Artículos y reportajes
“Memento”, de Christopher NolanEl cine en la educación y la educación del cine

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El cine es ese espacio de nuestra cultura que ofrece la posibilidad de transformar aquello que está ligado a nuestros deseos y a nuestra manera de desear. De ahí que ir al cine sea un ritual y a la vez una actividad con un enorme potencial histórico. Nuestra propia identidad está asociada a las formas que adopta en el cine la variedad de arquetipos del inconsciente colectivo. La misma continuidad histórica empieza, entonces, en esta forma de la continuidad emocional que se llega a transmitir generacionalmente. De hecho, hay quienes piensan que sólo el cine tiene esta fuerza de transformación. El cine es, en suma, la cifra de nuestra identidad imaginaria.

Lauro Zavala. Elementos del discurso cinematográfico. Unam, 2006.

Nadie educa a nadie, nadie se educa a sí mismo; los hombres se educan entre sí, mediatizados por el mundo.

Paulo Freire. Pedagogía del oprimido.

Primer plano

Una profesora de quinto de primaria de un colegio presencia con sus estudiantes en la clase de ciencias sociales la película Apocalypto de Mel Gibson; dice que desea contribuir con un lenguaje persuasivo e introducirlos en ese pasaje histórico del continente americano denominado el Descubrimiento. Los estudiantes gozan de plena satisfacción por el acto de presenciar tan elocuente discurso, ritmos agitados, una que otra secuencia de violencia desmedida, paisajes exuberantes, una forma de habitar el territorio de los indígenas bajo una mirada que quizás nunca habían imaginado y ahí la pupila se abre, los ojos se ensanchan y se iluminan y un salón de clases ha puesto la imagen en movimiento como centro de las consideraciones en una obra que dejará mucho en las mentes y que provocará diversos actos de habla, no sólo en el instante de su reproducción, sino en días posteriores, mientras la misma profesora vuelve a su clase tradicional: utilizar la tiza y el tablero y señalar y preguntar y ofrecer su visión del mundo, del mundo de la historia.

Entonces se produce un hecho tal vez irreverente, pero simple y concreto, una película ocupó el espacio del discurso de la docente o de un libro. Acá podrán entonces formularse toda suerte de inquietudes. ¿Se pueden relacionar los productos audiovisuales con la educación? ¿De dónde provino la idea de una profesora de presentar Apocalypto para su clase en el salón? ¿Es válido presentarla para unos niños de unos 10 y 11 años?

 

Plano medio

En un barrio de la ciudad una organización comunitaria realiza una jornada de cine foros, reconoce que al proyectar películas consigue convocar a un determinado grupo de personas y además posibilita un encuentro para conversar sobre lo importante que es realizar acciones por el medio ambiente, han hecho campañas, diseñado afiches, propuesto conversatorios, ahora prueban con una proyección. El salón comunal apaga las luces, hay una especie de cuarto oscuro y se proyecta el documental fílmico Una verdad incómoda, dirigida por Davis Guggenheim;1 la misma promovida y financiada por Al Gore para incidir el tema en las agendas de los gobiernos del mundo.

¿Qué poder tiene un documental como este? ¿Puede ocasionar algún efecto en quien la observe?

Se sabe de los debates agenciados luego del documental, así como de los diversos actos de organizaciones ambientalistas en el mundo usando la imagen en movimiento para poner en las pupilas, como también en las agendas públicas, el tema. Podemos afirmar el beneficio de semejante obra artística, por los datos ofrecidos, la manera verosímil de contar una historia, el devenir de unas circunstancias poco favorables para la humanidad. Se encuentran puestas consideraciones de alto nivel en un producto cinematográfico.

 

Plano general

Un grupo de estudiantes universitarios visualizan la película Memento de Christopher Nolan2 con sus profesores de medios, la idea es poder discutir sobre temas relacionados con el cine. Plantear diversas discusiones alrededor del lenguaje fílmico: espacio, tiempo, narración, encuadres, ángulos, planos, escenas, todo aquel corpus con el que el séptimo arte nos habla y nos postra frente a una pantalla donde vemos y nos ven, ese gran ojo.

Los estudiantes, fuera de aprehender algunos hechos del lenguaje cinematográfico, se han inquietado frente al tema de la memoria, de los recuerdos, de cómo alguien puede perderse y volver a andar un camino. Algunos citan ejemplos, como la película El pago, protagonizada por Ben Affleck, o el thriller colombiano Mentes en blanco de Simon Brand. La discusión ha caído en altibajos; además de los contenidos fílmicos, muchos hablaron sobre la trama: los recuerdos.

Como suceso circunstancial, un tema fundamental de una clase además pudo mantener inquieta las mentes de los educandos. La vida desdoblada de esa manera ha repercutido en atmósferas de incertidumbre, otros considerarán la poca probabilidad de que un hecho así les suceda, otros más persuadidos tendrán un objeto que de alguna manera les afectará como ciudadanos del mundo.

