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Gustavo Nielsen
Nielsen: novela arriesgada.
Gustavo Nielsen obtiene el Premio Clarín de Novela
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El escritor y arquitecto argentino Gustavo Nielsen obtuvo el pasado miércoles 10 de noviembre el XIII Premio Clarín de Novela por La otra playa, según se anunció en la ceremonia celebrada en Buenos Aires y en la que se hizo notar la ausencia de los escritores Rodolfo Fogwill y José Saramago, fallecidos este año. La novela será publicada por el sello Clarín-Alfaguara.

Tras el anuncio de la novela ganadora, hecho por los periodistas Mario Markic y María Areces, Nielsen, de 47 años, subió al escenario visiblemente nervioso. “Me gustaría dedicárselo a Fogwill, que todos los años estuvo con nosotros y este año tal vez esté pero no se lo ve”, dijo al borde de las lágrimas y antes de pedirle al auditorio un minuto de silencio para recordar al autor de Los Pichiciegos.

Detrás del ganador contemplaban la escena los miembros del jurado Juan Cruz, Rosa Montero y Edgardo Cozarinsky, junto al editor general del diario Clarín, Ricardo Kirschbaum, y el editor adjunto de Revista Ñ, Jorge Aulicino.

Nielsen, quien tiene otros ocho libros publicados, recibió cien mil pesos (unos veinte mil euros). El autor ya había sido finalista del premio con El corazón de Doli. Además, su mujer, Mori Ponsowy, ganó este año el III Premio Internacional de Novela Letra Sur con Abundancia.

El autor se ha hecho muy conocido no sólo por su amplia obra, sino también por el sonado pleito judicial que mantuvo contra la editorial Planeta por haber dado el premio en 1997 al también escritor argentino Ricardo Piglia, por una novela que a su juicio no debió participar, ya que figuraba en el catálogo de la editorial. Nielsen había optado al galardón en aquella ocasión.

La otra playa cuenta la historia de dos matrimonios amigos que se reúnen para ver las diapositivas del viaje de vacaciones de una pareja en Brasil, que encontraron en unas valijas compradas en el Ejército de Salvación. Les inventan una historia, un pasado y un futuro. A partir de ahí, se abre un relato que combina el realismo con las historias de fantasmas.

Según Montero, quien habló en nombre del jurado, la novela “es más original que la media, es arriesgada, es atrevida. Está llena de intrigas y de sorpresas. Es de un género fantástico y con un tono sutil. Es una novela de una estructura magnífica, que te mete en un mundo que se va moviendo constantemente, en corrimiento”.

Como parte de la ceremonia se proyectaron imágenes exclusivas de José Saramago, quien fuera jurado del certamen desde 2005, aportadas por su viuda y traductora, la periodista española Pilar del Río. “Saramago era el hombre más empeñado en modificar al mundo que he conocido. Están sus libros, están sus amigos, tenemos su vivencia y tenemos su recuerdo”, dijo.

Deborah Mundani ganó la segunda mención por El asiento vacío. La autora recordó que el año pasado se había quedado con la primera mención. “No creo que termine la novela que estoy escribiendo para el próximo año, pero espero volver pronto”, señaló. La primera mención fue para María Inés Krimer, ganadora del Premio Emecé 2009 y varias veces finalista del Premio Clarín.

Cozarinsky explicó que el Premio Clarín es un termómetro que mide la temperatura de la literatura en nuestro idioma. “Estuvimos de acuerdo con la obra ganadora sin discusión”, dijo. “Pocas veces me he internado en una novela como en ésta, con el placer de explorar terra incógnita, sin prever lo que el autor me prepara, y con la certeza de que, sea lo que fuere, me sorprenderá gratamente”.

Nielsen se quedó con algunas palabras para el final. “Soy un novelista de clase b o de clase c”, dijo. “Es una novela que revela en cada capítulo cosas que los personajes se obstinan en esconder. Pero no cuento más porque quiero sorprender a los lectores”.

Clarín entregó también su premio Ñ a toda una trayectoria cultural, que fue recibido por Carlos Gorostiza, “un hombre que contribuyó a la refundación del teatro argentino”. Gorostiza, que tiene 90 años y que subió ágilmente al escenario, fue uno de los impulsores del Teatro Abierto, un movimiento que nació en plena dictadura militar y que se convirtió en un símbolo de resistencia cultural.

La fiesta que acompañó a la entrega de los premios contó con la intervención de la actriz y cantante Soledad Villamil (quien interpretara a la juez de El secreto de sus ojos, Oscar a la mejor película extranjera 2010). Villamil cantó su versión de La canción y el poema.

Edgardo Cozarinsky (jurado), los premiados Mundani, Nielsen y Krimer, Carlos Gorostiza, Rosa Montero y Juan Cruz (jurados)
Edgardo Cozarinsky (jurado), los premiados Mundani, Nielsen y Krimer, Carlos Gorostiza, Rosa Montero y Juan Cruz (jurados).
 

 

Fuentes: ClarínEl País