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Poemas

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Soy mujer y amo a esa mujer

soy mujer y amo a esa mujer reflejada en el espejo
la amo por caminar en mis desiertos
se apodera piadosa de mi tiempo
voy pintando su rostro
matizando el azul en sus ojos
con un toque carmesí sus labios
despeino peinando sus cabellos cortos
sigo pincelando hasta ver su rostro satisfecho
suele esconderse bajo los colores resignada
amo esa mujer loca
resistente a los avatares silencios y penumbra

hay días que hiere su cordura
entonces le cubro el rostro con un lienzo
así no vea mi gesto adusto
ni mi sonrisa perturbada

amo esa mujer
de ojos pequeños
bajita de estatura
luchando con los fieros años
que marca con puñales la mueca de su risa
amaré a esa mujer hasta que muera
si yo no la amo ¿quién la amará?
Es tan tonta pobrecita

 

Desnudando el alma

Cubierta con la manta del silencio
te aguardé despierta
bajo el cielo cementado de mi alcoba
una luz fría pende de una cuerda
como si el sol se hubiera suicidado
un viento intruso entra por mi ventana
haciendo volar mis mariposas
una de ellas se posa en tu recuerdo
salen tus palabras como cigarras tristes
tocando melodías inconclusas
siento tu amor avanzando sigiloso
enroscando mi cuerpo como cobra
ay de mí si bebo tu ponzoña
moriré... ¿acaso rendida en tus brazos?
sí... envenenada de amor y de besos
deshojando el trébol de mil hojas
mis noches gritarán sin eco...
me haces mucha falta

 

Delirando en Machu Picchu

¡Machu Picchu, no esperabas mi visita!
ni yo llegar a tu senda tan deseada

desde la punta de mis pies a la cabeza
ansié un momento ser parte del imperio
habitante de mis delirios y mi sangre
deseando abrazar el recinto del dios Inca
y descubrir desde la cumbre
cómo el ojo avizor del ave
conecta la gloria con la tierra

¡ay de mí! sin alas en este vuelo
al pisar el santuario
quiso mi corazón sucumbir
quedar allí bajo tu cielo
rodeada de montañas y misterio

una mano lleva la mía con ternura
y la voz que no era de Pizarro
conquistó mi ser aletargado

sin que nadie se enterara
grité en silencio y respiré profundo
acaricié las paredes que fueron tocadas por los incas
Machu Picchu al fin pude besar la aureola
que une el paraíso con tus Ruinas
despertó en mí la colla relegada
al ver cruzar majestuoso al Urubamba
entonces como en aquella infancia ida
fui dueña del universo
Machu Picchu
y Huayna Picchu
de las piedras
del sol inca
de las tunas
del cóndor andino
de la llama y la vicuña
era mío cada centímetro del valle
cada piedra con piedra edificada
del misterio y la mística me adueño
y del Intihuatana que detuvo el tiempo

sonrojada mi inocencia se escabulle

está allí el compañero de aventura
de su cálida mano entré al templo
y sin que nadie notara mi osadía
ante Pachacútec el Inca
me casé en secreto

de esto nada sabe el caballero
pero tendremos heredero
llevo atrapado en mi bolsillo
el eco de un suspiro
y una piedrecilla
de recuerdo.