 

Plano americano

La Organización Mundial de la Salud (OMS), en asocio con la Organización para las Naciones Unidas (ONU), ha encargado a un importante grupo de productores y a un director reconocido —Marco Kreuzpaintner— hacer un filme que plantee la problemática del tráfico de personas, sobre todo la trata de mujeres y la compra y venta de niños por Internet. El resultado: una gran convocatoria, en donde participan varios actores reconocidos como Kevin Kline. Ha salido a las pantallas de los cines Trade, se espera que los gobiernos y las personas tomen conciencia sobre el problema.

En términos de legislación los traficantes de personas tienen cómo burlar la ley, y los pedófilos compran niños como obtener cualquier artículo. El tema es muy complejo, existe la posibilidad de generar una corriente favorable para atacar dicha problemática.

La película se estrena. La gente queda abrumada, se muestra una panorámica del problema y parece que el cine ha educado. La OMS consiguió comunicar un mensaje de forma rápida, efectiva. Además quienes van al cine se entretienen, invierten su tiempo para quedar atrapados en un flujo y reflujo de imágenes, de contenidos, en especial uno de relevancia social y política: la trata de personas; así como el tema del turismo sexual que producen efectos negativos para las sociedades y las familias, aunque se produzcan cifras asombrosas sobre el tema, quedan como dato, como decir que un millón de personas anualmente son traficadas.

Sin embargo, una historia propicia sensibilidades, inquietudes, toca de una forma directa a quien la ve: puede creer que algún día eso le puede ocurrir, visibiliza el asunto. Se calcula que 100 países han firmado el protocolo que impide la trata de blancas y que partes de las ganancias de esta película se han donado a ONGs que combaten el tráfico de personas.

 

Plano cerrado

El fantasma es desvelado, en primer plano, como fantasma. El cine se vuelve cada vez más un arte y una meditación sobre la naturaleza ambigua de las imágenes que él mismo ayudó a crear.

Mario Pezella

En Colombia, luego de haber presenciado algo más de un millar de espectadores —siendo una de las películas más vistas del cine colombiano— la película Soñar no cuesta nada, de Rodrigo Triana,3 se ha generado un debate público, si enriquecerse con una guaca de las FARC es lícito o no. Han quedado varios referentes de la idiosincrasia nuestra. Un caso de la justicia toma en cuenta muchos de los comentarios allí narrados. La ficción ha traspasado la realidad.

El solo título posibilita múltiples interpretaciones, Soñar no cuesta nada, ¿una lección para la vida?, ¿es un ejemplo de heroización de la codicia? ¿O una forma de condenarla?

En Colombia, con una película, la imagen de los militares queda en algunos como corrupta, en otros de injusticia. Una situación de la justicia, así como un episodio del conflicto, ha quedado inscrito en un documento, uno del que se volverá a él, se analizará qué puede ser creíble y que no. Algunos lo utilizarán en cualquier contexto como una forma de mostrar un hecho de la realidad.

La vida de los implicados quedó para la posteridad, cada vez que se proyecte su caso será recordado.

Otra película que ha generado controversia pública es La última noche, de Luis Alberto Restrepo, que puso el tema de los desplazados en discusión cuando éste no era una bomba social como ahora sí lo es.

El cine colombiano, gran parte de él, ha permeado las agendas públicas, en cuestiones de discusión, ha contado historias políticas como La toma de la embajada (de la República Dominicana) hecha por Ciro Durán en 1999, y ni que decir las que tocan el tema de la pobreza como La vendedora de rosas, o los temas del narcotráfico como Sumas y restas, de Víctor Gaviria, o El rey, de Antonio Dorado.

 

Plano general

Hollywood debe acogerse a una sentencia de la ley de los Estados Unidos donde se prohíbe el uso desmesurado del tabaco en la pantalla grande. Se estima que por causa del cigarrillo mueren 4 millones de personas al año. Cifra que preocupa. Por tanto, la sentencia asume la idea que al no mostrar tantos fumadores en las películas del país del norte, existe una posibilidad de que el ejemplo no se imite. Del mismo modo se ha planteado que en las películas porno los actores utilicen preservativos como manera de estimular su uso en quienes ven este tipo de películas y así ayudar en disminuir las enfermedades de transmisión sexual así como los embarazos no deseados.

La justicia parece obrar a favor de la humanidad. ¿Puede una película provocar un modelo o antiestereotipo?

 

Primerísimo primer plano

La profesora de ciencias naturales del grado sexto de un colegio está resuelta en motivar a sus estudiantes sobre el hecho de transformar la sociedad y al sujeto. Por ello, luego de haber utilizado su discurso y unas reflexiones con lecturas de escritores, ahora cree que con la película Cadena de favores de Mimi Leder podrá obtener un resultado que conduzca a los estudiantes a la acción, desea que sus estudiantes se vinculen con proyectos de carácter comunitario.

