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100 años de Bruguera
Bruguera: centenaria.
Publican la historia de la centenaria editorial española Bruguera
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En septiembre pasado fue publicado el libro conmemorativo 100 años de Bruguera (Ediciones B), que recuerda la historia centenaria de la legendaria editorial española Bruguera, artífice de publicaciones como Pulgarcito, Tío Vivo, Historias Selección, El Capitán Trueno, El Jabato o Mortadelo y Filemón.

El escritor Antoni Guiral, autor del libro, explicó que “pocos saben que en realidad son tres editoriales: todo comienza con El Gato Negro, que fundó con 25 años en 1910 Juan Bruguera, un hombre visionario pues en aquel año en España había una tasa de analfabetismo muy alta”.

La primera publicación emblemática de El Gato Negro fue Pulgarcito, y en esos primeros años trabajó con tebeos y con los cromos por entregas, y sobre todo volcó sus esfuerzos en la producción o traducción de folletines, de novelas de género realmente populares, aparecidas por entregas, al económico precio, dependiendo de la época, de 5 a 20 céntimos.

Cuando en 1933 murió Juan Bruguera, tomaron el testigo sus hijos Pantaleón y Francisco, que de hecho habían comenzado a trabajar en la editorial como aprendices.

El período de la Guerra Civil española fue, según rememora Guiral, “duro” y también tiene fiel reflejo en la revista Pulgarcito, que fue perdiendo el color conforme había dificultades de suministro de tintas.

La editorial estuvo colectivizada durante un período corto por la CNT, pero “esta circunstancia no influyó en un exceso de politización de sus publicaciones”.

Guiral ha podido documentar que “en 1940 aparece por primera vez el nombre de Editorial Bruguera, que sustituyó al viejo de El Gato Negro, un cambió que obedeció al nuevo régimen, seguramente para olvidar la vinculación que había tenido con la República”.

Precisamente, una de las publicaciones, Rataplán, había saludado en su número 16 la llegada de la República Española en 1931 y durante la guerra también había publicado recortables con figuras y armamento de las milicias, del pueblo y del ejército popular republicano.

En opinión del especialista, “Editorial Bruguera son las personas que la han hecho, pero, sobre todo, las personas que la han leído, pues han permitido hacer una difusión popular de los libros”.

Guiral aclara que los tebeos, los libros de Historias Selección o de Joyas Literarias “no eran literatura, pero acercaron a muchos lectores a conocer y despertar el gusto por la literatura”.

Reconoce que, como en todas las empresas, “también Bruguera tuvo sus luces y sus sombras, pero debe quedar el resultado de lo que hizo: forma parte de la educación sentimental de todos nosotros”.

En nombre de la familia fundadora, Joan Bruguera, biznieto de Juan Bruguera, remarcó que se siente orgulloso por “el camino de recuperación de la historia de Bruguera emprendido el pasado año y plasmado en libros, conferencias, exposiciones y películas”.

El libro es, según Joan Bruguera, “no una historia, sino muchas historias, comenzando por la historia de una familia y la de un barrio, Coll/Vallcarca y la de un tejido industrial catalán”.

Bruguera, añadió, “es también la historia del mundo editorial, de los cómics españoles, de la publicidad, de la empresa familiar catalana, de Cataluña y de España”.

El biznieto del fundador no pudo evitar señalar algunas contribuciones a la cultura y la lengua, con “modestas aportaciones al vocabulario popular procedentes de sus famosas historietas, como ‘rechupete’, ‘patidifuso’ o ‘¡anda la osa!’ ”.

La publicación de 100 años de Bruguera se complementará este mes con la inauguración de una exposición conmemorativa del 50 aniversario de El Jabato, en el Centro Cívico Coll/Bruguera, que ocupa uno de los antiguos edificios de la editorial.

Fuente: EFE