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Roban en Madrid obras de Chillida, Botero, Tàpies y Picasso
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“Topos IV”, de Eduardo Chillida
Topos IV, un banco de acero realizado por Eduardo Chillida y valorado en más de 800.000 euros, fue una de las obras desaparecidas en la acción.
 

Un grupo de encapuchados robó el sábado 27 de noviembre, en la localidad madrileña de Getafe, un camión cargado de cuadros y esculturas de grandes artistas, que en conjunto podrían alcanzar un valor de 5 millones de euros (6,5 millones de dólares), en lo que se considera el mayor robo de arte contemporáneo en España.

Entre los trabajos sustraídos había al menos once del escultor vasco Eduardo Chillida, además de varias obras del colombiano Fernando Botero, y otras de los españoles Antonio Saura, Antoni Tàpies y hasta un papel de Pablo Picasso.

El camión se encontraba aparcado dentro de una nave situada en un polígono industrial, aunque con las llaves puestas, según confirmó un portavoz de la policía judicial de Madrid. El robo fue ejecutado por tres personas encapuchadas que forzaron la puerta de la nave llevándose el vehículo sin demasiados problemas. El camión fue hallado vacío tres días después.

Procedente de una exposición en una galería de Alemania, el camión estaba cargado con obras que pertenecían a diversas galerías. Aunque la mayoría estaban aseguradas con AXA Art, de Colonia, por casi 2,5 millones de euros, en el vehículo había además obras no aseguradas porque se sumaron al viaje a última hora.

El propietario no detalló a la policía la carga del vehículo robado ni su valor estimado porque, según explicó, las denuncias las pondrían de forma individual los dueños de las obras de arte.

“Nosotros teníamos la escultura más grande del lote. Uno de los bancos de acero que realizó Chillida, titulado Topos IV y valorado en más de 800.000 euros”, indicó un vocero de la Galería Nieves Fernández, subrayando que mover la pieza requiere de varias personas y maquinaria.

En los últimos días los responsables de las galerías están denunciando el robo. Lo que más llama la atención de los investigadores es que, pese a la valiosa carga, el camión tuviese las llaves puestas. Además, los ladrones sabían exactamente lo que buscaban, lo que hace sospechar que fue un golpe por encargo —en el que uno o varios coleccionistas han pagado importantes sumas de dinero para hacerse de manera ilegal con alguna obra en particular— y que los autores tuvieron algún cómplice en las empresas involucradas en el traslado.

Fuentes: DPAIBLNews