Los estudiantes han quedado absortos, un similar ha propuesto una idea, un proyecto, motivado por un profesor incrédulo quien pone tareas complejas y tal vez absurdas: en nuestra clase intentamos cambiar al mundo.

 

Sinopsis

El cine en la educación funciona. Por lo menos el lenguaje de la imagen al ser universal permite ubicarlo en cualquier nivel. Y cuenta con un doble axioma: es objeto de estudio, de análisis, de reflexión, de creación al ser un medio de comunicación y por el otro lado es una herramienta para encontrar alianzas facilitadoras en la educación. No hay un medio más espectacular, un sitio donde los deseos se convierten y subvierten. Entonces cabe presumir que si la educación busca, como lo dice María Montessori, más que transmitir conocimientos, sino “ayudar al descubrimiento del propio ser”. Tanto el artefacto mediático como la institución escolarizante lo hacen. Salvo que el cine no tiene esa intención, pero lo consigue, la educación lo busca y a veces queda a medio camino.

Además el cine cuenta con su educación. No es su propósito fundamental, no tiene por qué educar, idea que se ha presumido es sólo de la escuela, o de la base de la sociedad: la familia. Sin embargo desde hace mucho tiempo la labor formadora cuenta con otros espacios, e incluso algunos están convencidos que ese espacio lo han ganado los medios.

En el cine todo comunica, la cantidad de signos, símbolos e índices nos colocan en una aldea global, puedo leer lo ocurrido en Irán, como lo sucedido en el sur del continente americano. Con el cine se transportan historias, con ellas mensajes y con éstos referencias directas de cada contexto, o de la vida en general. Así que si la educación indica culturización del hombre, persuadirlo con un discurso conductual, proponerle caminos, fomentar una formación integral, construir sociedad, el cine lo hace también. Para un lado y para el otro. No se trata de comparar, ni de señalar, no obstante, puede existir una comunión entre imagen y movimiento y escuela.

Pudovkin y Kulechov hablarían en Rusia del impacto del sentido de las secuencias de las imágenes, y con ellas y el montaje como medios se pueden construir deliberadamente los pensamientos y las asociaciones del espectador. Es así como con cualquier película hay una transmisión de ideas que moldean el pensamiento, nos educan. Así Humberto Maturana, en Colombia, en su texto Qué es educar, nos dice: “El educar ocurre, por lo tanto, todo el tiempo; de manera recíproca, como una transformación estructural contingente a una historia en el convivir en el que resulta que las personas aprenden a vivir de una manera que se configura según el convivir de la comunidad donde viven”.

Existen varios retos: ubicar las películas acordes, adecuar el espacio escolar al lenguaje del cine: contar con sonido, cuarto oscuro y una pantalla donde el ojo se ensanche. Y puede haber otros más, sobre todo cuando se quiere comunicar un mensaje, deseando afectar a los espectadores, debe ubicarse que las historias se cuenten bien, y que el mensaje no desplace el hecho cinematográfico.

Una mezcla poderosa, educación y entretenimiento, arte y saber. Ya advertía por ello el poeta Goethe que “el órgano con el que yo he comprendido el mundo es el ojo”. Por último fue ese pensador apocalíptico McLuhan quien dijo: “Aquel que intente encontrar la diferencia entre educación y entretenimiento no tiene ni idea de ninguna de las dos cosas”.

 

Bibliografía

  • Amar Rodríguez, Víctor Manuel. El cine y otras miradas (2009). Editorial Comunicación Social (CS). España.
  • Freire, Paulo. Pedagogía del oprimido (1970). Montevideo: Tierra Nueva.
  • Maturana, Humberto. Emociones y lenguaje en educación y política (1995), Hachette/CED, Quinta Edición, Chile. Pág. 68.
  • McLuhan, M. y Carpenter, E. El aula sin muros (1981). Barcelona, Laia.
  • Zavala, Lauro. Elementos del discurso cinematográfico (2006). Ediciones Unam.

 

Notas

  1. Este director contribuyó con la Academia de Los Angeles para formar maestros. Sus filmes son Training Day (Día de entrenamiento; 2001, producción), Sexo opuesto (1992, actor) y Rumores que matan (1999, director).
  2. Su saga de Batman lo llevó a la fama; Memento es su obra artística, el guión lo escribió su hermano. Este año presentó Inception. Ha hecho también Insomnia y The Prestige.
  3. El mismo que unos años atrás estrenó la película Como el gato y el ratón, obra que ayudó a mirar el problema de la electricidad y el servicio de agua potable en las periferias de las ciudades colombianas. El caso mostrado fue el barrio La Estrella en Bogotá, donde la gente tuvo que afrontar dicha situación, como lo hace más o menos el 15% de la población olvidada de las ciudades grandes en nuestro país.