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Sombras de sal en la vidriera

I

Tengo hambre de pasado
Risas de oro ancladas en el mar del llanto
Esperanzas rotas debajo de la cama
Esperando

Dibujando mis risas con el filo de tus labios
inundo de claveles rotos tu adiós helado
Tras tu risa a medias me escudo
            entre sombras.

Amo al recuerdo y también a la persona
Huelo tu olor a restos de amor amargo
Y entre la peste citadina
no me encuentro.

Vuelo entre acordes, sólo
para perderme en la agonía del olvido
al que me lanzas sin clemencia
y aun así te persigo.

La duda se come a tu confianza
Amarrando sentimientos cual espigas
            sin viento
Oigo mis voces que mataron sentimientos
Y sin lágrimas lloro pensando cambiar por fuego
            este hielo.

 

II

Aquí están a mi lado
las sombras sangrientas de amores heridos
que corren, golpeando con odio
las crestas vencidas.

Y sólo lleno de sal los recuerdos
Galopo a través del campo de sueños
            hoy abatidos
Para ver tu reflejo en la luna triste y llena
            de tu mirada.

Tus ojos no me miran sin buscarlos
Ahora nos perdemos entre brumas
            tan vacías
Cada órbita buscando su antiguo curso
            cada sonrisa, duerme.

Me acompañan como una nube gris
cargada de agonía y los restos de los besos
que yacen en el fondo de tu amor dormido
esperando el alba para despertar

Un fantasma con tu cuerpo, tu olor
y sonidos confusos de muerte o vida nueva
que se mezclan en un intento
sin sentido, sin final exacto, carente
del suplicio que te endulza el alma
a fuerza de amar con devoción 
transformando, con tus besos, las horas en segundos

 

III

¿De qué me sirve tu belleza?
si está aislada de mí como en una vidriera
Cual caro deseo soñado, que en sueños se quedará
con un lindo letrerito de ver pero no tocar.

Tengo tu suave aspereza, no más
que suaviza mi vida entera
lijándome el alma, envenenándome más.

¿Por qué están hechos tus labios
de dulcísima fragancia que invita a besarlos?
Mientras me esquivas, me hieres
porque sólo al rozarlos un poco
caes en inocentes diatribas de orgullo y
voy imaginando lo que quieres,
tanteando tu alma y el amor que en tu seno duerme
Entreabres tus puertas, creas mi tragedia.

¿De qué me sirve la vida
si tienes otra vida que no puede ser mía?
Y me robas más alma con cada sonrisa
E imagino de prisa que pronto serás mía.

Eres mi dulce tragedia
Infectas mi alma, invades mi mente
Tratar de no mirarte sería inclemente
Pero al ver tu rostro me vuelvo demente
Y beso el olor de tu piel en el aire
Para que no te des cuenta de que quiero besarte.
Date cuenta de que existes, de que respiras
y sólo por eso y más nada te amo
Date cuenta de que yo existo
sólo al tocarte las manos.
Mira mis ojos y dime temblando
¡que no lucho nunca en vano!

No me sirve escucharte, no quiero
queriéndome como amigo
Si ese fantasma que jamás crearás
¡es mi peor enemigo!

Dame tu rostro en mis sueños, tus labios
Dime que uno de estos días
También estaré en tus sueños, en tus labios
Y esperaré con ansias el día.

O no digas nada, sólo dame tu dulce sonrisa
Quiero escuchar el sabor de tu silencio absorto
Quiero ver el alma de tus ojos enamorados
Cambiar por aquel amor tu enojo
Y alimentarme de tus labios sedientos.

Dime, demonios; ¡dime de qué me sirve!
La vida sin tu risa, sin tus besos, sin ti
Dame al menos esos trozos de esperanza
Que tan bien sabes construir
Dame un trozo de ti y guarda para mí
Un beso bajo tu almohada
Y en ese instante seré menos infeliz.

 

Contradicción

El árbol del dolor está seco.
Muertas sus ramas, sin frutas.
            Asesina del dolor.

Tu sonrisa amplia, tu locura un pesticida
que consume hasta el vacío
infectas todo con tu viciosa alegría
            matando mi oscuridad.

Ahora el campo se llena de tu canela,
esa que sale de tu piel al balancearte
y siembras júbilo sin darte cuenta
sin medir el alcance de tu peste gloriosa
            creas un motivo
                       (hoy) borras la inspiración.

Tengo tantos versos en las yemas de mis dedos
dormidos por culpa tuya.
Estabilidad que me roba mi tristeza,
besos que me sedan, caricias que...
No sé.

 

El cuervo

¿Es la oscuridad con sus fauces de acero
ese lugar frío y funesto que describen
o es más bien la vía de escape certero
a la simpleza inerte a la que la luz proscribe?

¿Y eres tú, risa del otro lado del espejo
una simple proyección hecha de arena
o mucho más que un simple reflejo?
¡Un cuervo encerrado en su condena!

Dándole grises matices satíricos a mi ser.
Creando oprobios para los rostros sonrientes.
Y por la fuerza obligándome a reconocer
Que a pesar de ser abstracto también sientes.

Y te regocijas en confundirte con mis venas,
jugar a que eres yo y gritarme que soy tú,
creando unas veces alegrías y otras penas.
Pintando mis días negros con tu risa azul.

Eres peligroso entonces, tomas decisiones
que advierto cuando ya es difícil detenerte.

Soberbio y altanero, no escuchas mis razones
y fijas tus ojos en zonas donde peligra mi mente.
Tu corazón indómito vuela hacia horizontes
donde ambos nos fundimos y la razón se esconde.

 

Masivo

Todo alrededor, esférico, cilíndrico
aberrantes formas con tendencia
a asemejarse a las esferas y circunferencias.

Todo incompatible con este mundo
lleno de líneas rectas e infinitas.
Paralelogramos de placer,
trapecios de belleza.

Todo viscoso, informe y pesado
como la miel, el asfalto o el tiempo
indiferente y con ojos que no miran.

Todo lo inverso a esta gente graciosa
y fluida, que vive tras cristales incólumes
estos payasos del circo universal,
que con sólo sonreír o unir cuatro palabras
obtienen miradas cómplices y besos furtivos

Y yo, antítesis de los cánones orgiásticos
esperando entrar a los reinos geométricos
donde sé que yacen las riquezas ansiadas.

No metálicas, no pétreas, simplemente táctiles;
riquezas infinitas vedadas a aquellos,
que, como yo, estamos después de las líneas.

Aquellos a los que la tierra atrae
con fuerza inclemente y maldita.