir de 1980. Es un estudio extenso, que incluye algunas reproducciones de las imágenes”.

Diversos especialistas participaron con colaboraciones inéditas en el volumen: Jorge Félix Báez aborda el quehacer editorial indigenista del autor jalisciense; Claudio Esteva Fabregat se refiere a la creación literaria y percepción antropológica de Rulfo, y Genaro Zenteno Bórquez realizó un estudio sobre los narradores de El llano en llamas. También se incluyen textos de Juan Francisco Rulfo, Julio Moguel, Paulo Moreira y Víctor Jiménez, director de la Fundación Juan Rulfo.

Fuente: La Jornada