Letras
Poemas y crónicas

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Poemas

1.

El rostro ajeno en el espejo
     Reflejo incompatible, hostil y discrepante
     Ajeno de sí mismo el que se mira

 

2.

Se quiere leve la distancia, inofensiva, tenue
     Pero es pesada, piedra y hostigante
     Aire que ahoga
     Agua que envenena
     Tierra que sepulta

 

3.

La enajenada vuelta y la pirueta
      El movimiento deslucido fatuo
      Soy el que danza, torpe, sobre su propio abismo

 

Crónicas

1.

Entristecer es fácil. Basta un aire húmedo, un eco de lluvia o frío, una penumbra. Basta una campanada, lejos, dando la hora de la tarde, o un vestido azul o un párrafo. Como la muerte, la tristeza es un lugar común, una rutina. A quién le importa.

 

2.

Dentro de mi cuerpo crece una rama envenenada. Una rama espinosa, lacerante, aguda ocupando lentamente mis venas, mi corazón, mis huesos.

Mi sangre es un veneno espeso, savia amarga y perfumada, ponzoña fluyendo lenta silenciosa.

Mi corazón se agrieta, se deforma, se hiende.

Debajo de los párpados una muerte ocupa lo mirado como un paisaje retorcido.

 

3.

Figuras furtivas que pasan como un río oscuro.

Paraguas que se abren en mitad de la noche, bajo techo, sombras.

Sombras que atraviesan las paredes y convierten en sombra todo lo que tocan. Sombras que vagan sin prisas ni zozobras, tocando el miedo de los niños, ecos.

Ecos que no llegan a palabras, cáscaras vacías.

Pesadillas.

 

4.

Algo quiere arrancar esta tarde del mundo y arrancarnos. Caen filos, hojillas, largas agujas de hielo, uñas largas de rojo buscándole los ojos a la gente. Llueve un agua voraz, desaforada, enloquecida. Los paraguas se agitan asustados como pequeños murciélagos expuestos a la luz. La lluvia es sempiterna y omnisciente. Demoledora, borra cualquier indicio, anula todo.