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Darío Villanueva
Villanueva: la Academia no legisla.
El nuevo Drae incorporará “matrimonio homosexual” y otros términos
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La inclusión de un nuevo término, “abertzale”, levantó propuestas por parte de un grupo político vasco.

El cineasta español Luis Buñuel entrará en la 23ª edición del Diccionario de la Lengua Española (Drae) como adjetivo: “buñueliano”. Y, junto a él, palabras del lenguaje cotidiano como “rojillo” (de tendencias políticas más bien izquierdistas) o “cultureta” (actividad cultural que no alcanza un nivel aceptable o persona pretendidamente culta).

“Abducir”, “alcaldable”, “espray”, “festivalero”, “grafitero”, “homófobo”, “muslamen”, “oenegé”, “sobao” y “sostenibilidad” también figuran entre las novedades que la Real Academia Española (RAE) ha volcado este jueves 29 de julio en la edición digital del diccionario, donde aparecen con la leyenda “avance de la vigésima tercera edición”, prevista para 2013.

No aparece, pero estará “sin duda” en esa edición, la acepción “matrimonio homosexual”, según adelantó el secretario de la RAE, Darío Villanueva. La aprobación en 2005 de la ley que permite en España el matrimonio entre personas del mismo sexo llevó a la entidad a plantearse “la necesidad de modificar el significado de la palabra “matrimonio” para reflejar “esa realidad que la ley ha propiciado”.

Pero, como sucede con cualquier incorporación que se hace al Drae, el proceso es complejo. Los propios académicos “captaron la necesidad” de incluir la acepción de “matrimonio homosexual”, y, a partir de ahí, el Instituto de Lexicografía comenzó “el estudio documental de las fuentes que acreditan que esa acepción tiene su sentido”, explica Villanueva.

“La Academia no legisla, no crea realidades. Simplemente introduce en el Diccionario acepciones y términos que están en el lenguaje. No emite en relación a ellos ningún juicio de valor, actúa con la más absoluta de las objetividades”, pero teniendo en cuenta que cualquier decisión “afecta a una comunidad de 450 millones de personas”, dice con énfasis el secretario.

Pero en el Diccionario todo tiene que ser consensuado con las veintiún academias restantes, y la inclusión de “matrimonio homosexual” debe ser “visada” por ellas porque “no en todos los países existe la misma legislación”.

Lo más que puede pasar es que esa acepción figure con una marca que haga referencia al país o países donde se utiliza, pero, de una forma u otra, “matrimonio homosexual” aparecerá “sin duda en la próxima edición del Diccionario”.

En total, se han efectuado 2.996 cambios, que aparecen distinguidas con la leyenda “artículo enmendado” o “artículo nuevo”. Entre las novedades que ya se pueden consultar en la página electrónica del Drae hay muchas que sólo consisten en pequeñas modificaciones de términos ya existentes, y a ese grupo pertenece la voz “pederastia”, que se define como “inclinación erótica hacia los niños” y “abuso sexual cometido con los niños”, o “sodomía”, una de cuyas acepciones figuraba precisamente como definición de “pederastia” y ahora se sustituye por “práctica del coito anal”.

Villanueva, ex rector de la Universidad de Santiago de Compostela (USC), deja claro que la acepción que equipara “pederastia” con “práctica del coito anal” está “documentada” y recuerda que esa práctica “no tiene que ver con la homosexualidad necesariamente, sino que se puede realizar entre personas de distinto sexo”.

“Monoparental”, es decir, la familia “que está formada sólo por el padre o la madre y los hijos” es otra de las novedades del Drae, como también lo es la forma compleja “abandono de familia”.

En el ámbito político, la RAE no ha cambiado de momento la definición de “franquismo” (no se hace referencia a dictadura, simplemente a “movimiento político y social de tendencia totalitaria”), tal y como pedía la Asociación de la Memoria Histórica, pero Villanueva anuncia que la Academia “está revisando todos los -ismos referidos a movimientos ideológico-políticos o a regímenes políticos”.

En más de una ocasión los colectivos feministas han acusado de machista a la Academia por el tono de determinadas definiciones, y han pedido cambios en varias. Para Villanueva, “el problema no es si el Diccionario es machista. El problema es si lo es la sociedad. Si la Academia suprimiera los términos con connotaciones negativas, estaría ejerciendo una especie de censura”.

“La Academia no inventa el idioma ni las conductas. Su misión es recoger el idioma tal cual es”, concluye el secretario.

Sin embargo, la inclusión de un término ha levantado protestas. El portavoz del partido Eusko Alkartasuna (EA) en el Parlamento vasco, Juanjo Agirrezabala, cree “grave” que la RAE haya incluido en su diccionario el término “abertzale” definiéndolo en castellano como “nacionalista radical”, y le exige, por ello, una “rectificación inmediata” de dicha definición al objeto de “despojarle de toda connotación negativa”.

En un comunicado, Agirrezabala acusa a la RAE de haberse “extralimitado” en sus funciones, ya que “no se ha limitado a definir el término como patriota o nacionalista, que sería lo correcto, sino que ha ido más allá al calificarlo de radical y extender esa connotación negativa a todas las personas abertzales sin excepción”.

A su juicio, la RAE no ha hecho un análisis semántico o lingüístico del término, “sino político”, y lo ha hecho, además, “de forma intencionada y maliciosa, partiendo de prejuicios que carecen de base desde el punto de vista de la lengua”.

Fuentes: EFEEl MundoEuropa Press