Noticias
Miguel Ángel Alonso
Alonso: construir la interdependencia del cuerpo y el poema.
El venezolano Miguel Ángel Alonso presentó poemario en Tenerife
Comparte este contenido con tus amigos

El filólogo y escritor venezolano Miguel Ángel Alonso presentó el pasado 13 de octubre, en el Espacio Cultural de CajaCanarias de Santa Cruz de Tenerife (Islas Canarias, España), su poemario Cuerpo habitado, galardonado con el Premio Pedro García Cabrera de Poesía.

El libro contiene, según su autor, “54 textos vertebrados por una idea común: la necesidad de construir y reconocer la interdependencia del cuerpo y del poema”. Respecto al lenguaje empleado, afirma que “al igual que el erotismo, la poesía es un estado de excepción en el que la normalidad se rompe en mil pedazos cortantes, de ahí que en el poemario se aprecie una permanente necesidad de estrujamiento y la irrupción de violentas sacudidas lingüísticas”.

Alonso (Valera, Trujillo, 1970) estudió letras en la Universidad Central de Venezuela (UCV) y desde 1998 reside en Tenerife, donde se licenció en filología hispánica por la Universidad de La Laguna en 2007. Además cursó filología francesa, así como estudios de doctorado en los que investigó sobre la poesía venezolana del siglo XX, dedicando especial atención a la obra de Rafael Cadenas.

Poemas, aforismos, microrrelatos y artículos suyos han sido publicados en la revista universitaria Mandala y en la revista Nexo, del Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias. En 2004 obtuvo el I Premio de Poesía Ciudad de Tacoronte y en 2007 ganó el XXI Premio de Poesía Emeterio Gutiérrez Albelo. Entre sus autores más influyentes figuran Góngora, Lezama, María Zambrano, Julio Cortázar y Octavio Paz.

Entre sus últimos trabajos destacan la edición del poemario Vestigios meridianos, y la pequeña publicación literaria Tríptico sin intención. Ya en 2007 Alonso había figurado en el Premio García Cabrera como finalista con el poemario Animal perdido. El autor también escribe narrativa y ensayo, además de estar interesado por la plástica.

Fuente: La Opinión de Tenerife