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Margo Glantz: “Me siento la Julia Roberts de la literatura”
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De izquierda a derecha, Raúl Padilla, presidente de la FIL, la escritora Margo Glantz y Marco Antonio Cortés Guardado, rector general de la Universidad de Guadalajara
De izquierda a derecha, Raúl Padilla, presidente de la FIL, la escritora Margo Glantz y Marco Antonio Cortés Guardado, rector general de la Universidad de Guadalajara. Foto: Michel Amado Carpio.
 

La primera mujer mexicana en obtener el Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances, Margo Glantz, dijo sentirse como “la Julia Roberts de la literatura”, en la ceremonia de entrega celebrada durante la inauguración de la 24ª Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), en México, el pasado 27 de noviembre.

Momentos después, durante su intervención, Alonso Lujambio, secretario de Educación Pública, reviró: “Quiero decirle a Margo Glantz que ella podría ser la Julia Roberts de la literatura, sí, por su belleza, pero ya quisiera Julia Roberts ser la Margo Glantz de Hollywood”. Además, le lanzó una petición: “¿Me dejas ser tu Brad Pitt?”.

La escritora mexicana Margo Glantz recibe el premio FIL de manos del secretario de educación Alonso Lujambio. A la derecha, Consuelo Sáizar, presidenta del Conaculta
La escritora mexicana Margo Glantz recibe el premio FIL de manos del secretario de educación Alonso Lujambio. A la derecha, Consuelo Sáizar, presidenta del Conaculta. Foto: Paola Villanueva Bidault.

Glantz utilizó la metáfora de Nicanor Parra cuando recibió el mismo homenaje en 1991: dijo que los premios son como las Dulcineas, mientras más piensas en ellas, más lejanas parecen. “¿Por qué nos dan el premio cuando cumplimos ochenta años, porque ya no vamos a dar lata o porque ya nos vamos a morir tranquilas?”, preguntó.

Mencionó a tres escritores que para ella son clave: Juan Rulfo, a quien calificó como un hombre con una manera extraña de ser guapo; Juan José Arreola, un gran pícaro, y Nellie Campobello, cuyos cuentos breves tenían la sonoridad de la poesía.

Haciendo un breve ajuste de cuentas, consideró que el Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances significa el reconocimiento a un estilo de escribir, que se nota claramente en su libro Saña (2006), un texto nómada que recopila varios géneros que hacen una construcción a manera de mosaico.

La galardonada invitó a reconocer, por medio de premios y la difusión de sus obras, la literatura hecha por escritoras latinoamericanas. “Es un premio que muchas mujeres merecemos”, dijo la ensayista y narradora mexicana sobre el máximo reconocimiento otorgado por la FIL, antes de evocar a autoras latinoamericanas cuyo trabajo, según Glantz, no ha sido reconocido lo suficiente, como Blanca Varela, Marosa di Giorgio, Amanda Berenguer y las mexicanas Nellie Campobello y Elena Garro.

Luego de la ceremonia de inauguración de la FIL, la autora ofreció una rueda de prensa en donde denunció el difícil acceso que las mujeres han tenido en el ámbito de la literatura, pero también en otros campos en los que Glantz ha abierto paso a la presencia femenina, como la academia.

Con cierta fatiga por el trajín de los eventos del primer sábado de la FIL, pero con un evidente guiño de felicidad, Margo Glantz afirmó que su obra “mantiene cierta tendencia y algo de lo que soy se nota, no me conformo con repetir estructuras”.

La autora habló sobre su gusto por trabajar con el cuerpo, en sus distintas facetas: el cuerpo erótico, el cuerpo del sufrimiento o de la enfermedad, y sobre pequeños aspectos de cada uno de estos estadios. De esta manera habla de la dentadura o de los zapatos, todos esos pequeños objetos en los que la autora, según dijo, funda las metáforas que reflejan una parte importante de su biografía, aunque también toca temas fundamentalmente duros: “Yo escribo de cosas muy difíciles, muy terribles... pero me interesan muchísimo porque la vida diaria está hecha de eso”, añadió.

Glantz habló también sobre sus autores. “Cada época de mi vida ha estado marcada por diferentes lecturas”, dijo, y mencionó a sor Juana Inés de la Cruz, Dostoievsky, Kafka, Woolf, Perèc, y al escritor mexicano Carlos Monsiváis, recientemente fallecido.

Fuente: FIL